Investigan la muerte de cuatro caballos salvajes en O Galiñeiro

Los restos, sin signos de violencia, fueron hallados en un cercado, donde los ganaderos los llevan para evitar que causen accidentes | El Seprona trata de aclarar si murieron de hambre o de frío

Un agente del Seprona revisa el cadáver de caballo hallado en el Monte Galiñeiro.

Un agente del Seprona revisa el cadáver de caballo hallado en el Monte Galiñeiro. / Marta G. Brea

La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las causas de la muerte de cuatro caballos salvajes, cuyos restos fueron localizados en un terreno vallado del Monte Galiñeiro, en la parroquia de Vincios, en el municipio de Gondomar. Fue un vecino del entorno el que alertó a las fuerzas de seguridad tras encontrarse un cadáver, semidevorado ya por las alimañas, y restos óseos de otros tres equinos durante un paseo por el entorno natural.

Una patrulla del cuartel de Gondomar acudió a la llamada del particular la tarde del martes y fue ayer cuando se desplegó el operativo en la zona. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil realizaron una inspección ocular en el entorno durante la mañana, comprobaron que los cadáveres –sin signos de violencia aparentemente– carecían de microchip y se entrevistaron con directivos de la comunidad de montes de Vincios y de la Asociación de Gandeiros de Cabalos do Monte Galiñeiro en busca de información que arroje luz sobre lo ocurrido. Técnicos del departamento de Sanidade Animal de la Xunta tomaron muestras de los cadáveres que podrán determinar las causas de las muertes.

El cadáver de un garrano, ayer, en el Monte Galiñeiro.

El cadáver de un garrano, ayer, en el Monte Galiñeiro. / Marta G. Brea

El denunciante acudió a las autoridades al considerar que podría tratarse de un caso de presunto maltrato animal. Asegura que ha observado la presencia de caballos “con síntomas de desnutrición” en el mismo espacio vallado, a los que “soltaron”, dice, en cuanto denunció el asunto. Considera incluso que los garranos no murieron en el lugar donde halló los restos, sino que fueron trasladados allí con ánimo de ocultarlos entre las lomas del terreno y la maleza, de manera que no se detectasen desde la pista forestal próxima.

Agentes del Seprona inspeccionaron el entorno ayer, acompañados de representantes de la comunidad de montes.

Agentes del Seprona inspeccionaron el entorno ayer, acompañados de representantes de la comunidad de montes. / Marta G. Brea

Los ganaderos dicen que las muertes "entran dentro do normal no inverno"

El colectivo de ganaderos de O Galiñeiro se hace responsable de lo ocurrido y desmiente categóricamente el supuesto maltrato. Su presidente, Abraham Salgueiro, lamenta lo ocurrido, pero asegura que entra “dentro do normal no inverno”, época del año en que fallecen numerosos ejemplares, indica. Afirma que los caballos se trasladan a recintos cerrados como este en los meses más fríos para evitar que provoquen accidentes de tráfico o asalten cultivos. Es habitual que la manada se acerque a las poblaciones en esta época del año en busca del alimento que escasea en el monte y “cause problemas”.

Dos cráneos a unos metros del cadáver, al fondo, y de restos óseos esparcidos.

Dos cráneos a unos metros del cadáver, al fondo, y de restos óseos esparcidos. / Marta G. Brea

El representante de los ganaderos destaca que se les lleva forraje para que se alimenten “pero ás veces pasan estas cousas”. Salgueiro recalca que los cuerpos encontrados pertenecían a ejemplares jóvenes, “dun ano de idade aproximadamente”, que se encontraban débiles de salud, probablemente por problemas con la dentición, y que el frío y la lluvia “non axudaron”. Respecto a la ausencia del microchip, justifica que “non é obrigatorio nos poldros” de esa edad, a los que “se lles iba colocar no próximo curro, en xuño”.

Aunque el terreno se encuentra en su territorio, desde la comunidad de montes de Vincios manifestaron ayer desconocer la presencia de los caballos y dejaron claro que los ganaderos tienen “totalmente prohibido” el pastoreo en el monte comunal, tal y como recoge su plan de ordenación forestal. “Nin sabiamos que estaban aí eses cabalos ,nin que había animais mortos, nin temos ningún espazo cedido a ningún proxecto gandeiro neste momento”, subrayó Montse Salgueiro, vocal de la entidad.

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