Fandicosta reestructurará deuda tras vender su matriz: “Yo busco lo mejor para mi gente”

Su presidente, Ángel Martínez Varela, se muestra sorprendido por la “rapidez” de la crisis de tesorería y certifica que dispone de stock para cumplir con los clientes

La viguesa Wofco ya prepara la operación con los bancos

Vista general de las instalaciones de Fandicosta en Domaio.

Vista general de las instalaciones de Fandicosta en Domaio. / Marta G. Brea

Lara Graña

Lara Graña

La salazón, los primeros barcos a vapor y motor, de los bous a los rampleros, de las mareas de ardora a las campañas de gran altura, la llegada de los congeladores y las sociedades mixtas, la expulsión de flota de Namibia, el adiós de Casa Mar, la guerra del fletán, la revolución de los elaborados, la quiebra de Pescanova SA, el bum del refrigerado... No hay hito en la historia contemporánea de la pesca gallega que no haya pasado por la mirada de esta saga familiar. La que preserva Ángel Martínez Varela, sucesor de un legado empresarial que arranca en el año 1904 con su abuelo, Miguel Martínez Botas. El fundador de Casa Botas.

¿Sabes, amigo? Sé que estás cansado, llevas a cuestas tres generaciones de Mareas, Tempestades y Calmas.Y sigues ahí, avanzando.

Son frases de la web corporativa de Botas. Su Casa Botas de 1904.

“Xa choveu”, confiaba el empresario a FARO en una pasada edición de Conxemar. Feria a la que no prevé asistir este año, en su 24º edición, inmerso en unas negociaciones complejas a múltiples bandas para blindar la actividad de Grupo Fandicosta, primero, y una solución que ponga fin a su crisis de tesorería, después. Una reestructuración que será de amplio espectro, como avanzó este periódico, y que afectará al conjunto del holding, al menos a las sociedades establecidas en España: la matriz Fandicosta, Peixemar, Casa Botas y Bonfrig. Con la venta de la primera, que siempre ha despertado el apetito de un sinfín de operadores y fondos de inversión, y con la reordenación de la deuda que permanezca en el grupo. Y una prioridad: “Lo mejor para mi gente”.

Ángel Martínez, explica él mismo, tiene una oferta sobre la mesa por la cabecera del grupo, que es la factoría de Domaio. Corresponde a Worldwide Fishing Company (Wofco), como es vox populi en el sector. Tras haber experimentado un crecimiento exponencial en su corta trayectoria, la firma que dirigen Alberto Barreiro y Borja Tenorio tiene músculo financiero y, sobre todo, la aspiración clara de contar con una sala de elaboración de gran capacidad. El presidente y dueño de Fandicosta no la ha aceptado todavía. “Hay que estudiarla”. Lo está haciendo con su equipo y con el del bufete Garrigues y la auditoría Deloitte, que están guiando la reestructuración. El pool bancario y la Xunta –tiene el 12,15% del accionariado– también participan de las negociaciones. La venta, al menos ahora y como expone el empresario, está perimetrada únicamente a Fandicosta. No solo aporta una capacidad productiva de 35.000 toneladas anuales, sino que dispone de un enorme pulmón de logística de frío en una ubicación privilegiada, casi a los pies del puente de Rande. Una factoría reconstruida y reconfigurada íntegramente tras un incendio que la devoró en el año 2016. “Voy a escuchar todas las opciones para tomar una decisión con calma”.

Boceto del expositor de Fandicosta para la edición de Conxemar que arranca el martes. |   // FANDICOSTA

Boceto del expositor de Fandicosta para la edición de Conxemar que arranca el martes. / Fandicosta

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El equipo de Ángel Martínez Varela estará en la 24º edición de la feria de Conxemar, que arranca este martes en el recinto ferial de Vigo (Ifevi). Dispondrá de un stand de 100 metros cuadrados en zona noble, por la entrada que utilizan la mayor parte de los asistentes a la hora de acceder al evento. Lo hará también Comercial Pernas (Coper), una de las dos accionistas de Atunes y Lomos (Atunlo), que también aborda un proceso de reestructuración tras haber advertido problemas de tesorería. Una tercera compañía en dificultades también tiene reservado un espacio, con la misma superficie que Fandicosta y Atunlo.

