Gondomar exige soluciones

Tras la segunda riada en diez meses, los afectados exigen que se limpie el Miñor, el alcalde culpa a la Xunta y el BNG convoca una protesta mañana sábado a las 12.00 ante el Concello

“Estamos en vilo constantemente e non se toma unha solución”. La frase de Noelia Iglesias, frutera en la plaza de abastos, resumía ayer el sentir generalizado de la población de Gondomar después de otra madrugada de riada que inundó el mercado y diversos comercios y garajes, además de una veintena de vehículos. Los vecinos se han acostumbrado a las frecuentes riadas, pero el hartazgo va haciendo mella y esta vez no dudan en mostrarlo y exigir medidas para solventar el problema que se encuentran prácticamente cada otoño-invierno, cada vez que se intensifican las precipitaciones y coinciden con la pleamar.

La crecida de ayer llegaba tan solo diez meses después de las que dejaron daños millonarios en el municipio las pasadas navidades. Y es ya la segunda que discurre mientras el municipio espera por las obras contratadas hace casi un año por 2,2 millones de euros por parte de la Xunta para ampliar la capacidad de desagüe de los ríos que confluyen en el centro urbano. Un proyecto que sigue bloqueado por falta de acuerdo entre los gobiernos autonómico y municipal para organizar el tráfico mientras duren los trabajos.

El río Muíños, desbordado en la desembocadura en Praia América, anegó varias viviendas en la Rúa Areosa.

Un aparcamiento, precintado por la Policía Local para evitar daños a más vehículos. / /

El alcalde, Paco Ferreira, responsabilizaba ayer a la Xunta de lo ocurrido por el “retraso” de las citadas obras e instaba a Augas de Galicia a acometerlas “coa máxima urxencia” y a limpiar los cursos fluviales. “É inadmisible, que a Xunta, lonxe de liberar espazos inundables e mellorar os mesmos para evitar este tipo de cuestións, algo que é da súa plena competencia, se adique a construir aparcadoiros de case 4.000 metros cadrados na ribeira de Vilariño, unha obra que será un prexuizo para o risco de inundacións”, sentenciaba.

El BNG, por su parte, acusaba a los dirigentes de Xunta y Concello de “inoperancia” y tachaba su actitud de “indignante”. Por eso convocaba una concentración este sábado a las 12.00 ante el Concello para demandar medidas urgentes que eviten más daños y peores consecuencias en próximas crecidas.

Gondomar exige soluciones

La crecida destrozó los preparativos para la fiesta de Samaín, prevista este sábado. / /

Las de ayer fueron considerables. El momento más crítico se producía a las cuatro de la madrugada. Los vecinos salían a retirar los vehículos en medio de la tromba, pero a una veintena de ellos el agua les cubrió los asientos. Los comerciantes del mercado municipal y el entorno trataron de salvar la mercancía, pero “ás 5.45 non se podía nin entrar”, explicaban. El agua lo cubría todo y no les quedó más remedio que tirar los productos frescos y salados que almacenaban en cajas o capachos sobre el suelo. Las tareas de limpieza y la merma de la mercancía les impidió abrir los puestos ayer.

Preocupación por los meses que se avecinan

Una jornada que generó entre los damnificados tanto enfado como preocupación por las semanas y meses que se avecinan. La Asociación de Afectados polas Enchentes dos ríos Miñor e Zamáns mostraba sus sospechas de que volviesen a abrir las compuertas del embalse de Zamáns de madrugada y remitió un escrito a Augas de Galicia para exigir que se controle esa cuestión. El texto reclama además al organismo de la Xunta que limpie el cauce del rí Miñor desde el puente de Mañufe a la desembocadura porque ramas y troncos provocan represas que favorecen los desbordamientos aguas arriba.

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El río Muíños, desbordaro en la desembocadura, en Praia América. / /

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La tromba de agua de la madrugada de ayer dejó un reguero de incidencias por toda la comarca del Val Miñor. Los bomberos del GES Val Miñor y las policías locales de los tres concellos no dejaron de atender avisos durante toda la jornada. El Concello de Nigrán cerró el pabellón de Panxón para reparar los desperfectos ocasionados por la inundación, de manera que quedaron suspendidas las actividades deportivas del día. El río Muíños se desbordó en la desembocadura dejando la Rúa Areosa impracticable y anegando los bajos de varias viviendas de la zona. En Baiona, se anegaron numerosos bajos y comercios en todo el municipio y el centro cultural de Belesar, donde el agua alcanzó los 80 centímetros de altura. En el Camino Gavín, entre otros, también se anegaron varios garajes. Las balsas de agua complicaron la circulación y afectaron a garajes y bajos comerciales en la avenida Monterreal, Camiño Marroco de Gándara, Camiño das Monxas, Camiño da Quirincosta –donde se inundó el supermercado Giráldez– o Viso de Calvos. En la subida a Baíña cayeron piedras sobre la calzada, igual que en la carretera en tre la Virgen de la Roca y Baredo, así como en el acceso a la autopista desde esta parroquia.

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