Caso Koldo

El exdirector de Salud balear reconoce que Koldo contactó con él para cerrar el contrato de las mascarillas

Manuel Palomino niega que Francina Armengol le presionara para contratar con la trama y no sabe quién le ofreció su contacto al exasesor del ministerio de Fomento

El exdirector de Salud balear dice que Fomento les ofreció comprar mascarillas con Koldo

El exdirector de Salud balear dice que Fomento les ofreció comprar mascarillas con Koldo / EFE

D.M

El exdirector general del Servicio de Salud de Baleares (IB-Salut), Manuel Palomino, ha reconocido por primera vez que habló con Koldo García, el principal investigado por el caso mascarillas, aunque niega que la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, o cualquier otra persona del Pacto le presionara para contratar con la trama.

"Recibí una llamada del ministerio de Fomento porque estaban organizando un gran transporte, por si estimábamos necesario participar. Se nos dio un contacto telefónico y le envié un whatsapp solicitando información. Luego se recibe una llamada de este señor [en referencia a Koldo] que se presenta como asesor del ministerio. Le manifiesto mi interés por saber las condicones del transporte y me remite a Íñigo Rotaeche [uno de los gerentes de Soluciones de Gestión, la empresa investigada]. Se le pone en contacto con la subdireccion de compras y se sigue el procedimiento habitual: comprar 1,4M de mascarillas KN95 por 2,5 euros cada una", ha explicado.

En este sentido, Palomino detalla que mientras estaba en una reunión recibió una llamada del ministerio de Fomento en el que le preguntaron si necesitaban material, a lo que el exdirector general replicó que "por supuesto". En este momento, añade, la persona del Ministerio le facilitó el contacto de Koldo: "En absoluto Armengol me dio su número, es un bulo que se ha montado después, no hay nada que ocultar".

Sobre las mascarillas, después de conocerse que más de un millón de mascarillas del caso Koldo caducaron en un almacén del IB-Salut, Palomino ha defendido que se quedaron almacenadas fuera del circuito de suministro interno con el objeto de ser el stock de seguridad para cubrir las necesidades que se pudieran volver a producir: "Contratamos las mascarillas para uso domiciliario, en la línea del pedido, y no se repartieron por los centros sanitarios sino que se quedaron en son dureta, en el almacen".

Preguntado acerca de por qué no reclamaron hasta 2023, Palomino asegura que la decisión se tomó porque "hubiéramos bloqueado el stock y no lo hubiéramos podido utilizar, ya que queríamos tener disponible el stock y luego revisar las caracteristicas tecnicas, teniamos cuatro año para reclamar".