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Los sucesores de “Galicia Moda"

Los diseñadores “autores” que triunfaron en los 80 y 90 han dado paso a generaciones de nuevos creadores que nutren los equipos de grandes marcas y a profesionales que han encontrado su hueco de mercado creando pequeñas firmas con gran proyección internacional

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Los nuevos creativos de la moda gallega

El sector de la moda ha sufrido una enorme transformación en las últimas décadas a la que Galicia no es ajena. Los diseñadores autores que triunfaron en la década de los 80 conquistando el mundo con sus creaciones, seduciendo en las grandes pasarelas, engendrando sus propias industrias y tejiendo una red de tiendas a nivel internacional han dado paso a cientos de creativos que nutren los equipos de diseño de grandes marcas, contribuyendo así a su impulso y renovación, y a profesionales que han encontrado su nicho de negocio dirigiéndose a un púbico muy concreto y estableciendo exitosas marcas emergentes asentadas en redes sociales y en el mercado online, cuyo volumen industrial y de facturación nada tiene que ver con el que registraban las grandes firmas gallegas en las décadas de los 80 y 90, basándose en la economía a gran escala.

“Ese tipo de oportunidades que hay ahora no se daban hace 40 años, pero también es cierto que montar en la actualidad una marca de gran volumen a escala mundial es complicado”, explica Lola Dopico, coordinadora del Máster Universitario en Diseño de Moda de la Universidad de Vigo (sucesor del Esdemga).

El panorama actual de la moda en Galicia es heterogéneo. Firmas creadas hace 40 años, como Adolfo Domínguez, coexisten con marcas que se abren camino en Instagram, como Andión Clothing o Tom&Boy, con proyectos minúsculos que trabajan bajo pedido, como 3emeGallery , Cordera o Knitbrary, y con empresas de volumen medio, como Masscob o D-due, y creativos como José Castro, que representan la generación de enlace entre los diseñadores surgidos en los 80 y los jóvenes talentos que inician su trayectoria.

Charo Froján y Alfredo Olmedo, directores creativos de D-Due.

D-Due, De Rianxo a Japón

D-Due representa la transición entre la “moda gallega” tal y como se concebía en los 80 y 90 y la concepción novísima. El estudio creativo capitaneado por Charo Froján y Alfredo Olmedo en Rianxo, donde en los años 60 iniciaba su andadura un taller de prendas de alta calidad reconvertido a la actual marca en los 90, ha sabido encapsular la identidad gallega y posicionarse en mercados tan complicados como Japón- cuentan con una tienda monomarca en Tokio y varios puntos de venta en el resto del país-.

El perfil artístico de D-Due, que aplica a líneas de producto textiles, de cerámica y otros artículos, le ha llevado a moverse en foros diferentes a los de la industria textil tradicional. Y les ha hecho conectar a la perfección con la sensibilidad nipona, proclive a invertir en prendas como quien colecciona piezas artísticas. El trabajo artesanal y la inspiración en el entorno rural del emplazamiento que rodea al estudio en la ría de Arousa son señas de identidad del proyecto, que se aleja de las tendencias para ofrecer un proyecto de estilo de vida más que de moda. Disponen de taller propio formado por un grupo de personas con gran conocimiento en patronaje y confección, donde realizan piezas únicas con fibras naturales como el lino, el algodón o la estopa.

El creador Jose Castro muestra una estampación en tela de pluma de gallina ALBA VILLAR

El rural en la alta costura y el arte

Otro representante de la generación intermedia entre Galicia Moda y la generación millenial es Jose Castro, un diseñador con una amplia trayectoria nacional e internacional que el pasado mes de diciembre regresó a su pueblo natal, A Cañiza, cambiando su estudio de 200 metros cuadrados en un ático de Barcelona, donde llevaba dos décadas, por “O Retiro”, el antiguo restaurante que regentaba su padre, donde el creador actualmente está inmerso en un proyecto para trasladar la naturaleza gallega, el entorno rural y la identidad de A Cañiza a la moda y al arte.

“A mí el pueblo me ha cambiado; Galicia siempre estuvo presente en mis creaciones, pero ahora quiero hacer un producto propio basado en lo que me rodea, la tierra, el agua, las flores, los árboles, la piedra, el maíz que estoy plantando,.. y también en los ancestros, en los personajes y máscaras del Entroido gallego que se usaban para espantar los demonios que amenazaban a la naturaleza y que tienen similitud con las de los pueblos africanos”, explica Jose Castro.

