El presupuesto corre el riesgo de no ser aprobado en el año en curso, una vez que Lamazares ya deslizó que su grupo podría presentar alegaciones. López, que reprendió a la oposición por no haber realizado una sola aportación para mejorar la cuenta en todo el año, dijo que era consiente de que las alegaciones podían llegar y por tanto el visto bueno a la cuenta demorarse hasta el próximo ejercicio. Aunque hay concellos que no aprueban su documento económico en plazo, Rodeiro es un caso singular porque suele llegar a pleno casi con el año finiquitado. Por eso la oposición le recriminó al regidor, que, si bien antes ocurría, ahora él era el responsable de revertir esta situación y le echó en cara que más que una presupuesto, lo que estaba poniendo encima de la mesa era solamente una cuenta de resultados. La cuenta, que sube en 60.000 euros respecto a la de 2016, dedica 952.000 euros al capítulo de personal y 804.000 para gasto corriente. La inversión real se desglosa en: segunda fase del edificio polivalente (348.992 euros), acceso a núcleos (53.716), limpieza del puente medieval de Pedroso (30.466), rehabilitación de un molino en el casco urbano con fines turísticos (59.594), mejora de caminos (92.863), plan de eficiencia energética (26.845) y equipamiento y mejora en instalaciones deportivas (59.556).

Los ingresos por tributos directos suman 612.659 (31.051 más), los indirectos bajan de 168.000 a 122.000 y las transferencias corrientes experimentan un alza de 3.000 euros y alcanzan los 941.000. Por IBI de urbana se prevén 205.301 euros, otros 28.400 por el de rústica y casi 183.000 reportarán los bienes de característica especial. El alcalde se asigna un salario 34.216 euros brutos anuales y 87.200 son necesarios para órganos de gobierno.