La entrada del camposanto ourensano de San Francisco luce una calavera y dos tibias talladas sobre la leyenda El término de la vida aquí lo veis, el destino del alma según obréis. La inscripción, que también puede verse en varios cementerios de Deza y Tabeirós, también tiene un significado desvinculado de las creencias religiosas: la necesidad de contar con un nicho para nuestros restos mortales. Y esto resulta muy complicado en buena parte de las necrópolis de la zona, sobre todo en Lalín.
Según la Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales del Ministerio de Política Territorial, hay 25 cementerios en Lalín que tienen por lo menos el 80% de sus tumbas reservadas u ocupadas. Y esos 25 cementerios son más de la mitad de los 44 de todo el municipio. En este 80% de ocupación se encuentran los camposantos de Alvarellos; Anzo; Camposancos; Cercio y Donsión. Con una ocupación del 85% están Cello, Soutolongo y Zobra, mientras que el porcentaje es del 90% en Botos; Cadrón; Castro; Antuín; San Pedro; Losón; Moneixas; Prado y Santiso. Y el cementerio municipal antiguo está ya al 95%.
De este listado, son muy pocos en los que ya es imposible ampliar la construcción de tumbas y nichos: Cadrón, Cello, Cercio o Moneixas, por ejemplo. Ocurre lo mismo con la media docena de cementerios que están ya al 100% de su capacidad: Bendoiro; Bermés; Filgueira; Xaxán; Erbo y el de San Martín. Como dato curioso, el de Alemparte está al 60% pero no puede ampliarse. Es la misma ocupación que presenta el de A Romea, rebautizado como Fraga do Alén y que está en pleno proceso de expansión gracias al proyecto sufragado por el ReacPon. La ampliación lo dotará de 2.160 nichos más.
Menos población, más disponibilidad
La situación de A Estrada a la hora de disponer de morada para la eternidad es más holgada: solo hay un camposanto al 100%, el de Liripio, y de sus 45 totales, solo otros siete presentan saturación: Barcala; Oca de Arriba; O Pazo; A Pedreira y Somoza están al 80%; mientras que Orazo marca un 90% y Arnois llega al 95. Solo Arnois tiene imposible una ampliación, como Piñeiro-Cora, aunque éste esté solo al 55% de su capacidad.
Silleda tampoco llega a la decena de camposantos donde ya es difícil hacerse con un nicho. Trasdeza tiene 44 cementerios en total, y de ellos 7 con al menos un 80% de saturación: San Pedro; Breixa; Negreiros; San Paio (todos con el 80%); Oleiros (85); Dornelas y Escuadro (ambos al 95%).
Es lógico que los municipios con menos población tengan más tumbas disponibles. En Vila de Cruces de sus 29 cementerios hay 4 con un alto grado de ocupación: Arnego; Ferreirós; Besexos (este al 85%) y el cementerio parroquial I. Ferreirós ya no puede crecer más.
En Agolada, con 23 camposantos, hay 3 saturados: Bais está al 90%, Brocos al 85 y Eidián, al 80. Éste y Bais ya no disponen de terrenos para ampliación, como pasa con otros camposantos donde aún hay plazas, como Carmoega, al 60%, Fiufre y Val, todos al 60%. Pese a tener una población similar, Rodeiro sí sufre una saturación en más camposantos, con una decena que rebasan el 80% de ocupación: Mourigás; San Martiño; Az; Carboentes; Fafián; Negrelos; Eirexe; Santa Mariña; San Paio y Vilela.
En cuanto a Dozón, de sus ocho necrópolis solo una, la de Santa María de Dozón, está ya al 90% de ocupación. Pero otras, como las de San Xoán de Sisto, aún al 40%, ya no pueden ampliarse en un futuro.
En Terra de Montes, Forcarei tiene solo dos de sus 15 cementerios muy ocupados: Aciveiro, al 80%; y el de A Igrexa, al 85. Ninguno de los 21 de Cerdedo-Cotobade llegan a ese 80% de ocupación. El que más se acerca es el de Tomonde, al 75.
