Centenario Celta

De cuatro años a cuatro partidos: lo entrenadores de la historia del Celta

Víctor Fernández tuvo el honor de dirigir al Celta en su época gloriosa y por ello es el técnico que más temporadas consecutivas ocupó en el banquilló vigués y que más encuentros dirigió. En el otro extremo está el argentino Ernesto Lúpiz, que duró apenas un suspiro

Natxo Cabaleiro Vigo

La profesión de entrenador, especialmente en la elite, es un trabajo de máximo riesgo. No tanto por el compromiso real al que se somete la salud propia en el ejercicio de las funciones sino por el hecho de depender de algo tan efímero como un resultado. Cuando el futuro laboral está supeditado a que un balón entre o no, en el caso del fútbol en una portería, hablar de estabilidad suena como mínimo a utopía. La confianza en un proyecto dura tanto como tarde en llegar la siguiente derrota. Un entrenador experimentado vive siempre con la maleta hecha. Por si acaso. Más vale prevenir.

En sus cien años de historia, el Celta ha cambiado de técnico hasta 88 veces. Es decir, si el reparto hubiera sido equitativo a lo largo de todo este tiempo, prácticamente cada temporada hubiera estrenado entrenador. Las matemáticas cifran la durabilidad en el cargo en poco más de un año. Cierto es también que en un periodo de tiempo tan amplio hubo de todo un poco.

Técnicos efímeros como el argentino Enrique Lúpiz, que apenas pudo dirigir al conjunto vigués durante cuatro partidos al inicio de la temporada 1959-60. Y no por malos resultados puesto que había conseguido ganar tres de los cuatro partidos iniciales en una campaña en la que el objetivo era regresar a la Primera División. Su problema fue la prohibición de la Federación Española a que ejerciese como entrenador al no haber convalidado su título en España, para lo que era obligatorio asistir a un curso en Madrid.

La temporada 2007-08 fue un filón para los entrenadores breves. El búlgaro Hristo Stoichkov venía de intentar, sin éxito, mantener al equipo en Primera División las últimas 9 jornadas de la temporada anterior. Su proyecto para tratar de regresar a la máxima categoría apenas duró 7 partidos. Los que tardó en ser sustituido por Juan Ramón López Caro. Sus resultados tampoco fueron mucho mejores. El Celta no acababa de engancharse a los puestos de ascenso y una mala racha de resultados para empezar el año provocaron la destitución de López Caro. Llegó entonces el turno de Antonio López, que había empezado la campaña como ayudante de Stoichkov. Apenas aguantó nueve partidos en el cargo y el equipo pasó de tratar de pelear por el ascenso a intentar mantenerse en Segunda. Como solución de emergencia y cuarto técnico de la campaña, Carlos Mouriño recurrió a Alejandro Menéndez. El asturiano cumplía su segunda campaña en el filial y fue el elegido para el reto de esas últimas cinco jornadas. El Celta logró mantener la categoría y Menéndez regresó la temporada siguiente a su sitio en el banquillo del Celta B

También hubo otros mucho más longevos como Víctor Fernández, que ostenta el récord de permanencia de forma continuada en el cargo al haber sido protagonista desde el banquillo y en primera persona de la época más gloriosa del Celta. El maño llegaba en la temporada 1998-98 con la complicada misión de recomponer y ganarse el corazón roto de una hinchada que todavía se frotaba los ojos estupefacta al ver cómo Javier Irureta, el técnico al que había adorado la campaña anterior en la que llevó al conjunto vigués a clasificarse para la disputar la Copa de la UEFA por segunda vez en su historia, se marchaba al eterno rival, el Deportivo. Permaneció en el cargo durante cuatro exitosas campañas, abandonando el Celta en el verano del 2002 para fichar por el Betis.

Tras Víctor Fernández hay una nutrida nómina de entrenadores que lograron mantenerse hasta tres campañas en el cargo sin interrupción. El británico Francis Cuggy, quien ostenta el honor de haber sido el primer entrenador en la historia del Celta, se estrenó con un contrato de cinco años que le habría permitido ser también el técnico más duradero en la historia del club. Sin embargo, su etapa en Vigo se cerró tras tres buenas temporadas. Una cifra idéntica a la que lograron mantenerse en el cargo Ramón Encinas (1928-1931), José María Peña (1932-1935), Baltasar Albéniz (1941-44), el serbio Mirolad Pavic (1980-1983), Txetxu Rojo (1991-1994), Fernando Vázquez (2004-2007), Paco Herrera (2010-2013), Eduardo Berizzo (2014-2017).

Mención aparte merece una leyenda de los banquillos y el técnico que llevó al Celta a su primera final copera en 1948, Ricardo Zamora. El mítico portero y posteriormente reputado entrenador estuvo al frente del equipo también durante tres temporadas seguidas (1946-49). Pero eso fue sólo en la primera de las tres veces en las que se sentó en el banquillo vigués. Volvería a hacerse cargo del Celta entre 1953 y 1955 y una vez más en 1960 para disputar la promoción de ascenso a Primera División. Sumando todas sus estancias, Zamora sería el técnico más duradero en la historia céltica con seis temporadas.

