Larga zancada hacia cuartos

El Celta rompe la barrera de octavos con un esmerado triunfo en Mestalla con protagonismo de los jóvenes de la segunda unidad

Douvikas, con otro doblete, y Luca lideraron a un equipo sobrio atrás y muy efectivo

Los jugadores celestes felicitan a Luca de la Torre por  el gol que abrió el marcador.

Los jugadores celestes felicitan a Luca de la Torre por el gol que abrió el marcador. / LOF

El Celta avanza con larga zancada hacia los cuartos de final de la Copa del Rey con un esmerado triunfo frente al Valencia en Mestalla. Retoma el cuadro celeste la ilusión por su competición fetiche (la que le ha dado sus mayores glorias pero le debe un título) en un partido cargado de buenas noticias por el solvente desempeño de los jóvenes de la segunda unidad y la confirmación de la buena dinámica del equipo desde el cambio de año.

Frente su primer gran rival del torneo y en un escenario intimidante, lleno hasta la bandera, los celestes respondieron con un partido muy completo, inteligente en el manejo de los tiempos, sobrio en defensa y sumamente eficiente contra el marco contrario. Se va el Celta a cuartos tras marcar tres goles, ceder apenas uno por un penalti tonto y ofrecer una actuación muy completa, tanto desde el punto individual como el colectivo. Los celestes cimentaron su triunfo con dos goles en cinco minutos antes del cumplirse el primer cuarto de hora, resistieron sin descomponerse el empuje del Valencia tras regalarle un penalti y liquidaron a los de Rubén Baraja en acción letal en una de las pocas ocasiones claras que tuvieron en un sufrido segundo tiempo.

El choque de Mestalla deja muy buenas sensaciones de cara el recorrido que el equipo pueda tener en la Copa en una temporada tan especial como la del centenario, pero también para dar un necesario paso al frente para seguir avanzando hacia el objetivo de una holgada permanencia en LaLiga. Del choque sale nuevamente reforzado (y mucho) Douvikas, que los marca a pares con eficacia de francotirador, pero también chicos como Williot, Miguel, Sotelo o gente más o menos consolidada pero con menguante protagonismo en los últimos compromisos ligueros como Luca de la Torre o Fran Beltrán. Williot dejó momentos de enorme clase y mostró que puede convertirse en un atacante formidable. Luca anotó su primer gol del curso con un taconazo inapelable y se mostró como una muy interesante opción para la banda izquierda ahora que Benítez no puede contar con Bamba ni con Cervi; Miguel, pese a errores puntuales, forzó un penalti clave y dio energía y ambición al ataque y Sotelo proporcionó sensatez y trabajo al medio campo.

Recuperó en Mestalla Benítez la defensa de cuatro con un once muy distinto al desplegado en el último compromiso de Liga contra el Mallorca –repitió apenas Carlos Domínguez–, pero muy parecido el que goleó en Copa al Amorebieta sobre el lodazal de Urritxe. Salieron al abarrotado Mestalla Iván, Kevin, Miguel, Sotelo, Luca, Williot y Douvikas en otro equipo casi imberbe que, ya plenamente recuperados de sus lesiones, completaron Starfelt t y Ristic. Le costó inicialmente al Celta frenar el empuje con que el Valencia, también con un equipo repleto de jóvenes canteranos, entró en el partido.

En los cinco primeros minutos, pudieron llegar dos goles, primero con remate de cabeza picado de Gabriel Paulista que se perdió a la derecha del marco de Iván y, casi a continuación, con un acrobático remate de espaldas de Hugo Duro tras una vertiginosa combinación entre Fran Pérez y Thierry Correia.

No sin ciertos apuros, el Celta reajustó sus piezas, se asentó sobre el verde y comenzó a mirar hacia el marco de Jaume Domenech, primero con cierta timidez y, tras abrir Luca de la Torre el marcador, en tromba. Un mal despeje del portero del Valencia tras un centro desde la esquina le cayó cerca del borde del área a Sotelo. El canterano la picó de cabeza hacia el estadounidense, que de la nada puso el balón lejos del alcance de Jaume con un taconazo imponente.

A los cinco minutos de adelantarse en el luminoso, Miguel se internó en el área valencianista buscando asistir a un compañero y fue derribado por Diego López. El penalti lo convirtió impecablemente Douvikas con un lanzamiento raso que Jaume no fue capaz de intuir. El golpe dejó grogui al Valencia y espoleó al Celta, que se tiró a la yugular de los de Baraja. En dos acciones casi consecutivas, Jaume evitó que Luca hiciese el tercero y sacó luego con el pie otro disparo de Douvikas con marchamo de gol.

El Valencia parecía caminar hacia el matadero cuando Carlos Domínguez, en una acción tan absurda como inocente, despejó en el área un balón con el brazo. De Burgos Bengoetxea no advirtió inicialmente el gesto, pero el VAR rectificó y Pepelu redujo distancias desde los once metros sin dar opción a Iván Villar.

El gol despertó al Valencia, que espoleado por su gente dio un paso al centro y comenzó a embotellar al Celta, pero los celestes capearon el temporal antes y después del descanso. El equipo de Baraja llevó las riendas del juego y llegó con frecuencia a los dominios de Iván, aunque sin hacer verdaderamente daño a un Iván Villar que se mostró poco fiable y demasiado nervioso en las salidas. El buen trabajo defensivo de Carlos y Starfelt, con apoyo de los de arriba (Williot sacó con el hombro la ocasión más clara de los valencianistas”, y la gente de refresco (Mingueza, Manu primero y después Tapia y Hugo Álvarez) achicaron el peligro en busca de una contra ganadora.

La encontraron a diez minutos del final, en una acción con protagonismo de Tapia (inconmensurable de un tiempo a esta parte), cuya entrada dio vuelo al medio campo. El peruano combinó con Luca de Torre en el lateral del área y el norteamericano el puso a Douvikas un templado centro al área chica que el griego desvío al fondo de la red con remate de cabeza tan sutil como letal que dejó inane al Valencia.