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Laxeiro, en 10+1 obras maestras

El 25 aniversario de su muerte devuelve al genial pintor gallego al primer plano de la actualidad

José Otero Abeledo, "Laxeiro" Archivo FdV

Escribir sobre Laxeiro, veintinco años después de su muerte, supone acariciar la tentación de dedicar más líneas al personaje que a su legado artístico, pero eso es algo que hemos intentado evitar en estas páginas con una pequeña muestra de 10+1 obras maestras que, si bien no recoge la inmensidad, ni toda la importancia, de su obra, servirá de introducción a quienes todavía no la han calibrado lo suficientemente y se han quedado con el riquísimo, y muy divertido, anecdotario vital de aquel habitual tertuliano de las cafeterías viguesas Goya y Derby, del animador de la taberna Eligio, del buen compañero de andanzas gastronómicas y vinateras (del que podrían atestiguar Álvaro Cunqueiro o José María Castroviejo en sus periplos por los furanchos del Morrazo) o del hombre generoso que simulaba no dar importancia alguna a sus cuadros aunque sabía de su calidad.

Había nacido con el nombre y apellidos de José Otero Abeledo en Donramiro, Lalín, Pontevedra, el 23 de febrero de 1908, y contó el propio Laxeiro (apodo que no se sabe muy bien cuando comenzó a emplear pero que aparece en todas sus obras catalogadas), que los primeros estímulos artísticos los recibió de una maestra de su ámbito rural infantil, a la que siempre recordó con emoción.

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Laxeiro, en 10+1 obras maestras

Alumno de las clases de dibujos de la por aquellos tiempos incipiente Escuela de Artes y Oficios de Vigo, muy pronto emigró con su familia a Cuba, y allí tuvo la suerte de encontrar, entre otros trabajos, algunos vinculados a tareas artesanales, desde el grabado a la vidriería, que lo acercaban al arte. En su primer regreso a Galicia, se asentó en Vigo, donde empezó a ser conocido en el mundillo de la bohemia local, pero en los años 50 vuelve a América, aunque esta vez a Buenos Aires, una decisión fundamental así en su vida como en su obra.

REGRESO DEFINITIVO

Ya convertido en un pintor profesional, en 1970 Laxeiro retorna definitivamente a España, instalando en primera instancia su estudio en el ático del Café Gijón de Madrid y repartiendo su vida y su trabajo entre Madrid, Vigo y Lalín, hasta su muerte.

Escribe su paisano Antonio Vidal que “la obra de Laxeiro se desarrolló entre la tradición y la innovación, entre las raíces gallegas y el internacionalismo plástico, caracterizándose por su expresionismo, con rasgos arcaizantes y primitivos, donde lo imaginativo toma apariencia de realidad, reflejándose en escenas mitológicas de barroca figuración, repletas de niños rechonchos, adultos estrafalarios o seres antropomórficos. Las formas laxeirianas de sus cuadros se inspiran en expresiones artísticas tan diferentes como las bacanales sensuales y voluptuosas de Tiziano, en el submundo de las “Pinturas Negras” de Francisco de Goya, en la textura de las esculturas graníticas del Maestro Mateo y en los trazos geométricos de Picasso. En su obra Galicia permanece siempre presente, el color y el tema es campesino y entroidal.

A la izquierda, una parte de la La Romería de San Isidro, que forma parte de las "pinturas negras" de Goya. A la derecha, Carnavalada, de Laxeiro en 1931

UNA PEQUEÑA FUNDACIÓN PARA UN GRAN ARTISTA

Javier Pérez Buján Pérez | Director Artístico de la Fundación Laxeiro Alba Villar

El 25 de abril de 1996 el Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela inauguraba la antológica titulada “Laxeiro”. La exposición estuvo abierta al público hasta el 23 de junio y posteriormente viajó al Centro Conde Duque de Madrid, donde se inauguró el 5 de diciembre.

La exposición incluyó unas setenta obras que recorrían toda la trayectoria del artista y se publicó un catálogo que recogía 360 referencias, conformando la catalogación más extensa de obra de Laxeiro que se había hecho hasta aquella fecha. El fallecimiento del pintor, el 21 de julio de 1996, convirtió a aquella exposición en una especie de cierre de ciclo, un epílogo de una de las trayectorias más brillantes del arte gallego del siglo XX.

En la Fundación Laxeiro llevamos veintiún años trabajando en la figura y la obra de Laxeiro y su contexto, y también en la difusión del arte de nuestro tiempo, con una especial atención a la creación emergente, siguiendo el deseo expresado por el artista.

Con el principal apoyo económico del Ayuntamiento de Vigo y también con aportaciones de la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra, además de numerosas entidades públicas y privadas que han colaborado en proyectos puntuales, nuestra estrategia se basa en la investigación, la programación y la difusión, tres áreas de trabajo relacionadas entre sí, que han posibilitado la catalogación de unas 4.000 obras, la totalidad de sus escritos, y sus colaboraciones gráficas en la prensa, además de la realización de cuarenta y siete exposiciones, entre las que destacan las llevadas a cabo en La Habana (2001); Lisboa y Las Palmas (2003) y Buenos Aires (2006), atendiendo también a otros artistas afines como Colmeiro, Souto, Seoane, Maside o Faílde.

Hemos realizado cuarenta y cinco publicaciones, entre las que destaca el Catálogo Universal, y apoyamos la nueva creación con las Bolsas Fundación Laxeiro a la Creación Artística, el Festival Internacional de Música Contemporánea y la realización de cincuenta exposiciones individuales y colectivas, además de ciclos de conferencias, charlas y presentaciones, configurando una oferta con vocación de servicio público que, actualmente, es parte sustancial del panorama cultural gallego.

La conmemoración del XXV aniversario del fallecimiento de Laxeiro, la dedicación del Día das Artes Galegas 2022 a su figura y la inclusión de Trasmundo de 1946, una de sus obras emblemáticas, en el nuevo montaje de la Colección Permanente del Museo Reina Sofía, que se inaugurará el próximo mes de noviembre, deben hacer reflexionar, especialmente a nuestras instituciones públicas, sobre su apoyo a una de las fundaciones gallegas con menos recursos económicos, dedicada a uno de nuestros artistas más destacados.

La obra de Laxeiro, instalada en la sala del Reina Sofía, junto a "Acariño Galaico". Fdv

Si queremos normalizar nuestra producción cultural, entendemos que ahora es el momento adecuado para dar un salto cuantitativo y cualitativo que nos permita estar a la altura del artista que nos da nombre y dejar atrás definitivamente la precariedad de medios con la que venimos trabajando durante todos estos años.

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