Duchándose en tinas durante más de 4 meses: una familia de Gondomar vive "desesperada"

Las inundaciones que anegaron el municipio a comienzos de 2023 y en octubre del mismo año afectaron a la red de evacuación de las aguas residuales de su casa y del entorno

En los laterales de la imagen, la alcantarilla, a rebosar de agua y suciedad; en el centro, la tina que usan en casa para ducharse.

En los laterales de la imagen, la alcantarilla, a rebosar de agua y suciedad; en el centro, la tina que usan en casa para ducharse. / Cedidas

Ducharse y hacer sus necesidades en una tina, lavar toda la ropa en la lavandería y vivir con el temor constante a una inundación. Este es el día a día de una familia de Gondomar de seis integrantes: dos niñas menores de edad, sus padres y dos de sus abuelos. En su casa, de dos viviendas, pueden abrir un grifo, pero, de ninguna manera, dejar escapar el agua por cualquiera de los desagües. "Hemos perdido muebles, puertas... de todo. Pero nosotros no nos podemos ir de aquí, estamos desesperados", clama la madre, Olga Olarza.

"No podemos utilizar el agua normalmente, lo que lleva a no poder usar el baño, la ducha, la lavadora, el lavaplatos, etc."

El calvario se ha agravado desde finales del pasado mes de octubre, cuando las voraces lluvias desbordaron los ríos Miñor y Zamáns provocando inundaciones severas en Gondomar, con daños millonarios. Con todo, el origen del problema se remonta a los anegamientos vividos en la zona en el comienzo de 2023. Las precipitaciones fueron tales que el agua se introdujo en las tuberías domésticas y acabó saliendo por la ducha de la casa de Olga, en la parroquia de A Xunqueira, en Borreiros. Este percance se acabó solucionando a través de la instalación de una válvula de retorno que les aconsejó el Concello gondomareño, pero que pagaron los afectados -se gastaron unos 400 euros-. El quebradero de cabeza ahora es que el nivel de agua nunca más volvió a bajar, por lo que ya no pueden verter más litros a riesgo de un nuevo desborde de la alcantarilla que está colocada enfrente a la vivienda. Cuando llueve, levantan la tapa para evitar males mayores. "Es una insalubridad tremenda en la puerta de casa", lamenta a FARO.

"Estamos desde entonces sin poder utilizar el agua normalmente, lo que lleva a no poder usar el baño, la ducha, la lavadora, el lavaplatos, etc.", relata la vecina. Su nivel de desespero les ha llevado incluso a contactar con la Valedora do Pobo, que remitió la queja al propio Concello de Gondomar, pero este "no contesta, no aporta ninguna solución". Cada día, vierten fuera hasta cinco cubos de agua.

Esta coyuntura, amén del desgaste emocional, les provoca una merma económica considerable. "Tengo que ir a Gondomar a la lavandería y gasto a la semana unos 60 euros", confiesa.

La situación fue llevada a pleno el pasado mes de noviembre a través de una moción por el partido político Manifesto Miñor, que propuso medidas urgentes para paliar las consecuencias de las crecidas. Con todo, desde entonces, nada ha cambiado.