¿Otra vuelta de tuerca en el Bernabéu?

Una de las grandes dudas que rodean la próxima visita de Celta al Santiago Bernabéu es si Rafa Benítez mantendrá la defensa de cuatro hombres empleada en los últimos tres partidos o recuperará para enfrentarse al Real Madrid el dibujo de tres centrales y dos carrileros que ha desplegado durante buena parte de la temporada. Desde que la Liga alzó el telón el pasado mes de agosto, el técnico celeste ha alternado la línea de cuatro y cinco defensas en función del momento de forma de sus jugadores, la situación de su equipo, el escenario de turno o las características del adversario. No puede decirse que el preparador madrileño tenga en el Celta un esquema de cabecera, sino que ha trabajado desde el principio con ambos sistemas y los ha ido permutando con similares prestaciones.

“Juguemos con defensa de cuatro o de cinco, el equipo sabe lo que hay que hacer y eso nos da la posibilidad de manejar varios sistemas y futbolistas”, valoraba recientemente el preparador céltico. La defensa de cuatro ha sido la más utilizada, pero no puede determinarse que haya proporcionado mejores réditos. Con ambas ha habido aciertos, pero sobre todo errores por los que el Celta ha pagado un alto precio.

Benítez ha formado con defensa de cuatro hombres en 17 encuentros y ha recurrido en otros 10 a una línea de tres centrales y dos carrileros, pero en más de una ocasión ha cambiado el dibujo sobre la marcha, bien para intentar blindar el resultado (lo que pocas veces ha funcionado), bien para reactivar a su equipo en el partido cuando ha ido por detrás en el marcador. El cambio más significativo lo hizo en la segunda jornada en el Reale Arena. Mudó el esquema a línea de cinco en el descanso y el paso al frente dado por el Celta para empatar el partido lo convenció de la necesidad de modificar el esquema. Los seis partidos siguientes (Madrid, Almería, Mallorca, Barcelona, Alavés y Las Palmas) los jugó con tres centrales, cambió de nuevo a defensa de cuatro ante el Getafe en Balaídos para jugar así los once siguientes, hasta la visita a Son Moix. Contra el Mallorca volvió a línea de cinco, que se mantuvo ante la Real Sociedad, el Girona, Osasuna y el Getafe. En los últimos tres encuentros, desde la visita del Barcelona, ha recuperado el dibujo de cuatro, con empate en el Nuevo Mirandilla y victoria en casa contra el Almería.

Desde el punto de vista de la rentabilidad, no ha habido gran diferencia entre uno y otro dibujo. Tres de las cinco victorias (Granada, Betis y Almería en casa) llegaron con zaga de cuatro y dos (Almería y Osasuna) con línea de cinco. Los puntos sumados por el Celta con cuatro defensas ascienden a 15, mientras que el equipo celeste contabiliza 9 en los partidos disputados con tres centrales en el eje. El promedio de puntos conseguido es casi idéntico: 0,9 por choque con defensa de cinco hombres y 0,88 con línea de cuatro.

Por lo que respecta al número de goles, el Celta ha recibido 22 en 11 encuentros con línea de cuatro zagueros y 17 en 10 con tres hombres en el eje y dos en los carriles, con un promedio de 1,2 y 1,5 tantos por choque, respectivamente. De las cinco porterías a cero conseguidas a lo largo del curso, tres se han producido con defensa de tres centrales (empates sin goles en Mestalla y Vallecas y victoria en El Sadar) y dos con línea de cuatro zagueros (victorias ante Granada y Almería en Balaídos).

Benítez no ha empleado un esquema como local y otro a domicilio, sino que ha recurrido a ambos indistintamente. En Balaídos ha prevalecido la idea de jugar con 4 defensas (11 encuentros de 14) mientras que a domicilio ha sido más frecuente jugar con cinco (6 partidos de 10). El Real Madrid, el Mallorca y el Alavés son los tres equipos a los que se ha enfrentado el Celta como local con defensa de tres centrales, mientras que el técnico celeste ha desplegado defensa de cuatro en sus visitas a Montilivi, San Mamés Mestalla y Vallecas.

En los dos encuentros disputados contra la Real Sociedad, Benítez ha añadido al dibujo un tercer central por el mal funcionamiento del equipo. En el Reale Arena cambió a Aidoo por Hugo Sotelo y el equipo mejoró para acabar empatando el encuentro; en Balaídos retrasó a Tapia al eje de la zaga sin mover el banquillo, pero el retoque táctico no mejoró las prestaciones del Celta.