Zamora, el entrenador en la primera final copera, dirigió al Celta en seis temporadas, pero durante tres etapas diferentes

Aunque a pesar de eso no superaría tampoco a Víctor Fernández en número de partidos totales dirigidos puesto que en su época se disputaban menos encuentros y el maño, además, añadió a los choques dirigidos en Liga y Copa los disputados en la UEFA. El maño lidera sobradamente esa clasificación con 207 encuentros en el banquillo del Celta, con una notable distancia sobre el propio Zamora y Txetxu Rojo empatados en el segundo lugar con 152 partidos, y sobre el argentino Eduardo Berizzo, con un total de 148.

Pero no es el único entrenador con más de una etapa como celeste. Hay hasta doce técnicos que repitieron paso por el banquillo vigués. Varios en más de una ocasión como el propio Zamora. El indiscutible en este capítulo es un celtista en toda la extensión de la palabra. Un “one club man” como jugador e incluso una vez retirado, ejerciendo labores de ojeador o de técnico de emergencia cada vez que fue necesario. Así sucedió hasta en cinco ocasiones diferentes (1967,1975, 1977, 1986 y 1988) y José Villar Fernández, Pepe Villar, siempre estuvo dispuesto para ayudar a su Celta.

Juan Arza, que acabó siendo también entrenador del conjunto vigués tras haber sido uno de sus verdugos con el Sevilla en aquella final de 1948, es otro de los que se sentó en tres periodos diferentes en el banquillo de Balaídos: 1970-72, 1973-74 y 1980.

El último de la nómina de “tripitidores” fue José María Maguregui, quien protagonizó su primer capítulo celeste en la temporada 1977-78, regresando diez años más tarde para una segunda experiencia. Su tercera etapa, la campaña 1990-91, fue, curiosamente, la última ocasión en la que, hasta el momento, un entrenador repetía como técnico del Celta. Desde entonces, en estos 23 años, han pasado 27 técnicos por el banquillo del conjunto vigués pero sin que ninguno tuviera una segunda oportunidad.

En total, a lo largo de toda la historia e incluyendo ya a Rafa Benítez, el encargado de dirigir la nave del centenario céltico, el club ha contado con 70 entrenadores diferentes, la inmensa mayoría de ellos de nacionalidad española, siendo los argentinos (8), los segundos destacados en este ranking. Ingleses, serbios y portugueses cuentan con dos representantes cada uno, mientras que escoceses, húngaros, franceses y búlgaros con uno.

PRESIDENTES CON EL CUCHILLO AFILADO

De los treinta y seis presidentes que han dirigido los designios del club en este tiempo también los ha habido con más y con menos paciencia a la hora de cortar la cabeza de los entrenadores. Presidentes que han vivido épocas mejores en las que los resultados acompañaban y, por tanto, los técnicos tuvieron una estancia más plácida en el banquillo y otros con menos suerte. En el capítulo de entrenadores que han pasado por el equipo durante su mandato, la palma se la lleva sin ningún tipo de duda el actual presidente del club, Carlos Mouriño. Hasta 19 entrenadores diferentes han desfilado por el equipo durante su mandato aunque también hay que destacar que se trata de la estancia más larga en el sillón presidencial hasta la fecha puesto que Mouriño cumple su décimo séptima temporada al frente del Celta.

José Luis Rivadulla (1983-1990) cuenta igualmente con una amplia nómina de entrenadores “caídos” durante su mandato. Hasta ocho contando con entre ellos dos veces a Pepe Villar al que recurrió como interino en otras tantas ocasiones.

Horacio Gómez (1995-2006) es otro de los destacados por número de técnicos en su etapa presidencial. Pero esos siete técnicos se diluyen a lo largo de 11 temporadas.

Mucho más intenso fue el periodo dirigido por Antonio Vázquez (1973-76) y Jaime Arbones (1977-79) en el que hasta diez entrenadores distintos cayeron víctimas de los resultados. Una situación semejante a la vivida en los mandatos de Celso Lorenzo (1959-61) y Carlos Barreras (1961-63). Pasarín, Luis Miró, Lúpiz, Albéniz, Santiago Sanz, en dos ocasiones, Zamora, Louis Hon, Aretio e Eizaguirre desfilaron por un banquillo en el que ninguno lograba asentarse.

Alfredo Escobar (1929-32) fue el primer presidente en tener más de un entrenador durante su mandato. Primero estuvo Ramón Encinas, que ya había sido técnico céltico con Manuel Prieto como máximo mandatario, al que sucedió José Planas. Por aquel entonces presidente y entrenadores casi iban de la mano en durabilidad, cambiando cada año.

El primero en asentarse en el cargo fue Luis Iglesias (1942-48), firmando un buen promedio de cuatro técnico en sus seis años de mandato. Una cifra que mejoraría Ignacio Núñez (1991-95), quien en sus cuatro años de presidencia sólo tuvo dos entrenadores: Txetxu Rojo y Carlos Aimar. Pero, sin duda, el primero en la clasificación de presidentes con mejor relación con su técnico fue Elías Alonso (1980-1983), que en sus tres años como máximo dirigente únicamente tuvo a un entrenador, Mirolad Pavic, quien llevó además al equipo de la Segunda B a la Primera División.