La actualización de las proyecciones de población hasta 2037 que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) no son nada halagüeñas para Galicia. De mantenerse las tendencias actuales en nacimientos, muertes y movimientos migratorios, la comunidad perderá otros 35.000 residentes en los próximos 15 años. Peor irían las cosas incluso sin la llegada de extranjeros. Alcanzarán los 465.000 tras un alza del 75% (199.700 más que en 2022), en línea con la media estatal, mientras los habitantes de nacionalidad española descienden en más de 234.000. No hay que esperar al medio y largo plazo para ver cómo los foráneos amortiguan la gravísima crisis demográfica que amenaza el relevo generacional y la musculatura del tejido productivo. Galicia lleva dos años encabezando el incremento de las afiliaciones a la Seguridad Social en el colectivo, que aporta cerca del 40% de todos los nuevos cotizantes en este 2022 por el impulso de la contratación en los sectores que más se quejan de escasez de mano de obra cualificada.
En la etapa de vacas gordas previa a la gran recesión financiera, Galicia pasó de puntillas por el bum de los flujos migratorios hacia España. Tampoco aquí se hinchó tanto la burbuja inmobiliaria que disparó la contratación en la construcción y otras actividades vinculadas por el los territorios del sur, Levante y las grandes ciudades del país. El pinchazo sí se notó. El número de trabajadores extranjeros en la comunidad pasó de los más de 43.000 que había a mediados de 2008 a 29.000 en 2014, cuando la economía dejó atrás por fin la crisis global y se revirtió la tendencia. Su presencia no deja de aumentar desde entonces y se aceleró con la recuperación de la actividad después de los meses más duros de confinamiento por el coronavirus.
Récord de afiliaciones
Por primera vez, en Galicia están ocupados más de 50.000 foráneos. La cifra a último día de septiembre rondó los 50.500 y la media del mes ascendió a 51.500 tras una subida anual del 10,5%, según los últimos datos difundidos por la Seguridad Social y el Instituto Galego de Estatística (IGE). Solo Canarias y Baleares, que registraron incrementos del 15% y el 17,6%, respectivamente, por el resurgimiento del turismo, y País Vasco (11,5%) y La Rioja (13,3%), superan el avance en la afiliación de inmigrantes en Galicia, que en 2021 fue la comunidad con mayor tirón (15%), empatada con Extremadura.
“El perfil del contratado extranjero es el de un hombre que proviene de un país que no pertenece a la Unión Europea, de entre 25 y 44 años con un nivel formativo de estudios primarios o no acreditados, con un contrato eventual por circunstancias de la producción a jornada completa y en el sector servicios”, detalla el Sepe en los informes sobre el mercado de trabajo en las cuatro provincias gallegas durante el pasado ejercicio.
Ocupaciones con más contratos
De entre las veinte ocupaciones a extranjeros con más contratos al colectivo, las que presentan una mayor tasa de contratación en Pontevedra son los peones de las industrias manufactureras (42,7%), camareros (31,2%), peones de transporte de mercancías y descargadores (29,8%) y personal de limpieza (24,3%). En A Coruña destacan los filólogos, intérpretes y traductores (48,4%), encofradores y operarios de hormigón (41,3%), pescadores de altura (36%), empleados domésticos (33,3%), marineros (27,3%) y peones de la construcción (20,1%). Los perfiles se repiten en el caso de Ourense, donde el 44% corresponde a ocupaciones elementales; y en Lugo, con los camareros, los empleados en plantas manufactureras y labores de limpieza en lo alto de la contratación a foráneos.
Sectores con falta de personal
El 3,2% de los afiliados extranjeros en Galicia el pasado septiembre cotizaban en el régimen especial del Mar (1.600) y el 8% en el sistema especial del empleo en el hogar (4.000). Dentro del régimen general y el de autónomos, el sector con mayor peso de población originaria de otro país es la hostelería: casi 9.500 ocupados, lo que supone un incremento del 27,5% (2.044 trabajadores) en comparación con el mismo mes de 2020, en pleno despegue del empleo tras la primera ola de la pandemia. La subida en el comercio fue del 19% (1.122 altas a la Seguridad Social en dos años); del 31% (1.136 nuevos cotizantes) en la construcción, otra de las actividades que insistentemente lanza un SOS por falta de personal disponible; cerca del 20% (773) en la industria manufacturera; y por encima del 32% (828) en actividades administrativas y auxiliares, donde se clasifican los puestos de limpieza, jardinería o contratos de ETTs.
Aunque se trata de un sector más pequeño y, por tanto, con menores niveles de empleo, la mayor subida de afiliación de extranjeros en Galicia se da en información y comunicaciones por el impulso de las empresas TIC y auxiliares. Ficharon a 302 foráneos en los últimos dos años, un alza de prácticamente el 50%.
