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Vista del astillero Hijos de J. Barreras en Bouzas, VigoPablo Hernández Gamarra

Ritz negocia los dos gemelos del Evrima en otro país y prepara una quiebra controlada en Barreras

“The Ritz-Carlton Yacht Collection tendrá una personalidad distintiva, y los barcos destacarán en algunos de los puertos más glamurosos del mundo”. Era junio de 2017, cuando el presidente y consejero delegado de The Ritz-Carlton Hotel Company, Herve Humler, anunciaba la incursión de esta filial de la hotelera Marriott International en el segmento de cruceros. El proyecto siempre contempló, desde el minuto uno, una flota de tres barcos. El primero, bautizado inicialmente como Azora y renombrado como Evrima, se convertiría en la construcción 1705 de Hijos de J. Barreras. El siguiente, el 1706, se firmó en el mismo astillero con toda la liturgia y el boato propios de la marca, el 30 de mayo de 2019. En aquel momento, el responsable de la naviera, Douglas Prothero, se mostró “encantado” de confiar al naval vigués el segundo barco, aún cuando el primero arrastraba ya problemas en su ejecución. Pero ni el pedido 1705 se terminará en Vigo, ni los dos siguientes tomarán forma en Beiramar, como había prometido el canadiense. Con el Evrima atascado en Santander, el equipo de Prothero negocia la construcción de sus hermanos muy lejos del astillero que él mismo preside. Las conversaciones con el grupo francés Chantiers de l’Atlantique están “muy avanzadas”, según pudo saber FARO en distintas fuentes de toda solvencia y próximas a la operación. En Barreras, entre tanto, los planes pasan por adelgazar su pasivo y costes laborales, y buscar un comprador por vía concursal.

El pedido con Chantiers no está firmado todavía. Aunque en Vigo sí se rubricó un contrato para el segundo buque para Ritz –al acto asistieron tanto un director general del fondo Oaktree, Andreas Krämer, como el responsable del segmento inmobiliario de Marriott, Timothy Grisius–, éste no se puso en vigor. La armadora no pagó por este hito y el primer gemelo del Evrima no figura en los registros del Ministerio de Industria. En Francia, Cruise Yacht OpCo (es la armadora que utiliza Ritz-Carlton Yacht como marca comercial) tendrá que negociar directamente con el Elíseo, toda vez que la atarazana de Saint-Nazaire es propiedad del Estado, a través de la Agence des participations de l’Etat (APE).

Anuncio del segundo crucero, en 2019.

Prothero: “Queremos iniciar el tercero en 2021”

Los cruceros que ahora negocia con Chantiers de l’Atlantique fueron comprometidos con Barreras. Los dos. Y por parte del que es, ahora, su presidente ejecutivo, Douglas Prothero. El primer hermano del Evrima se firmó, con la presencia incluso del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en mayo de 2019. En una reunión virtual mantenida con más de un centenar de auxiliares, el 2 de septiembre de 2020, el propio directivo garantizó esa tercera unidad. “Nuestro plan es iniciar la construcción del 1706 a finales de este año y comenzar la construcción del tercero en la primera parte del próximo año”, dijo textualmente.

Douglas Prothero no es un desconocido para ellos, puesto que ya recurrió a profesionales de Chantiers para que asumieran la terminación del crucero de ultralujo en Cantabria. Tampoco le son ajenas las gradas francesas, que ha visitado, y que están construyendo a día de hoy el primer crucero con propulsión de gas natural licuado (GNL) hecho jamás en este país: MSC World Europa. Chantiers acaba de celebrar el corte de chapa de una segunda unidad, el MSC Euribia; Cruise Yacht está abordando el respaldo financiero para su operación, sin entidades españolas.

El desembarco

Mientras la dueña de Barreras se lleva de Vigo los dos cruceros de ultralujo con los que contaba el sector –uno de ellos, ya firmado–, en Beiramar acaba de aterrizar un equipo de una consultora especializada en procesos de insolvencia, operaciones de compraventa en situaciones distress (crisis) o reestructuraciones de personal. Se trata de Kroll Business, a quien Prothero ha dado “plenos poderes” –como le trasladaron sus responsables al comité de empresa– para gestionar el astillero. La hoja de ruta que está sobre la mesa pasa por proceder a la venta de la unidad productiva de forma rápida, para evitar un deterioro del valor de los activos y satisfacer las deudas.

