El “terraceo” gana el pulso a la inflación en Galicia

El cierre de los bares y los locales de ocio nocturno en la madrugada del 13 al 14 de marzo de 2020 fue la potente imagen de portada de muchos medios de comunicación en la antesala de la declaración oficial del primer estado de alarma en España por culpa del coronavirus. Silencio total en las calles. El confinamiento y las restricciones de horario y aforo impuestas después para capear las siguientes olas de contagios sumieron al sector en una crisis sin precedentes.

Doce meses consecutivos encadenó la hostelería en Galicia de desplomes de la cifra de negocio. Cerró ese primer ejercicio del COVID-19 con una caída de la facturación de casi el 73%, a pesar de la rapidez con la que se volvieron a llenar las terrazas cuando la situación sanitaria empezó a estar bajo control. Ahora van casi dos años y medio de justo lo contrario, hasta superar con creces los niveles prepandemia e, incluso, batiendo máximos históricos. La intensa subida de los precios explica una parte del intenso incremento, pero también se está consumiendo más sin importar la inflación. Mucho más.

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A lo largo del primer trimestre del año, cada gallego superó de media los 26,1 kilos/litros de comida y bebida fuera de casa, según el balance del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En ninguna otra zona del país se alcanzan estos volúmenes per cápita. Aunque las cuatro provincias gallegas, la leonesa y Asturias integran el área de análisis con menor población (9% del total), destacan a la cabeza de la demanda extradoméstica de alimentación en España tras un incremento del 15,5%. La media estatal se situó en los 23,3 kilos/litros entre enero y marzo, prácticamente la misma cantidad que en el mismo periodo del pasado 2022 (23,2). En el área metropolitana de Madrid alcanzó los 25,5 kilos/litros por persona en el trimestre; los 24,1 en la zona Norte-Centro (Cantabria, La Rioja, Navarra, País Vasco, Palencia y Burgos); los 23,4 en la ciudad de Barcelona y su entorno; en Levante (Comunidad Valenciana, Murcia y Albacete) llegó a 22,8; y en el resto del Estado ronda los 22 kilos/litros.

“El consumo extradoméstico continúa su senda ascendente tras los difíciles momentos que atravesó debido al COVID-19”, destaca el ministerio. Nueve de cada diez residentes en España comió o bebió fuera de casa en algún momento del primer trimestre del año, con un promedio de 26,9 actos de consumo. “Es importante relativizar y decir que estas cifras aún se sitúan por debajo de la etapa previa a la pandemia”, señala el informe. Galicia, Asturias y León llegaron a rozar los 148 kilos/litros en todo 2019. Con la aparición del coronavirus, el consumo de alimentación fuera de casa descendió a los 96,1 kilos/litros en 2020. Creció tímidamente hasta los 100 en 2021, cuando todavía estuvieron en vigor algunas de las limitaciones, sobre todo en el arranque del año; y en 2022 aumentó a 116,6 kilos/litros por persona.

La bebida es la gran protagonista del consumo extradoméstico en Galicia y el resto de la zona noroeste: 16,84 litros, frente a los 14,63 del primer trimestre del ejercicio anterior. Es la cota más alta de todas las zonas geográficas otra vez y cerca de cuatro puntos por encima de la media nacional (13,09). Lo más demandado es el agua embotellada (5,07 litros per cápita), seguida de la cerveza (4,52 litros) y la leche (2,07). Las dos primeras crecen el 18% y el 13,6%, respectivamente, mientras que la leche (sola o mezclada) retrocedió el 2%. Los gallegos tomaron 1,54 litros de refrescos por persona entre enero y marzo; algo más de un litro de vino y también de sidra; el café no llega al medio litro; 0,35 litros en zumos; 0,24 en bebidas espirituosas; y 0,16 de infusiones.

Aunque se comió un 1,1% más en restaurantes y otros establecimientos comerciales en Galicia, la cantidad media, 8,9 kilos, ocupa en este caso la cola de la tabla. La media del país roza los 10 kilos y el área metropolitana de Madrid va en cabeza con más de 12 kilos. Se piden especialmente hortalizas y verduras (2,4 kilos), carne fresca (1,4) y pan (1). Los pescados y mariscos sumaron 800 gramos; 600 los derivados lácteos; y 300 gramos la bollería. El noroeste también figura en el último lugar del ranking en aperitivos: 300 gramos, de los que la inmensa mayoría son patatas fritas y otros productos salados (200).

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destaca, precisamente, las caídas que se están registrando en el consumo extradoméstico en el aperitivo y la poscena. “Podemos ver diferentes tendencias”, dice. Los momentos que mejor evolucionan este año “son los que están relacionado con momentos más tardíos y que más sufrieron durante la pandemia”. Aumentan el 4,8% los consumos de tarde/merienda; el 9,3% antes de la cena; y el 6,3% la cena. Una de cada tres consumiciones se comparte con familia, pero el que más sube es al lado de amigos (un 13,1% más, hasta el 26,5% del total).

La intensidad del consumo sube medida que avanza la edad. Entre los 20 y los 24 años la media es de 9,9 kilos/litros frente a los más de 35 a partir de los 60 años. La brecha según los ingresos es enorme. Las personas de renta alta o muy alta superan los 28 kilos/litros en el trimestre, un 42% más que las de renta baja (20).

Los precios de la restauración y los comedores en Galicia aumentaron el 7,6% el pasado año y entre enero y julio del actual 2023 acumulan otra alza del 3,5%. Entre eso y que se mantiene la afluencia de clientes, la cifra de negocio medró en el primer semestre por encima del 17%, según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), superando en todo este tiempo las magnitudes prepandemia. De hecho, las ventas de junio se dispararon un 20% en comparación con la facturación de ese mismo mes en 2019.

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