El Celta sonríe en medio de la tormenta

El equipo vigués cierra una semana complicada con una incontestable goleada ante el Alavés que le permite certificar la permanencia y que pone a Iago Aspas, autor de dos goles, en el camino hacia un nuevo Trofeo Zarra

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

El Celta echó el cierre con una sonrisa a una de esas semanas en las que a su alrededor solo ha crecido el ruido. En medio de la tormenta generada por la condena a Santi Mina que llevó al club a apartar al delantero y con la grada convertida en un plebiscito sobre la figura de Denis Suárez el equipo vigués se regaló una fiesta en Balaídos ante un inerte y casi condenado Alavés que le permite asegurar de forma matemática la permanencia e impulsa a Iago Aspas, autor de dos de los cuatro goles, hacia ese cuarto Trofeo Zarra que le acredita como el mejor artillero nacional de la última década.

Una leyenda gigantesca a la que no se ha hecho justicia más allá del Padornelo, donde su interminable cuenta de goles no ha tenido el eco que merecía. Ayer regaló otro recital. Capitaneó a un Celta que no tuvo a nadie enfrente, pero que se movió con destreza en medio de una situación ambiental complicada. Antes y durante el partido.

Favorecido por los metros que le concedía el Alavés, Denis Suárez se dedicó a hacer eso que convierte en discutible la decisión de desprenderse de él, pero que, siendo honestos, se ha visto muy poco desde que en 2019 volvió a ponerse la camiseta del Celta. Se le fichó para hacer partidos así. Pero ese factor diferencial ha asomado de forma muy intermitente durante todo este tiempo.

Ayer todo le ayudó para desplegar lo mejor de su repertorio, como si el partido fuese una pasarela para que sus potenciales pretendientes tomasen nota de cara al verano. Denis abanderó la carga de un Celta que se sintió demasiado cómodo en el campo del Alavés. El de Coudet es un equipo terrible cuando se siente a gusto. Sin una amenaza seria en contra, el equipo puso cerco al área de Pacheco gracias a su acumulación de efectivos en ataque y la facilidad con la que se asociaron sus mejores futbolistas, indetectables para la defensa vitoriana.

En el minuto seis ya mandaba el Celta gracias a una fabulosa combinación entre Brais y Denis que acabó con el balón en el primer palo donde Galhardo le ganó la posición a los centrales para rematar de forma plácida.

El delantero centro, que ocupó el lugar del apartado Santi Mina, se sumó con facilidad a la fiesta del Celta. Habla un idioma parecido al de la mayoría de sus compañeros. No ganará tantos duelos directos o segundas jugadas como Mina, pero con la pelota en los pies interpreta el juego en la misma frecuencia que Aspas o Brais.

El Celta agradeció su presencia porque sumó un futbolista más a su rondito hasta marear a un Alavés que no era capaz de adivinar el origen de su siguiente amenaza. Iago Aspas no tardó en sumarse. La tarde era muy golosa para alguien que aún tiene a mano conquistar un nuevo Trofeo Zarra y a estas alturas es uno de los pocos alicientes que le quedan al Celta en las dos semanas que restan de competición. Iago había avisado en un par de remates inocentes pero a la media hora hizo buena una asistencia majestuosa de Denis que puso una pelota de oro a la espaldas de los centrales del Alavés.

El moañés coronó la jugada como lo merecía, con un remate ajustado al palo corto que dejó con el molde a Pacheco. A esas alturas de partido, el Alavés, superado por completo, ya jugaba con el paraguas en la mano, convencido de que la tarde solo traería calamidades.

En el arranque del segundo tiempo Julio Velázquez cambió el sistema con la intención de incomodar algo al Celta y trató de subir la línea de presión, pero el esfuerzo les duró apenas cinco minutos. Un par de posesiones bastaron a los de Coudet para desarmarlos una vez más. El Alavés era un juguete que el Celta montaba y desmontaba de forma caprichosa.

Cualquier futbolista tenía capacidad para hacerles un agujero. Unas veces era una carrera de Kevin o Galán; en otras un pase de Denis; un desmarque de Iago, una pared de Galhardo....Era evidente que la cuenta de goles iba a seguir aumentando. Llegó el tercero en una jugada en la que Iago Aspas encontró a Cervi en el corazón del área para que el argentino anotase con un remate el semifallo que desvió un rival a la red. Poco después la avería del Alavés se hizo aún más grande cuando Ximo Navarro se vio obligado a derribar a Aspas que encaraba a Pacheco tras un gran pase de Galhardo y fue expulsado. Esa falta aún por encima acabó con el cuarto gol, el segundo en la cuenta particular del moañés. Lanzó el libre directo contra la barrera pero cazó el rechace para sacarse una volea que Pacheco solo pudo seguir con la mirada.

Incluso a Coudet aquello empezaba a resultarle demasiado exagerado. Consciente de que el martes tiene un nuevo compromiso (en el Camp Nou, de esos que además llenan el ego de entrenadores y futbolistas) el técnico argentino comenzó a regalar minutos de descanso. Incluso Iago Aspas dejó el campo pese a que el partido estaba para sellar un nuevo Trofeo Zarra. Fue el momento de ver a los “suplentes habituales” como Tapia, Solari o Nolito, aunque en esta ocasión Coudet también concedió más tiempo del habitual a Orbelín Pineda y al joven Gabri Veiga, que tanto debate genera con su presencia o su ausencia cada fin de semana. Descansaron Beltrán, Brais, Iago y también Denis. No desaprovechó Coudet la ocasión de que, con el viento a favor, el de Salceda fuese ovacionado por la grada como medida de presión para Carlos Mouriño (spoiler: no funcionará).

Pese a tener menos talento en el campo, el Celta mantuvo la dinámica del resto del partido. Daba igual quiénes estuviesen en el campo. El Alavés era un cadáver que se desmayaba delante de cualquiera. Tuvieron los vigueses más llegadas para ampliar la cuenta.

Dejó detalles interesantes Orbelín (como casi siempre que ha pisado el campo), buscó pases complicados Nolito y pudo marcar Kevin Vázquez, lo que hubiese sido un premio muy justo a su compromiso y al notable nivel que ha ofrecido desde que ha asumido el control del lateral derecho por la lesión de Hugo. Su jugada maravillosa acabó en el palo de la portería del Alavés. Fue el último sobresalto de un partido con el que el Celta echó la persiana a una semana que ojalá pudiera olvidarse.

FICHA TÉCNICA

4 - Celta: Dituro; Kevin, Aidoo, Araujo, Javi Galán; Beltrán (Tapia, min. 67); Brais Méndez (Augusto Solari, min. 67), Denis Suárez (Gabri Veiga, min. 71), Cervi (Nolito, min. 73); Aspas (Pineda, min. 67) y Galhardo.

0 - Alavés: Pacheco; Tenaglia (Martín, min. 46), Laguardia, Lejeune, Ximo; Loum (Mendes, min. 81), Pina (Pere Pons, min. 61); Édgar, Toni Moya (Manu Vallejo, min. 46), Rioja (Javi López, min. 67); Joselu.

Goles: 1-0 Galhardo (min. 6); 2-0 Iago Aspas (min. 33); 3-0 Ximo (pp) (min. 57); 4-0 Iago Aspas, min. 67.

Árbitro: Cuadra Fernández (colegio balear). Expulsó a Ximo Navarro con tarjeta roja directa en el minuto 64. Además, amonestó a Cervi (min. 41) por parte del Celta, y a Loum (min. 24), Tomás Pina (min. 38), Edgar (min. 53) por parte del Alavés.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 35 de LaLiga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 10.567 espectadores