Fandicosta exprime los plazos e inquieta a los acreedores no bancarios: “No sabemos nada”

Solo restan 9 días de la prórroga del preconcurso

Banca y Xunta confían en que “nada” haga fracasar la venta de la planta a Wofco

La planta de Fandicosta en Domaio.

La planta de Fandicosta en Domaio. / Marta G. Brea

Lara Graña

Lara Graña

Además de las cuatro entidades financieras que conforman el denominado pool (Santander, Sabadell, Abanca y CaixaBank), el ramillete de acreedores de Grupo Fandicosta es extenso. Hay facturas vencidas tanto en la matriz Fandicosta SA –propietaria de la factoría de Domaio– como en las filiales Peixemar y Casa Botas, todas en preconcurso de acreedores; buena parte de ellas corresponden a materia prima de flota de palangre, a proveedores de insumos u otros servicios industriales. El plan de reestructuración pivota sobre la venta de la primera, para la que ya hay un preacuerdo con la viguesa Worldwide Fishing Company (Wofco), pero la nómina de trámites a cumplimentar también es amplio y los plazos apremian. En nueve días (13 de abril) expira la prórroga del preconcurso, solicitado el pasado mes de octubre, y la inquietud se extiende entre los pequeños acreedores. “La oferta de Wofco tiene que presentarse a todos y someterse a votación”, expone uno de los afectados. “No sabemos nada de nada”, constata otro abogado personado en el proceso.

Fuentes próximas a la negociación apuntan que los asesores de la pesquera –Deloitte y Garrigues para las hojas de ruta financiera y legal, respectivamente– están “trabajando en el documento final” y prevén entregarlo al juzgado en plazo”. Desde el lado de los acreedores, su temor es que la compañía utilice todavía otro extra de tiempo. “Tienen un mes más para presentar concurso –que tendrían que formular en caso de no alcanzar acuerdo, y que sería de liquidación a efectos prácticos–, un periodo que, en la práctica, posibilita un mes más para negociar la reestructuración”. De ahí que los acreedores más pequeños teman verse forzados a evaluar la propuesta “con la habitual petición de solidaridad del sector”. En todo caso, desde la Xunta, titular del 12,15% del capital de Fandicosta SA –ha renunciado a su participación para favorecer el traspaso a Wofco–, confían en que “nada” haga fracasar el proyecto. También en la banca están convencidos de que los trámites, aunque complejos, quedarán atados a tiempo.

Como detalló este periódico, la pesquera que dirigen Alberto Barreiro y Borja Tenorio formuló a las entidades financieras una propuesta con dos alternativas para comprar la unidad productiva. La primera, que equivale a una quita del 50%, implica el pago de una tacada de unos 25 millones de euros de deuda; con la segunda, y una quita inferior (30%, aproximadamente), Wofco haría un desembolso más limitado de inicio y, a cambio, asumirían varios préstamos vivos según el calendario de amortización previsto. El pool bancario ya dio su “ok” a esta hoja de ruta el 21 de febrero, a falta de repartirse el coste de la quita.

La concesión portuaria de la que es beneficiaria Fandicosta fue prorrogada hasta el año 2038, con el compromiso de ejecutar una inversión superior a los 9 millones de euros, que corresponderá ahora a los futuros dueños de la planta. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Vigo deberá validar también la venta, por cuanto hay una subrogación de los derechos y obligaciones por el uso de esos terrenos de Domaio. El traspaso de la factoría, de producirse finalmente, permitirá preservar buena parte del ecosistema productivo de la industria de elaborados de productos del mar, que ya se verá irremediablemente dañado por el colapso de Atunes y Lomos (Atunlo). De inmediato, Wofco satisfará su ambición de contar con una planta propia de elaborados, en una infraestructura que le reportará además de un muelle y almacén frigorífico. No tendrá que acometer la inversión prevista en los antiguos terrenos de Aucosa, en Redondela, donde ha proyectado la construcción de sus oficinas centrales, con planta industrial y logística de frío.

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