El mecanismo en el que trabaja ya Kroll se denomina prepack concursal, de recientísima aplicación en España –apenas se ha utilizado en Barcelona– y amparado por la directiva europea 2019/1023. “Se trata de vender la única productiva de forma rápida una vez iniciadas las negociaciones con acreedores”, indican fuentes financieras consultadas. “No hay administrador concursal, actúa como tal un experto independiente que vende en nombre de la compañía para pagar las deudas”. Este periódico trató de obtener explicaciones de Cruise Yacht, pero eludieron pronunciarse.

Sobre el astillero hay dos losas multimillonarias, con nombres propios: Havila Kystruten y Naviera Armas. La primera reclama a Barreras, en un tribunal de Londres, el pago de 36,8 millones de euros, por el fracaso en el proyecto de construcción de los cruceros Pollux y Polaris, que quedaron a medio hacer; la segunda pagó 28 millones del primer hito de un ferri de 191 metros de eslora, que nunca se empezó. Fuentes jurídicas apuntan a dos vías para reducir el coste que tendría que asumir un potencial comprador: quitas o una delimitación de la unidad productiva. En la primera, a través de una especie de propuesta anticipada de convenio, la sociedad plantea a los acreedores una reducción de sus facturas pendientes, con medidas de ajuste laboral (un ERE) para rebajar los costes fijos. Pero también puede determinar qué entiende por unidad productiva. Por ejemplo, separando la concesión, maquinaria y terrenos privados de Barreras, dejando los pasivos contingentes de Havila y Armas fuera del proceso. Claro que los 22.400 metros cuadrados que el astillero tiene al margen del suelo portuario están hipotecados a favor de la propia Cruise Yacht 1 –dueña del Evrima–, y están tasados en 10,136 millones de euros. Están calificados como suelo industrial. Solo la deuda que suman las auxiliares de los barcos de Havila se acerca a los 10 millones de euros.

Como exponen desde LABE Abogados, el prepack “supone una oportunidad de negocio [para el comprador] que le permite obtener a buen precio una unidad productiva independiente de la empresa concursada, y que conserva aún suficiente valor económico y productivo como para que el negocio sea rentable, toda vez que el precio de venta es inferior al que dicha unidad productiva tendría en caso de no estar la empresa vendedora en fase de preconcurso”.

Portalón de entrada a Barreras, ayer parcialmente cerrado.

Sin reunión

Las cuentas anuales de Hijos de J. Barreras no se han aprobado todavía, y el último consejo de administración se suspendió, como indicaron desde el entorno de la atarazana. Este órgano está compuesto por el propio Prothero, Carlos Pérez-Bouzada, José Rosado y Johan Kuitunen. En la memoria del astillero debe figurar no solo la entrega del crucero Evrima, que se realizó anticipadamente, sino una nota explicativa o la provisión de las indemnizaciones que corresponderían a Havila –en caso de ganar el litigio, extremo que ha dado por hecho ante sus inversores– y a Armas. Lo cierto es que el COVID, que según Cruise Yacht generó un incremento de costes de 9,7 millones, ha impedido que cualquier acreedor pudiese instar un concurso necesario contra el astillero. El Gobierno prorrogó la moratoria que impedía forzar una suspensión de pagos, y que vencía el 14 de marzo. El Evrima abandonó Vigo, tras salvar un embargo, un día después.

El “Evrima”, en Santander.

Xunta y sindicatos urgen un “plan de viabilidad”

El vicepresidente segundo y conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, volvió a reclamar a la propiedad de Barreras que aporte un plan de viabilidad riguroso. “Sabe que puede contar con el apoyo de la Xunta, en la medida en que pueda presentar un proyecto de viabilidad apoyable”. Lo mismo exigieron los responsables de industria en Vigo de UGT y CC OO, Rubén Pérez y Celso Carnero, respectivamente. “Es lo que queremos, y esta empresa, al parecer, es a lo que ha venido”. El secretario comarcal de la CIG, Alberto Gonçalves, defendió una intervención pública de la empresa.

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