Diseños concebidos para la alta costura con estampaciones en telas a partir de fotografías que él realiza al paisaje que le rodea - a azaleas, a plumas de gallina o a mazorcas de maíz, por ejemplo - dan una pista sobre sus futuras colecciones cápsula. Un proyecto escultórico con una administración autonómica, otro de crear el logotipo de la ciudad celta de A Cañiza y un tercero de colaboración con la artesana de zuecos Elena Ferro son algunos de los trabajos en los que está inmerso. Sin olvidar la docencia, ya que quiere seguir compartiendo su experiencia con futuros diseñadores.

Atrás deja una amplia y exitosa trayectoria de 24 años que él ya considera pasado. Y es que José Castro, nacido en 1971 y formado en el Royal Art of London, encandiló a la capital británica con su colección fin de carrera, presentada en el Robert Albert Hall con el pseudónimo Agenor Tabaré (impecable hombre de pueblo), cuyas prendas fueron adquiridas por las mismísimas Spice Girls. De regreso a España, fue director artístico de Miró Jeans y uno de los diseñadores del nuevo concepto de Desigual, marca que solo disponía de una tienda cuando él comenzó a trabajar para ella y con la que vivió su impresionante expansión. Premiado en París, Barcelona y en la Cibeles de Madrid, las prendas de este gallego han vestido a celebridades como Whoopi Goldberg, Paz Vega o Sarah Jessica Parker en la película “Sex and the City” y han sido portada de las revistas más prestigiosas de moda.

Elena Ferro, creadora de los zuecos que aparecen en las dos imágenes de un desfile de Anel Yaos

La zoqueira de moda

También muy apegada a la tierra, la gallega Premio Nacional de Artesanía en 2019 Elena Ferro ha sido la “culpable” de incorporar al mundo de la moda y las últimas tendencias un calzado de origen rural como es el zueco. Heredera del taller familiar donde se crió y se formó como artesana zoqueira junto a su padre, Alfonso, y su tía Agripina, Elena Ferro llevaba desde 1995 tratando de mejorar la comodidad y el atractivo para que ese calzado tradicional no desapareciera. El golpe de gracia le llegó en el año 2010 cuando incorporó la piel de vaca, el animal print y decoraciones a la madera, además de mejoras en el diseño para adaptar el zueco al terreno que pisamos en el siglo XXI, muy diferente al de las aldeas hace 40 años. “De nada servía que fueran bonitos si no los podías aguantar en el pie más de dos horas”, dice.

Las creaciones de Elena Ferro se comenzaron a ver en pasarelas gracias a la colaboración de la artesana con diseñadores como el sevillano Anuel Yaos, el gallego Cristóbal Vidal y jóvenes creadores que la han ido solicitando. Paralelamente, el taller de Merza, en Viladecruces, donde trabajan también dos de sus hermanas, incorporó un punto de venta. “Es una apuesta para que la gente venga al rural a comprar”, explica Elena Ferrol, que también cuenta con tienda propia en A Coruña, donde su socio, el diseñador catalán Oriol Pujol asesora a las clientas en la personalización del calzado que quieren y envía sugerencias de tendencias y diseños al taller. La venta online, junto a la que se efectúa en 16 tiendas de artesanía y moda, completan el mercado de estos zuecos gallegos que han llegado a Nueva Zelanda y que se venden muy bien en países de Europa como Alemania o Inglaterra y en Latinoamérica. “Tenemos muchos clientes que nos vienen por las redes sociales, en las que hacemos montajes diferentes a los que pueda hacer otras marcas de calzado o moda”, comenta Elena Ferro.

Uno de los vestidos de la firma gallega Andión Clothing

Conquista de Instagram

“Cuando en 2004 empezamos con los estudios de moda en la Universidad de Vigo, sabía que iba a pasar tiempo hasta que se vieran los fruto de diseñadores que triunfaran con sus propias marcas”, comenta Lola Dopico. Y tenía razón, ya que de las aulas del Máster en Moda de la Universidad de Vigo han salido profesionales que tras años trabajando para grandes marcas han sabido encontrar el nicho de mercado en el que desarrollar con éxito su negocio. Es el caso de Andión Clothing, la firma gallega que cuenta con 71.000 seguidores en Instagram y cuyas blusas y vestidos románticos han llamado la atención de Selfridges, uno de los almacenes más importantes del Reino Unido, que les encargó una colección cápsula.

Andión responde al apellido del padre y abuelo de las dos diseñadoras, madre e hija, que se embarcaron en ese proyecto, ambas con formación en moda: la primera con taller de confección a medida propio desde hace más de 30 años y la segunda formada en Esdemga y con experiencia profesional previa en una gran empresa textil. Desde un pueblo cercano a Santiago de Compostela, la marca gestiona el 100% de sus pedidos a través de mensajes de Instagram o correos electrónicos, aunque prevén abrir una tienda online próximamente: “Hemos mezclado lo tradicional de dar un servicio muy de taller a medida y personal, pero a través de Instagram”, comentan.

