Una inesperada noche de angustia

El Leipzig pidió la expulsión de Vinicius y tuvo a tiro a los locales

Protestas alemanas al final del partido. |  // MANU FERNÁNDEZ

Protestas alemanas al final del partido. | // MANU FERNÁNDEZ

Fermín de la Calle

No fue una de esas noches de glamour y champagne en el Bernabéu. Fue una velada cargada de suspense en la que Ancelotti no acertó en su planteamiento y sus jugadores adolecieron de la energía exigible. Un encuentro jugado en el filo de la navaja en el que el Madrid se sintió dominado y desorientado.

Vinicius, totalmente desconectado del partido, soltó un sopapo a un alemán que se quedó en amarilla mientras los teutones exigían la roja para el brasileño por golear al defensor en el cuello. A la hora de partido el Real Madrid no había disparado a puerta. Kroos, el que mejor leyó el partido sin duda alguna, robó una pelota y desató un contragolpe en el que Bellingham tuvo paciencia para conducir esperando el desmarque de Vinicius. Un gol que enfadó mucho a los alemanes porque entendían que Vinicius debía estar en la ducha.

Pero el Leipzig, lejos de derrumbarse, empataba en un centro de Raum cabeceado a gol por Orbán. Los alemanes se fueron arriba, el partido se rompió y los visitantes acumularon media docena de remates peligrosos con un disparo en el descuento al larguero de Dani Olmo. Pero el gol no llegó, el Madrid sobrevivió y estará en cuartos.