La encuesta del Ministerio de Política Territorial maneja datos de 2021 y analiza otras cuestiones como el estado de acceso a los camposantos, si cuentan con crematorio o tienen barreras arquitectónicas que impidan el acceso de personas con movilidad reducida. Las dos últimas son cuestiones que han quedado en evidencia ayer y hoy, las dos jornadas del año en la que los vivos visitan las tumbas de sus familiares queridos y las adornan con flores y cirios.
Sin crematorio ni depósito de cadáveres
El citado informe señala que ningún camposanto cuenta con crematorio propio y que tampoco disponen de depósito de cadáveres. Por otra parte, que solo 33 de los 248 que suman las dos comarcas son de carácter privado, municipal o gestionados por comunidades diferentes a los de una iglesia católica. Pero también es cierto que la inmensa mayoría son camposantos monoconfesionales y son contados los que carecen de capilla anexa.
Califica de malo los accesos solo a los camposantos de Arnego y Losón, en Vila de Cruces; y entre los mejorables menciona Almofrei, en Cerdedo-Cotobade; Codesas, en Forcarei; Vidueiros, en Dozón; o el de Cadrón y Cercio, en Lalín.
Las barreras arquitectónicas
Sobra decir que buena parte de estos camposantos se construyeron con barreras arquitectónicas como escaleras para acceder a ellos, sin rampa alternativa, o con escaso espacio entre las tumbas como para poder moverse en silla de ruedas. Es la situación que presentan 41 de los 44 camposantos de Lalín, mientras que Fraga do Alén, Filgueira y el antiguo municipal sí tienen accesos.
En Silleda, las barreras arquitectónicas están presentes en 25 de sus 40 camposantos, mientras que en Vila de Cruces la relación es de 24 sobre un total de 29. Rodeiro, que si tiene ya 10 cementerios muy saturados y 15 en los que no se puede ampliar, contabiliza 22, de los 23 totales, con dificultades de acceso para personas con movilidad reducida. Solo se salva el de Santa Eulalia de Camba. En el concello vecino de Dozón, 4 de los 8 globales también presentan barreras; no las hay en San Salvador; Santiago de Saa; San Xoán de Sisto y Sanguiñedo. Agolada, por su parte, presenta dificultades de acceso en 18 de sus 23 cementerios.
En Tabeirós-Terra de Montes, las barreras arquitectónicas aún son una asignatura pendiente en 30 de los 45 camposantos de A Estrada, así como en 10 de los 15 del municipio vecino de Forcarei y 11 de los 21 que contabiliza Cerdedo-Cotobade.
Un día para recordar a los que siempre estarán
Aunque los encargos y reservas de flores comenzaron ya a mediados de octubre, este fin de semana las floristerías y los bazares chinos estuvieron abiertos sábado y domingo para atender todos los pedidos de ramos de flores naturales y artificiales. El puente festivo de Todos los Santos permitió que los trabajos de limpieza de las tumbas y nichos se extendiese casi hasta ayer por la mañana. El camposanto de A Romea, donde comenzaron las obras de ampliación semanas atrás, estuvo abierto al público para que los vecinos pudiesen cumplir con esta tradición.
No cabe duda de que la jornada festiva ayudó a centenares de personas acudir a visitar la tumba de sus seres queridos y a asistir a una eucarístía. En algunos camposantos todavía permanece la tradición de que, al final de la misa, el sacerdote ofrezca en el atrio del templo un canto por todos los enterrados en el mismo. El responso bien puede ser por bloques de nichos, por todo el camposanto o ya de forma individualizada. Flores y cirios son una forma de demostrarle a quien ya no vive entre nosotros que, sin embargo, continúan vivos en nuestros recuerdos y en nuestros corazones.
Y aquí, el vínculo familiar marca otra tradición: buena parte de la saturación que tienen 60 cementerios de las comarcas se deben a la tradición de ser inhumado en la parroquia donde se ha nacido y junto a nuestros progenitores, no en el lugar donde uno ha hecho su vida profesional. Para eso están los datos estadísticos: la mayoría de los municipios de las comarcas pierden empadronados, pero la demanda de panteones continuará al alza.
