La Asociación Albatros proyecta un dique flotante para proteger su puerto deportivo

La estructura de hormigón flotante evitará que la olas impacten contra los barcos, pero sin afectar a las corrientes | Su elevado coste, de medio millón de euros, frena su desarrollo

Vista del puerto deportivo de la Asociación Albatros, situado entre Teis y Chapela.

Vista del puerto deportivo de la Asociación Albatros, situado entre Teis y Chapela. / ANTONIO PINACHO

Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

La directiva de la Asociación Náutica Deportiva Albatros todavía no ha concluido la valoración de los importantes daños causados su puerto deportivo la semana pasada por el paso de las borrascas Ciarán y Domingos. Aunque el resultado de la peritación será cuantiosa en unas instalaciones que cuentan con 112 plazas para barcos de entre seis y doce metros de eslora. El fuerte oleaje y el viento provocaron la rotura de un importante tramo del pantalán y varios de los fingers de amarre, unos desperfectos a los que también se une el hundimiento de tres embarcaciones.

No es la primera vez que un temporal causa daños en estas instalaciones náuticas situadas entre Teis y Chapela, a escasos metros de la playa de Arealonga, ya que la ausencia de un dique de abrigo hace que el oleaje, cuando el viento sopla del suroeste, les afecte de forma directa. Aunque estas últimas borrascas si que han sido las más destructivas que se recuerdan en los últimos años. “El viento destrozó una decena de fingers y en varios tramos del pantalán se levantaron las tablas y se rompió la instalación eléctica y la red de la fontanería”, explica el presidente de la asociación, Enrique Chantada.

Un barco hundido por la borrasca Ciarán en el puerto deportivo de la Asociación Albatros.

Un barco hundido por la borrasca Ciarán en el puerto de la Asociación Albatros. / A.N.D. ALBATROS

Para tratar de proteger las instalaciones frente a situaciones adversas como las últimas borrascas, la asociación náutica-deportiva ha elaborado un proyecto para construir un rompeolas de abrigo de hormigón flotante con estructura de aluminio, con lo que se evitaría que la fuerza del mar impactase directamente contra las embarcaciones y reduciría los daños en caso de fuertes temporales como los acontecidos la semana pasada. “Se trataría de una estructura flotante apoyada en pilotes, al igual que los pantalanes, por lo que no tendría impacto en las corrientes. Está claro que el mar de fondo no lo pararía, pero al menos serviría para defender las instalaciones porque el oleaje no nos afectaría con tanta virulencia. Una actuación así amortiguaría mucho el impacto en las instalaciones”, justifica Chantada.

El rompeolas flotante tendría una longitud de 90 metros para proteger el puerto deportivo y un calado de unos 90 centrímetros. El proyecto también contempla un cambio de orientación de los pantalanes en dirección suroeste para reducir la fuerza con la que golpea el oleaje, ya que en la actualidad se encuentra situado en dirección sur. “Cuando se construyó se orientó mal y esto provoca que cuando el viento y las olas entran de Cíes nos hace mucho daño”, puntualiza el presidente.

Sin embargo, la barrera más importante para poder ejecutar esta obra es su elevado coste, ya que se estima en medio millón de euros. La directiva solicita ayuda económica por parte de las distintas administraciones, tanto de ámbito local como autonómico y estatal.

El flotador de la batea en el muelle del paseo de Cardona.

El flotador de la batea en el muelle del paseo de Cardona. / ANTONIO PINACHO

El flotador de una batea lleva desde el domingo varado en Chapela

Un flotador de una batea arrastrado por el temporal lleva desde el pasado domingo varado en el muelle del Club de Remo de Chapela. Se trata de una estructura metálica de unos cuatro metros de longitud y dos de altura que, al parecer, se desprendió de una batea de Moaña pasado el fin de semana por la fuerza de las borrascas Ciarán y Domingos.

El oleaje trajo este flotador junto a otro gemelo que cruzaron la ría unidos por uno de los troncos que forman la estructura de la batea. El material terminó varando en la rampa que utiliza el club de remo para bajar sus embarcaciones al mar, situada junto al paseo de Cardona. Una grúa se llevó ya uno de los flotadores y el tronco para permitir el paso de las embarcaciones, pero el otro flotador aún permanece a la espera de su retirada.

Suscríbete para seguir leyendo