Cuentan con taller propio y colaboran con una cooperativa del ayuntamiento donde está localizada la empresa. En su corta trayectoria de dos años, Andión ya ha conseguido tener puntos de venta multimarca en Londres, España, Estados Unidos, Francia e Italia. “Cada uno de ellos hace su propia selección, incluso con algunas tiendas trabajamos tejidos exclusivos para ellos, como es el caso de Selfridges”.

“Hacemos lo que nos apetece ponernos, encontramos un tejido, un cuello o un detalle que nos encanta y nos ponemos a trabajar para hacer cosas especiales, exclusivas, diferentes”, explican. Se guían por lo artesanal y el hecho a mano, y a las blusas con las que comenzaron han añadido vestidos, abrigos, chaquetas,... “Nos encanta ese factor sorpresa de ir buscando y hacer lo que realmente vemos en ese tejido, sin forzar”, explican. Buscan hacer prendas atemporales, que no pasan de moda, y confeccionan unidades muy limitadas con los tejidos que escogen, de los que a veces encuentran muy pocos metros.

Las diseñadoras Alba Vázquez y Menchu Mora de 6eme Gallery

Novias “gallegas” en China

Alba Vázquez de las Heras y Menchu Mora García son las diseñadoras de 6eme Galerie, una marca enfocada en la línea de novia nacida en 2013 en A Coruña, donde cuenta con su atelier, y que dispone de puntos de venta multimarca en Madrid y en China, además de tienda online. Alba se formó en moda en Milán y Londres y estuvo afincada en París como diseñadora de la casa Kenzo hasta que en 2009 regresa a España para ampliar su formación en Bimba&Lola y posteriormente en Inditex. Allí también trabajó Menchu, graduada en la Esdemga en 2007, antes de alcanzar su independencia creativa de la mano de la firma Persentilli. Juntas emprenden una nueva aventura con 6eme Galerie, que actualmente está con su colección cápsula de novia sofisticada, con “siluetas hiperfemeninas, volúmenes ligeros, sin pretensiones y muy minimal”. 

Diseñan y confeccionan las prendas en su estudio de A Coruña, apostando por los mantras que las acompañan en su trabajo durante los últimos años - “respirar, dejar fluir, relativizar y meditar - y el contacto con la naturaleza y el arte. Siempre fieles a los tejidos vaporosos y los colores crudos y achampanados, en esta ocasión han optado por una organza suave rústica coreana para su cápsula de novia.

Gabriel Nogueiras recoge el premio de la Mercedes Benz

El talento tiene premio

El talento de los creadores de moda gallegos goza de reconocimiento en los foros profesionales más especializados. Es el caso de Gabriel Nogueiras y su firma Rubearth, que el pasado marzo se alzaba por segundo año consecutivo con el premio Mercedes Benz Fashion Talent en Madrid con su colección “Pata de Pollo”. Y también ha sido el caso del diseñador vigués Jandro Villa, que logró el Premio Nacional al Mejor Joven Diseñador en 2011 y cuatro años después obtuvo el “Dedal de Oro”. La primera de estas distinciones llevó al creador, que entonces solo tenía 29 años, a la pasarela “Who’s next” de París, donde su colección gustó mucho a asistentes de Japón, Emiratos Árabes y Dubai, que le realizaron pedidos. “Por aquel entonces estaba haciendo diseños nupciales para Jesús Peiró y me encontré, como se encontraron muchas jóvenes promesas que hoy casi somos viejos juramentos, con que no tenía detrás una industria que me respaldara, ya que después de la crisis de 2007 cerraron muchos talleres textiles y no encontraba a mujeres que me hicieran los patrones y cosieran para atender la demanda”, comenta el diseñador, que actualmente trabaja para la firma San Level, una marca de Vigo propiedad de la francesa Sandrine Level que vende mayoritariamente en el extranjero un confección de cercanía bajo pedido destinada a un perfil de mujer “bohemia de alto nivel”.

Jandro Villa, que se formó en moda en el Esdemga y estudió Bellas Artes en Pontevedra, es creador de vestuario de danza contemporánea, para compañías como el Centro Coreográfico Galego. También ha creado diseños para vídeos institucionales como los que la Xunta presenta en Fitur. “He tocado todos los campos en la moda, desde la pequeña empresa tipo boutique como la de Lydia Delgado, donde hacíamos todo con nuestras manos, a una firma nupcial de alta costura, pasando por tener mi propia marca o montar desfiles como el nuevo Pontes Veteris o la pasarela de jóvenes diseñadores. Y también como docente”.

