El último adiós de Prothero a Galicia: deja la empresa que aún es dueña de Barreras

30 de marzo de 2015. En Valleta, capital de Malta. Dos “expertos marítimos” –así se consideraban a ellos mismos– constituyen una empresa a través de la gestoría EMD Advirory. La sociedad se bautiza como RYCY Holdco, con las siglas de Ritz-Carlton Yacht Collection. Acaba de nacer el proyecto con el que la cadena hotelera, filial del gigante Marriot International, pretende entrar en el negocio de los cruceros. Esos dos “expertos” se llaman Lars Manuel Clasen y Douglas Prothero. El primero acumula una amplia trayectoria en el sector como cofundador de Dolce Cruise Management o presidente de AIDA Cruises, pero durará poco en esta aventura con Ritz. En noviembre de 2017, cinco meses después de haber firmado el contrato para el buque de lujo con Hijos de J. Barreras (el Evrima), dejó la sociedad. Quedó Prothero al frente en solitario, y fue bajo su mandato cuando esta sociedad cambió de nombre. Estamos en abril de 2020, momento en que Ritz emerge como la salvadora del astillero. La antigua RYCY Holdco pasa a llamarse Cruise Yacht Yardco. Porque yard, en inglés, significa grada y se utiliza también como “astillero”. Y esa es la compañía que se utilizó para comprar la totalidad de Hijos de J. Barreras. De la que el canadiense, que fue también presidente ejecutivo del astillero, acaba de salir.

Douglas Prothero y el prodigio de la servidumbre

A día de hoy, Barreras es un armazón societario vacío después de haber traspasado su unidad productiva a Astilleros Ría de Vigo (Grupo Armón) en medio de un proceso de liquidación ordenada. Pero ese cascarón está en manos de esa firma, Cruise Yacht Yardco, parte del extensísimo entramado societario que utilizó Ritz, con dinero del fondo Oaktree, para lanzarse a la construcción de cruceros. De modo que, en esencia, Prothero seguía siendo el máximo responsable de la propiedad del astillero. El registro mercantil de Malta ha confirmado ahora el cambio, notificado formalmente el 24 de junio aunque acordado a mediados de mayo. Ahora el director de esa mercantil se llama James Joseph Murren, de nacionalidad norteamericana y con residencia en la ciudad de Las Vegas (Nevada). No solo ha reemplazado a Prothero en Cruise Yacht, sino también en la naviera que contrató el Evrima, The Ritz-Carlton Yacht Collection, en calidad de consejero delegado (CEO). Cualquier vínculo del canadiense con Hijos de J. Barreras o el naval gallego ha desaparecido; el último hilo de unión era Cruise Yacht Yardco.

Hijos de J. Barreras, la tragedia griega del naval español

Esta empresa desaparecerá previsiblemente cuando se consume la total liquidación de Barreras, que todavía está pendiente. Se trata de un vehículo societario que se ideó para supervisar la construcción del crucero en Beiramar, y que después se reconvirtió para tomar el control de todo el astillero. A menos, eso sí, que se inicien y prosperen procedimientos de recuperación por parte de las armadoras Havila Kystruten y Naviera Armas, que ya ganaron sendos procesos por importe de 37 y 28 millones de euros, respectivamente. Barreras es una mercantil insolvente y no tiene fondos para satisfacer ningún importe, menos de esas características, a menos que ese procedimiento se dirija contra la propiedad real del astillero. Esto es, el fondo Oaktree a través de Cruise Yacht. Ya lo intentó un exdirector general de la atarazana, Liam Campbell, sin éxito: su juicio por despido improcedente, en el que pretendía cristalizar una estrategia de levantamiento del velo –para hacer partícipe a Oaktree de todas las responsabilidades– fue parcialmente desestimado hace escasas dos semanas.

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