El Celta tropieza en la misma piedra

Solo tres años después el equipo celeste vuelve a pelear por la permanencia en la última jornada y lamenta que se repitan los errores de temporadas como la de la pandemia, con una salvación ‘in extremis’ en Cornellà

Aidoo, Paciencia y Mingueza, tras finalizar el partido de Cádiz. // LOF

Aidoo, Paciencia y Mingueza, tras finalizar el partido de Cádiz. // LOF / J. conde

El Celta vuelve al punto de partida después de tres años, cuando en la última jornada de LaLiga tuvo que jugarse la permanencia en el partido ante el Espanyol en Cornellà. Entonces, el equipo celeste superó la prueba in extremis (0-0) y a continuación expresó sus deseos de aprender de los errores cometidos. Pero de nada han servido los propósitos de enmienda planteados entonces porque ahora vuelve a tropezar en la misma piedra: el domingo afronta la clausura del curso con la necesidad de ganar al Barcelona para reducir a cero las posibilidades de cambiar de categoría. En las mismas circunstancias se repiten los mensajes y también los gestos, como los de impotencia y desesperación que mostraba el domingo Carlos Carvalhal al comprobar la incapacidad de su equipo para superar al Cádiz. Tres años antes, Óscar García exhibía su frustración en el banquillo ante la derrota contra el Levante en Balaídos (2-3). Ese tropiezo llevó a los célticos a afrontar el partido decisivo con un punto de ventaja sobre el Leganés, que era decimoctavo. La misma renta que ahora mantienen los céltico con el Valladolid y con la que se presentarán el domingo ante el Barça (Balaídos, 21 horas).

“Tenemos que centrarnos en nosotros. En nuestras manos va a estar. Lo bueno de nuestra situación es que dependemos de nosotros y no de lo que hagan otros”, esta frase de Óscar García realizada en julio de 2020 podría repetirse estos días en declaraciones públicas de algún jugador, técnico o dirigente del Celta.

El entrenador catalán, como ahora le ocurre a su homólogo portugués, fue incapaz de frenar la caída libre que emprendió el conjunto celeste en la recta final del campeonato. En la jornada trigesimosegunda de la temporada 2019-20, el Celta mantenía ocho puntos de ventaja sobre el antepenúltimo clasificado. En los seis últimos encuentros del campeonato, los célticos solamente sumaron tres empates. Ese pésimo balances les llevó a ver reducida su ventaja a un punto solamente cuando se afrontaba la jornada definitiva.

“No hemos hecho los deberes y no queda otra que apretar el culito. A veces no se sabe por qué las cosas no funcionan. Hay que aprender de la situación y seguir adelante”, comentaba Nolito cuando el Celta había iniciado un declive peligroso que le llevó a un paso de Segunda.

“Malas sensaciones. Llevamos seis jornadas sin ganar, teniendo opciones casi jornada tras jornada para poder salvarnos.Y una vez más nos lo tendremos que jugar en la última”, comentaba Aspas sobre la pésima trayectoria de los celestes.

A los célticos le salvó en el último minuto su ahora jugador Óscar Rodríguez, entonces en el Leganés. El talaverano tuvo el remate de la victoria ante el Real Madrid, pero el balón lo mandó por encima del larguero y el equipo madrileño acompañó al Espanyol y al Mallorca a la división de plata; de la que no ha regresado, por cierto.

Con los estadios vacíos por las medidas sanitarias para combatir la pandemia, las cámaras instaladas en Cornellà se centraban entonces en las expresiones de angustia de jugadores del Celta como Denis Suárez y Rafinha. En aquella temporada, el club vigués había confeccionado una plantilla de calidad, apostando por el retorno de canteranos que se habían marchado de Vigo para ayudar a mejorar la situación financiera de la entidad que preside Carlos Mouriño.

El ambicioso proyecto deportivo estuvo a punto de fracasar. “Nos queda intentar pasar página, pensar en la temporada que viene, renovar los ánimos, descansar e intentar darle la vuelta. Lo de este año, ya con la temporada pasada que teníamos de ejemplo, no se puede volver a repetir”, añadía Aspas en el verano de 2020.

Tres años después, el moañés repite el mensaje después de caer en Cádiz y ante el decisivo partido ante el Barcelona: “Ya nos pasó hace unos años, dos temporadas seguidas. La última, la del COVID, jugándonos la permanencia en casa del Espanyol. Es un sufrimiento pero tenemos que jugarlo en casa contra el Barcelona que es el campeón. No se juega nada, es el honor...”

Caída en barrena en once jornadas

Uno de los mejores equipos de Primera en el arranque de 2023 se ha transformado en el peor de la competición en la recta final del curso. En apenas cinco meses, el Celta ha sido la cara y la cruz. Desde la victoria en casa del Espanyol, el equipo de Carlos Carvalhal ha caído en barrera, hasta el punto de lograr un triunfo y tres empates en 11 jornadas. Había dejado medio sellada la permanencia tras ganar al Elche pero fracasó en los seis siguientes intentos (Villarreal, Getafe, Valencia, Athletic Club, Girona y Cádiz). En esa media docena de compromisos, los de Carvalhal solo han sumado un punto, contra los catalanes. Han despilfarrado una ‘herencia’ de nueve puntos que les separaba de la zona de descenso, que ahora tienen a un solo punto. Mientras tanto, han visto cómo les superaban en la clasificación rivales como Getafe, Cádiz, Almería, Valencia... Sentenciados ya al descenso el Elche y el Espanyol, ahora solo queda pendiente la tercera plaza. El principal candidato a perder la categoría es el Valladolid, con 39 puntos. Le siguen el Celta y el Almería, con 40. Valencia, Getafe y Cádiz aparecen con 41 puntos. Así las cosas, al Valladolid se le asigna un 55 por ciento de posibilidad de caer a Segunda División. A continuación aparece el Celta, con el 22 por ciento. El Almería, con el 14,8 es el tercero en discordia. Mientras que las opciones del Getafe se reducen al 5% y las del Valencia y el Cádiz alcanzan el 0,8%. A este punto ha llegado el Celta después de que potentes ordenadores le asignasen cero opciones de descenso tras ganar al Elche.

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