Ninguna de las carreteras nacionales que atraviesan la provincia figuran entre las que tienen un índice alto de accidentes, y a nivel gallego, solo se incluyen entre las más peligrosas la N-547 (que enlaza Lugo y Santiago), la N-634 (une San Sebastián y también Santiago) y la N-120, en el tramo fronterizo entre Lugo y Ourense. El Real Automóvil Club de España concluye que en tres años, en toda la red de carreteras estatales analizadas se produjeron 1.139 accidentes mortales, con un saldo de 1.321 fallecidos. Además, hay que sumarle otros 3.443 siniestros de carácter grave, en los que resultaron heridas 4.553 personas.

Pese a la relevancia de estos datos, también hay que tener en cuenta que la concienciación sobre seguridad vial y, por supuesto, la mejora de las infraestructuras, posibilitaron que descendiese la cifra de accidentes en todos los tramos peligrosos. Así, si en 2015 los siniestros graves y mortales alcanzan los 4.582 casos, al menos suponen un 64% menos de los 12.907 que se constataron el año 2008. También hay que señalar que, de todas las carreteras analizadas, el 70% de los tramos tienen o bien un riesgo bajo de accidentes o un índice medio-bajo.