Juicio en un mes

El “caos” tras vender Faurecia: de Ikea a ataúdes para Ucrania

La fábrica de O Porriño cayó en manos de compradores con ideas de lo más dispares, pero sin inversiones ni planes de negocio

Trabajadores de la antigua filial de Faurecia, ahora Madera Fiber Technologies, en una protesta ante la planta (O Porriño).

Trabajadores de la antigua filial de Faurecia, ahora Madera Fiber Technologies, en una protesta ante la planta (O Porriño). / Marta G. Brea

La plantilla de Madera Fiber Technologies está compuesta por 103 empleados. Un centenar de personas que este mes ya no cobrarán y cuyo futuro está sentenciado a un concurso voluntario de acreedores que el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogerá en los próximos días. La quiebra de la firma, avanzada por FARO hace una semana, llega solo dos años después de que la antigua dueña de esta fábrica localizada en O Porriño, la multinacional francesa Faurecia, acordara vender sus instalaciones al fondo buitre alemán Callista Private Equity. Y este último, meses más tarde, a la sociedad rumana RW Future Tech Srl.

Fue una transacción que se gestó fuera de Galicia y su primer capítulo se remonta a finales de julio de 2021. Por esas fechas, el grupo galo notifica al comité de empresa que procederá a traspasar este centro, vinculado hasta entonces a la producción de paneles de puerta para coches, entre otras piezas. La operación se cierra el 1 de enero de 2022, tras varios careos de ambas partes, incluidos los representantes de los trabajadores. Se traslada en dichos encuentros que, además del sector del automóvil, está previsto diversificar y crear también muebles.

Según pudo saber este periódico, Callista Private Equity “vende la idea de que está negociando encargos con Ikea”. “La realidad es que los pedidos nunca llegan”, abundan fuentes cercanas al caso, como tampoco el plan de negocio del fondo buitre alemán. Este, que compra la fábrica por un euro y por si fuera poco recibe tres millones de Faurecia en compensación de costes y otros conceptos, comienza a cobrar 15.000 euros al mes, a mayores, en concepto de honorarios por consultoría de gestión. “El dinero sale de la tesorería de la planta”, agrega otro testimonio relacionado con este proceso. El montante que se lleva “no tiene justificación en ninguna actividad o servicio prestado”.

Pasan así meses, mientras el centro porriñense encadena pérdidas de cientos de miles y miles de euros por no renegociar los precios de sus productos con su antigua dueña, a la que sigue suministrando el 85% de las piezas que produce pese a no ser de su propiedad. A finales de julio de 2022 se regalan los terrenos de Madera Fiber Technologies por 2,4 millones, un tercio de su posterior tasación, a Freilouro Investiments, newco constituida en febrero; el 28 de febrero de 2023, al año, se cede la unidad a RW Future Tech Srl. Tras haber podado la compañía, adelgazándola al extraer el grueso de sus activos, los 103 trabajadores caen en manos de la sociedad rumana. Quedan unas semanas para que ponga sobre la mesa la idea de solicitar un concurso voluntario de acreedores, pero antes se propone cualquier idea.

Rüdiger Wisser, su administrador, “llega a plantear fabricar ataúdes para Ucrania, argumentando que hay una gran demanda por la elevada cantidad de muertes a causa de la guerra. Incluso dice que también pueden necesitarlos en Rusia”, indica otra fuente consultada por FARO. No contento con la descabellada idea, llega a plantear otra más surrealista que la anterior: hacer helados dietéticos italianos. “Las personas que estuvieron en contacto con él, las pocas veces que hubo ocasión y a las que llevó un traductor, quedaron pasmadas. Parecía que se estaba riendo de la gente o tomándonos el pelo”, añade.

Finalmente fue la semana pasada cuando este periódico adelantó la quiebra de la firma, tras acumular pérdidas por casi 15 millones en los cuatro últimos ejercicios. Está por ver qué sucederá, una vez sea firme, aunque los ojos de los empleados están puestos ahora mismo en una única fecha. Después de una demanda conjunta presentada por varias decenas de ellos por cesión ilegal, constatada por la Inspección de Trabajo (IT) en dos visitas efectuadas este mes de junio, el próximo 3 de noviembre tendrá lugar en Vigo un juicio que podría llegar a invalidar las subrogaciones que han tenido lugar en los últimos 21 meses, regresando así a Faurecia.

Suscríbete para seguir leyendo