El textil busca alianzas con fabricantes y las TIC para incubar nuevas marcas en Galicia

El nuevo plan estratégico de Cointega aspira a crear “un ecosistema de emprendimiento” tras la desaparición de casi la mitad de las empresas del sector en los últimos 15 años

Operarias del taller textil de la empresa Partenon

Operarias del taller textil de la empresa Partenon / Ricardo Grobas

Julio Pérez

Julio Pérez

La moda trascendió sus funciones más básicas para convertirse en una poderosísima seña de la identidad cultural de Galicia en los años 80. Fue su época dorada, una historia de éxito sin precedentes gracias a la combinación del marketing, el diseño como elemento diferenciador y el músculo industrial. La comunidad venía ya de cierta transformación del textil en las dos décadas anteriores, cuando los negocios de sastrería y costura se fueron transformando en pequeños talleres e inauguraron la confección en cadena para alimentar el incremento del consumo de ropa. La asociación Galicia Moda constituida en marzo de 1985 de la mano de los grandes diseñadores de la época y el creativo Luis Carballo, artífice de la famosa campaña de “La arruga es bella” de Adolfo Domínguez, puso la primera piedra para levantar una imagen colectiva del sector y abrió las puertas a la expansión internacional que consolidó la fama de lo que se hacía aquí y el negocio. Parte de ellos siguen en pie, convertidos en estandartes incluso de la sostenibilidad por su vocación desde siempre por la calidad y la durabilidad de las prendas. Y otros muchos se quedaron por el camino, víctimas, precisamente, de la irrupción del fast fashion y el fin de las barreras arancelarias a la producción de los países asiáticos.

El bum de marcas a finales de los 80 y principios de los 90 contrasta con la paulatina mengua de medianas y grandes firmas textiles en Galicia en los últimos años. Salvo casos excepcionales –el crecimiento sin fin de Inditex o la irrupción y el meteórico ascenso de Bimba y Lola–, no ha sido un periodo fructífero en nuevas enseñas. Hay unas 1.100 empresas con sede aquí o filiales de grupos asentados en otras autonomías dedicadas al textil, que integra la hilatura y los tejidos (321); la confección (777); y la fabricación de calzado (60). Prácticamente la mitad que había hace 15 años, cerca de las 2.000, antes de la liberalización del comercio internacional de ropa.

Sí brotaron empresas auxiliares a lo largo de la cadena que va desde el propio diseño, hasta la construcción de las tiendas, en muchos casos con productos de alto valor añadido y ligadas las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Algo que la Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega-Clúster Textil Moda) quiere aprovechar para crear “un ecosistema de emprendimiento” que permita alumbrar una nueva generación de marcas potentes.

“Uno de los problemas importantes y recurrentes es que llama gente con buenos proyectos preguntando dónde pueden producir pequeñas cantidades. No lo hay. Es una barrera de entrada tremenda”, cuenta Alberto Rocha, secretario de Cointega. El norte de Portugal, de donde procede alrededor del 12% de las importaciones gallegas de materias textiles y sus manufacturas –casi 3.400 millones de euros en 2022– ya no es una opción “porque allí también está pasando lo mismo”. “El objetivo es ser capaces de ver que aquí hay una oportunidad de mercado y de tener capacidad de producción para empresas emergentes que salgan, lo que implica un diálogo con todos los agentes económicos vinculados a eso”, remarca Rocha.

A ese espacio común quiere traer también Cointega firmas de ingeniería que han crecido a la sombra de las grandes compañías del sector y pueden ayudar “paquetizando” su trabajo. Favoreciendo la transferencia de tecnología a los que empiezan y no disponen de la suficiente capacidad para tener sus propias soluciones digitales, por ejemplo. “Cosas que a lo mejor ni siquiera sabían que necesitaban y que son clave”, describe el secretario de Cointega.

textil W

textil W / Hugo Barreiro

El apoyo a los nuevos proyectos de moda y la búsqueda de alianzas intersectoriales para fomentar su desarrollo y crecimiento es parte de la columna vertebral del nuevo plan estratégico que ultima Cointega-Clúster Textil Moda para la nueva etapa que se abrirá con la renovación de la presidencia. Será en marzo. Javier Guerra, ex conselleiro de Economía y empresario del sector, asumirá la presidencia del organismo y su actual máximo responsable, José Antonio Conde –de Confecciones Esquio y su marca Alba Conde– seguirá como vicepresidente.

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