La entonces Consellería de Economía, Emprego e Industria publicó en el Diario Oficial de Galicia del 2 de abril de 2020 una inesperada orden que cambió los plazos de resolución de las solicitudes para los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Con la suspensión de actividad “tan extensa y generalizada” para “la mayor parte del tejido económico de Galicia”, se esperaba “un gran número” de peticiones de suspensión de contratos y reducciones de jornada en las empresas “por causa de fuerza mayor que tienen su causa directa en pérdidas de actividad como consecuencia del COVID-19”.
Iban hasta entonces más de 25.000 y pensando “sobre todo” en aquellas “que, indefectiblemente, se van a presentar en el futuro”, la Xunta amplió de cinco a diez días el periodo previsto en la reforma de los ERTE que el Gobierno central sacó adelante para reconocer el derecho a una prestación pública y blindar la mayor cantidad posible de puestos. Ni con los refuerzos de medios personales y materiales para la tramitación, “resultará muy difícil cumplir” los tiempos –reconoció la consellería– y “con los mínimos requisitos de seguridad jurídica”.
Entre el reparto de competencias –la administración regional se encarga de los ERTE autonómicos y el Ministerio de Trabajo de los que tienen dimensión nacional aunque afecten a centros en la comunidad– y que los datos se fueron acumulando sin limpiar las duplicidades por las empresas que encadenaron varios, nunca se llegó a saber cuántos trabajadores gallegos pasaron por algún tipo de expediente el año pasado. La Agencia Tributaria lo acaba de desvelar: 196.619.
Salario con prestación
“En el ejercicio 2020 se ha registrado una notable alteración del mercado laboral derivada de la crisis sanitaria provocada por el COVID”, señala el organismo en la actualización del informe Mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias publicado ayer, esta vez con un nuevo grupo de población en función de la naturaleza de sus retribuciones. A los perceptores de salarios, pensiones y desempleo se suman las personas en ERTE con “parte de la masa salarial abonada por el Sepe en concepto de prestación de desempleo”.
Entre los 1,8 millones de gallegos con algún tipo de remuneración durante el año pasado, el colectivo de asalariados mermó un 24%, hasta los 638.800. Otros 335.200, el doble que en 2019, trabajaron para una empresa y en algún momento estuvieron también en ERTE o en paro. Los que, además de esa doble condición, se jubilaron, superaron los 10.800 tras un incremento del 137%. Los desempleados sin ninguna ocupación en 2020 subieron un 26% (63.700). Alrededor de 6.000 saltaron del paro al retiro, prácticamente la misma cantidad que el ejercicio anterior; y el volumen de pensionistas subió un 0,8% (713.700).
351 millones de euros más
La nómina con los ingresos de todos estos grupos de población rozó los 32.700 millones de euros, cerca de 351 millones por encima de los ingresos de 2019. ¿Cómo es posible esto ante una crisis tan dura como la que provocó la pandemia? Porque las prestaciones de los ERTE protegieron las rentas de los trabajadores afectados y el ajuste del empleo se concentró en sectores con mayor precariedad, mientras que las vacantes que surgieron tenían retribuciones más altas.
De hecho, el salario medio anual no descendió en Galicia (19.900 euros, un 0,1% más que en 2019), impulsado por la buena evolución de las retribuciones en educación, sanidad, servicios sociales y empleo público en general (26.074 euros después de una variación del 3,1%); y en información y comunicaciones (25.771 euros, lo que supone un alza del 2,6%). El salario medio anual también creció un 0,7% en industrias extractivas (29.233 euros). El resto pasaron la tijera a sus retribuciones, especialmente la hostelería y las actividades artísticas, recreativas y de ocio (14,7% menos, hasta los 8.500 euros). Tanto la industria manufacturera (21.870 euros) como el comercio, las reparaciones y el transporte (18.227) redujeron sus salarios medios por encima del 3%.
Hostelería y jóvenes
Los sectores con mayor descenso salarial lideran el ranking de los ERTE en Galicia. Casi la mitad de los trabajadores de la hostelería y el resto de servicios personales y de ocio (53.700) llegaron a estar con el contrato suspendido o una reducción de jornada. En la industria afectaron al 29% (38.400); y a casi una cuarta parte del comercio (56.200). Como ya adelantó FARO, los ERTE fueron una tabla de salvación para mucho empleo de jóvenes. Uno de cada cuatro trabajadores de 26 a 35 años en la comunidad pasó por un expediente; el 20% en los de 18 a 25 años; y el 21% en los de 36 a 45 años.