Canarias pasó de construir 1.307 viviendas protegidas en 2007 a 476 en el último septenio

La AECP exige al nuevo Gobierno de Canarias un pacto por la gobernanza con el sector de la construcción que facilite la participación de las iniciativas privadas en la producción de viviendas protegidas

Edificio de viviendas en construcción

Edificio de viviendas en construcción / Marta Fernández Jara - Europa Press

A pesar de la emergencia habitacional que atraviesa Canarias, la construcción de viviendas públicas está estancada. El Archipiélago pasó de construir 1.307 casas protegidas en 2007 a solo 476 en el último septenio, según datos de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas (AECP). En 2022 la producción de Viviendas de Protección Oficial (VPO) se redujo un 89% con respecto a 2007 y el número de casas libres construidas en las Islas se situó el año pasado un 35,5% por debajo de la cifra registrada hace 16 años.

Para mitigar estos datos, la presidenta de AECP, Salud Gil, exige al nuevo Gobierno de Canarias impulsar un pacto por la gobernanza con el sector de la construcción que facilite la participación de las iniciativas privadas en la producción de viviendas protegidas “para hacerla más eficiente y eficaz”. A su juicio, las instituciones públicas “han demostrado incapacidad” para fomentar la ampliación del parque de vivienda pública, por lo que insta al nuevo Ejecutivo canario a “dar un paso más” y advierte que sin la iniciativa privada las instituciones no podrán agilizar la producción de casas.

"Tenemos un sistema casi negacionista, no se construyen viviendas protegidas por falta de liderazgo, porque no hay una cabeza que planifique y dirija equipos", subraya Gil, quien sostiene que exite suelo privado que se puede destinar para proyectar casas de VPO, pero no aflora y como remedio la AECP solicitó al Gobierno de Canarias que declarara la vivienda como bien estratégico, pero la propuesta no salió adelante.

Gil también aboga por la “desbunkerización de la administración pública” y reclama “la vuelta a los edificios y a coger los teléfonos”. Tras la pandemia, apunta la presidenta de la AECP, se ha bloqueado la atención al público por parte de las instituciones, lo que “imposibilita el progreso”.

Las elecciones avivan la licitación pública

En la radiografía que la AECP plasma en su informe sobre la evolución coyuntural del sector de la construcción y promoción inmobiliaria en el periodo 2007-2014, se recoge que que la licitación pública sufrió una caída libre del 71% entre 2007 y 2014, y recuperó un 61% en el siguiente septénio, pero sobre «unos presupuestos exiguos», con lo que la cifra de licitación de 2022 se sitúa por debajo de la de hace 16 años. Según los datos que maneja la AECP, los repuntes de los concursos públicos coinciden claramente con los preámbulos de los comicios electorales. Este estancamiento, lamenta Gil, repercute negativamente en el desarrollo del Archipiélago, que no mejora o amplía las infraestructuras públicas ligadas a servicios básicos como hospitales, escuelas o centros sociosanitarios.

Gil señala que la "involución del sector ha pasado desapercibida" debido a los "prejuicios y estereotipos" que tiene la sociedad sobre la construcción, que lo tilda de "acaudalados, enemigos del medio ambiente, devoradores del territorio o depredadores". Si embargo, asegura que sus empresas "se reinventan, son resilientes e innovadoras" y reclama un rato diferenciado para el sector como el que se le brinda a la industria, el comercio, el turismo, el transporte, los servicios o el sector primario.

"Hemos resurgido solos y aunque se nos presume robustez y fortaleza, los datos lo desmienten", apunta la presidenta de la AECP. El peso de la construcción sobre el Producto Interior Bruto (PIB) se ha reducido un 51% en los últimos siete años, con respecto a 2007 y está solo tres décimas por encima del dato de 2014, que es el peor año de la serie. Por otra parte, la venta de cemento en 2022 está un 30% por debajo de la registrada hace 12 años.

Creación de empresas

Entre 2008 y 2015 se perdieron en Canarias más de 8.500 empresas. Las sociedades fueron más resistentes, pero los empresarios autónomos se derrumbaron. Aunque entre 2013 y 2014 se redujo el número de sociedades en un 12%, a partir de 2015 las cifras de creación de empresas aumentaron cada año, alcanzando el año pasado los números de 2011. "A pesar de todo, somos un sector dinámico y capaz de reponerse y rearmarse", defiende Gil.

Los datos de empleo revelan que, entre 2007 y 2014, periodo de crisis, el número de parados del sector aumentó un 81.6%, con casi 37.000 parados, perdiéndose más de 80.000 ocupados. En el siguiente septenio, la cifra de desempleados desciende un 46,5% y, por primera vez en 16 años, se rompe la barrera de los 20.000 desempleados.

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