La diseñadora Eva Soto

Origami para Lady Gagá

Un perfil artístico similar a Jandro Villa lo tiene Eva Soto Conde, también formada en el Esdemga y licenciada en Bellas Artes, estudios que simultaneó y le ayudaron a descubrir su lenguaje creativo. “Si hay algo que define a mis colecciones es el arte”, afirma esta cambadesa, que sostiene que “la moda sin espíritu artístico es simple ‘confección’” y que “doblando un tejido se puede crear una obra de arte”. Esta premisa la llevó a triunfar con sus prendas inspiradas en el origami japonés que vistieron a la misma Lady Gaga y a Ivana Baquero en la gala de los Premios Goya. “Uso el tejido como material arquitectónico, construyendo una arquitectura de pliegues sin cortes ni costuras, generadas a partir de un simple cuadrado o rectángulo, explica la creadora, que actualmente trabaja en proyectos editoriales, spots de televisión, piezas para museos y vestuario para colección con peluqueros, y realiza desde Cambados prendas por encargo.

Montserrat Álvarez con un bolso-cesta de su marca, Heimat Atlántica. Adriá Cañameras

Bolsos de “cestería”

Desde París, donde se licenció en Historia de la Arquitectura por la Sorbona, la coruñesa Montserrat Álvarez lanzó en 2016 la marca de accesorios Heimat Atlántica, que bebe de la artesanía gallega y portuguesa confeccionado bolsos de cestas de colores -con un interior cubierto de piel de Ubrique-, combinados con talismanes de cerámica de Sargadelos, en su primera colección, y decorados con conchas marinas recogidas por “collareiras, en la segunda.

En la tendencia al alza de moda sostenible y lenta, la marca, que también ofrece bisutería, vende online a través de su propia web y portales de comercio electrónico y está presente en puntos de venta físicos en Nueva York, Miami, Los Ángeles, Australia. Hong Kong, Corea, Italia y Francia.

Cambio radical en el paisaje de ayer a hoy

Fernando Franco

¿La moda una frivolidad? Solo un frívolo puede pensar que es algo efímero, superficial. Está bastante acreditado que representa un proceso complejo en el que intervienen y se interrelacionan fuerzas económicas, sociales y políticas. La moda es, además, un fenómeno que permite, en una mirada hacia atrás, observar y comprender la vida de la gente. Y ya no digamos como espacio cultural, sobre todo en el tiempo de la alta costura, antes de la llegada del pret a porter.

Galicia manifestó un despegue inusitado en aquellos años 80 pero nada tiene que ver la comunicación que hacíamos entonces de la moda. Yo llegué a confeccionar “press books” de algún diseñador de un modo artesanal, en carpetas dobladas manualmente para introducir unos folios explicativos en su interior. Aquel sistema de moda sería hoy como paleolítico, nada tiene que ver con el actual, en que la aparición de nuevas tecnologías cambió radicalmente las cosas y redifinió de arriba abajo los criterios de producción, promoción y distribución.

El paisaje que abordó y el plan de acción que se propuso desde Galicia Moda en aquella Galicia de los 80 fue un éxito en su tiempo pero sería totalmente obsoleto hoy porque los soportes comunicativos –revistas y desfiles- cambiaron de la cabeza a los pies con la profundización de Internet, las webs, las redes sociales. La revista, como aquella triunfal Galicia Moda, no alcanza hoy objetivos y los desfiles se plantean de modo diferente, introduciendo en ellos las nuevas tecnologías o incluso desarrollándolos solo virtualmente.

Además, en los últimos años surgieron formas nuevas de creación y distribución como la moda rápida, cuy flexibilidad de producto y localización satisface las exigencia de una clientela más individualizada y que se informa y hace sus demandas en muchos casos desde su casa, sin necesidad de tiendas físicas. Pero es que hasta en las mismas tiendas puede haber videocámaras en sus estanterías que registran la atención de los compradores sobre cada prenda.

Las grandes empresas de la moda aceleraron y diversificaron desde la pandemia los sistemas de promoción, distribución y venta por Internet poniendo en marcha nuevas herramientas para agilizar procesos. Hoy se habla de la hiperpersonalización y del metaverso como los próximos desafíos del negocio de la moda. Los compradores menores de 50 años se han acostumbrado a los servicios personalizados a través de la pantalla y ese es el potencial con el que tienen que jugar también nuestro nuevos diseñadores. 

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