La falta de relevo hunde a mínimos históricos los autónomos en Galicia

La comunidad perdió casi 2.300 autónomos de menos de 45 años en solo doce meses

Uno de cada tres supera los 55 años

La sangría se ceba con el sector primario y el comercio

Local en proceso de cierre en Sanjurjo Badía, en agosto

Local en proceso de cierre en Sanjurjo Badía, en agosto / Alba Villar

Julio Pérez

Julio Pérez

La actualización esta misma semana de los datos de afiliaciones a la Seguridad Social de extranjeros confirma que, sin ellos, el problemón de Galicia por la falta de relevo en el mercado laboral sería todavía más grave. En septiembre había casi 59.000 foráneos trabajando tras un incremento del 16,2% respecto al mismo mes del pasado ejercicio. Es la mayor subida de todas la comunidades, muy por encima del 9,4% de alza en el conjunto del Estado. Son 8.336 nuevos ocupados. El colectivo concentra el 40% de todo el empleo creado en Galicia en el último año. Para los autónomos son pura supervivencia. Su régimen de cotización sufrió casi 1.300 bajas a pesar de que los trabajadores por cuenta propia procedentes de otros países aumentaron en 763.

“El trabajo autónomo extranjero es el pilar fundamental del crecimiento del sistema, a pesar de la falta de incentivos que existen para el desarrollo de políticas activas de autoempleo extranjero en la mayoría de comunidades autónomas”, apunta Eduardo Abad, presidente de UPTA, que reclama “reforzar y aumentar” los fondos destinados a políticas orientadas al autoempleo extranjero. “Se deben poner en marcha programas de asesoramiento específico para las personas de otras nacionalidades que desean iniciar una actividad económica –apela–. El esfuerzo y la tenacidad que demuestran es envidiable, vienen a nuestro país y aportan al sistema, crean puestos de trabajo y no restan posibilidades, están aquí contribuyendo al crecimiento económico en todo el territorio nacional”.

Un electricista en la zona de contadores de un edificio.

Un electricista en la zona de contadores de un edificio. / FDV

Casi 300.000

Galicia se agarra con fuerza al flujo migratorio para frenar la incesante merma de los autónomos. A principios de los 90 llegaron a rozar los 300.000, uno de cada tres trabajadores en la comunidad. Hoy no son ni uno de cada cinco, alrededor de 205.000, su mínimo histórico. Las afiliaciones se redujeron en prácticamente 10.000 en una década y en 1.257 (0,6% de caída) en los últimos doce meses.

No es una tendencia exclusiva de Galicia. Los cotizantes en el régimen especial de trabajadores por cuenta propia bajaron en 11 autonomías. A la cabeza está Asturias, donde descendieron el 1,5% (1.110 menos); Castilla y León y La Rioja, con un retroceso del 1,4% (2.742 y 352, respectivamente); y País Vasco, que también supera el 1% de recorte (1.918). Los ascensos de Canarias (3.173), Baleares (2.130), Comunidad Valenciana (4.553), Madrid (3.881), Andalucía (4.511) y Cataluña (2.829) compensan la sangría y permiten un saldo positivo de más de 9.000 nuevos autónomos en toda España. Pontevedra es caso aparte en Galicia. La provincia sumó 195 trabajadores por cuenta propia en un año.

El envejecimiento

El retrato robot del Ministerio de Trabajo y Economía Social sobre los autónomos en Galicia evidencia el gran envejecimiento del colectivo. Predominan los vinculados al sector servicios, sin asalariados, con una sola actividad, hombres y una edad media de entre 40 y 54 años, “aunque con una importante presencia de mayores de 55 años”. Los que superan esa edad, unos 68.100, concentran un tercio de las afiliaciones entre los trabajadores por cuenta propia en Galicia. Y no paran de aumentar, especialmente aquellos de 65 en adelante: 111.453 al cierre de septiembre, 891 más que un año atrás.

Justo lo contrario que en los de 45 para abajo. Hay 2.283 menos que en septiembre de 2022, según las cifras recién publicadas por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Aunque entre los 20 y los 24 años se registraron 134 altas, en los de 25 a 29 años se perdieron 107; 137 en los de 30 a 34 años; 1.029 en los de 35 a 39 años; y 1.155 entre los autónomos de 40 a 44 años.

Los sectores que tradicionalmente copaban el mayor número de autónomos lideran el declive. El colectivo mermó el 4% en la agricultura y la ganadería: 960 cotizantes menos. El comercio minorista se quedó sin otros 783; 251 en los establecimientos mayoristas; 141 en servicios de comidas y bebidas; 136 en reparación de ordenadores y otros artículos de uso personal; y 120 en construcción especializada. La otra cara de la moneda son las actividades sanitarias y la educación, con alzas de 286 y 254 cotizantes. En otros servicios personales (lavanderías, peluquerías, pompas fúnebres o mantenimiento físico, por ejemplo) se ganaron 249. Las actividades de creación sumaron 199; 171 las actividades jurídicas y de contabilidad; y 141 el sector del deporte y el ocio.

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