Será una feria con una inaudita presencia de pabellones internacionales –se estrenan Mauritania, Turquía, Grecia y Países Bajos–, pero en la que tendrán gran protagonismo el cúmulo de factores adversos que encara el sector: incremento de los costes operativos, encarecimiento de la financiación, reducción del consumo, cierre de la pesquería de Malvinas o el reparto de las licencias de fresco en el caladero de Namibia.

Los clientes

Aunque lo que vaya a cambiar de manos sea la empresa de O Morrazo, en la operación se incluye el traspaso de una parte de la deuda, con la continuidad de las negociaciones con la banca para abordar el estado del pasivo restante. Como expone Martínez Varela, “sea esta u otra la solución, yo busco y haré lo que es mejor para mi gente”. Y en su gente incluye a sus clientes, por los que se conjuró ya tras el fuego para no dejar de suministrarles producto. Lo explicaba él a FARO en aquel complejo 2016: “Si el incendio hubiese ido a la otra fábrica estábamos muertos. Y, si paro de fabricar, un cliente puede tenerte en muy buen concepto pero debe buscarse la vida”. Ahora, en 2023, su grupo enfrenta fuertes tensiones de tesorería derivadas de una caída en las ventas, la reducción de márgenes y los costes financieros. Un torniquete que empezó a apretar muy rápido, a una velocidad que el veterano empresario no esperaba. Pero su intención es la misma hoy: poder seguir trabajando. “Tenemos stock para trabajar y atender los pedidos de los clientes”, gracias de hecho a su capacidad frigorífica.

En conjunto, Grupo Fandicosta cerró el pasado ejercicio fiscal con ventas por 290 millones de euros y 55.193 toneladas comercializadas. Es la quinta firma de España por volumen de ingresos. Para él trabajan en Galicia, sin contar con los picos de producción y la demanda asociada de empresas de trabajo temporal, unas 350 personas. Bajo la marca Más del mar, la mercantil Peixemar es una referencia absoluta en el sector –y el puerto de Vigo–, singularmente gracias a sus acuerdos con la flota de palangre que le provee de marrajo, pez espada o caella. Botas, con planta de procesado y almacén frigorífico, fue vital para reactivar la actividad de Fandicosta tras el incendio. “Por el frigorífico habrá interesados, seguro. Otra cosa es que tenga que vender, o que le ofrezcan lo suficiente”, apunta un directivo de la industria. “Y está el componente emocional, es de donde nace todo”. Hay al menos dos empresas que han mostrado su interés en activos de Vigo y Vilagarcía, según pudo saber FARO.

En todo caso, el grueso de la operación será previsiblemente con Wofco, que ya ha arrancado las negociaciones con la banca para articular la compra. Aunque fuentes financieras constatan que ha mejorado su capacidad de tesorería con una desinversión, la de la participación que tenía en Lafonia, que es una de las joyas de la corona de la flota gallega de gran altura. El joven equipo no tendrá tiempo de aburrirse: ha prescindido de flota propia –el Matilda ya está en Namibia con el nombre de Helena Ndume– pero ha integrado el 45% de la argentina Conarpesa. En el aire queda ahora, si cierra la compra de Fandicosta, el proyecto que había diseñado para los terrenos de la desaparecida Aucosa, que recibirían actividad de elaborados –ahora Wofco solo cuenta con la planta de la antigua Confremar, en Teis– y oficinas. A cierre de 2022, la compañía superó los 330 millones de euros en ventas con 68.500 toneladas comercializadas.

  • Tensiones de liquidez

    Afectan a al menos media docena de compañías pesqueras gallegas, que suman ventas por cerca de 770 millones de euros. Ya se han registrado impagados.

  • Capacidad de entrega

    La disponibilidad de stock permite a Fandicosta mantener la actividad fabril en elaborados.

  • La oferta de Wofco

    Con solvencia económica, el grupo vigués aspira a contar con una sala de elaborados. Proyectó una en Chapela para lograrlo.

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