Vela - 49er

Nadie te entiende mejor

Martín y Jaime Wizner compartirán proyecto olímpico tras probar otras parejas

Los hermanos Wizner, en plena competición.

Los hermanos Wizner, en plena competición.

Armando Álvarez

Armando Álvarez

El mar los concilia igual que el útero que los cobijó. Comparten genética y pasión. Se parecen en la fisonomía y se respetan en el carácter. Martín y Jaime Wizner se han proclamado campeones juveniles de Europa en la clase 49er. A las aguas de Vilamoura habían acudido con apenas un puñado de entrenamientos. No necesitaron más para refrescar las rutinas adquiridas desde la infancia. Después de probar otras parejas, han concluido que conviene la más natural. ¿Quién te entiende mejor que un hermano? Juntos enfilan su proa hacia Los Ángeles 2028.

De su padre, Laureano, multipremiado armador, patrón y regatista, onubense asentado en Vigo, han heredado la sangre salada además del apellido. En la dársena del Náutico, en el que siguen militando, vivieron su bautizo. A Martín, de 22 años, y a Jaime, de 20, aún les sigue Luis, el pequeño, también adicto a cabalgar las olas. “Mi madre, la pobre, se tiene que aguantar”, bromea Martín.

El primogénito de esta generación habla desde Barcelona. Viajó ya el mismo lunes de noche desde Portugal. Además de la vela olímpica, está enrolado en un proyecto de la Copa América juvenil. Se pasará toda la semana con esas otras coreografías en la capital catalana. “Me he venido corriendo. Ha sido un poco caos todo”, resume tras las horas de ajetreo. Reposa para paladear lo sucedido en Vilamoura. El final feliz no era lo más predecible hace algunos meses. Los Wizner han tenido que recorrer su propio laberinto hasta reencontrarse.

Martín acapara las miradas desde hace tiempo. Con Pedro Ameneiro formó una exitosísima pareja en 420. En 2019 se proclamaron campeones del mundo, culminando un brillantísimo palmarés. “Desde 2020 crecieron las expectativas y he tenido un apoyo muy grande de la Federación Española”, agradece. A nadie le reprocha lo que después sucedió: “Malas decisiones, malos timings, malas regatas en las que no cumplimos con los resultados que esperaba la gente..."

Martín, a la caña, con la anticipación de la edad, y Jaime, proel, ya habían llegado a formar equipo hace unos meses en 49er en su progresión por las clases. Desde la federación, sin embargo, les recomendaron separarse. A Jaime le fue muy bien con la balear Neus Ballester en 470. Martín embarrancó en 49er con el valenciano Antonio Torrado, más veterano. “Estuve aprendiendo, pero no funcionó y en mitad de temporada lo dejamos”, resume el vigués. “Estuve unos meses parado. Fue un bajón grande”.

Jaime lo ha rescatado de la pesadumbre. “Nos apetecía volver a navegar juntos. Después de ese mal momento, todo ha vuelto a su camino”, exalta Martín. El Europeo lo ha demostrado. “Comenzamos hace dos semanas. Para esta regata hemos tenido siete u ocho días de entreno. Hemos encontrado la velocidad de barco que queríamos, nos hemos sentido muy cómodos y hemos disfrutado un montón”.

Además del oro juvenil, los Wizner quedaron en el puesto 11º de la general continental y el 14º de la clasificación Open; justo por detrás, por ejemplo, de Diego Botín y Florian Trittel, los representantes españoles en París 2024. “Jaime sí había tenido un buen año en la otra clase. Pero para mí, después de un mal momento, este título es un empujón de ánimo. Hemos vuelto con más fuerza que nunca”, indica.

Los hermanos Wizner, tras conquistar el Europeo juvenil.

Los hermanos Wizner, tras conquistar el Europeo juvenil. / Cedida

La afinidad personal, que trasciende el vínculo familiar, ha facilitado la compenetración inmediata en el barco. “Los dos somos sencillos y nunca discutimos. Yo soy más maniático, pero Jaime sabe cuándo me estoy pasando y cómo frenarme. Y yo sé que si él me lo dice es porque me estoy pasando. Nunca nos hemos levantado la voz. Lo hablamos todo muy bien. Tenemos una gran química. Todo fluye y es un placer”, describe.

Se concitan así todos los elementos para que la sociedad se mantenga en el próximo reto olímpico. En 2024 se dedicarán a ejercer de sparrings para Botín y Trittel. “París nunca estuvo en nuestra cabeza. Ojalá podamos ayudar a Diego y Florian a entrenar al máximo para que consigan una medalla para el país. Nosotros nos hemos juntado ahora para clasificarnos dentro del equipo español y empezar el ciclo completo. Intentaremos luchar la plaza de Los Ángeles 2028 con Diego y Florian, si siguen”.

Los Wizner sueñan con añadir su nombre a la saga de regatistas olímpicos gallegos, y específicamente del Náutico. “España tiene un montón de talento pero en Galicia hay muchísima gente a muy alto nivel; también entrenadores como el nuestro”, decreta Martín, que tras tanto buscarlo ha encontrado el socio perfecto. Estaba justo al lado.

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