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Carlos Mouriño Presidente del Celta

“Campos no quiere proyectos largos; me encantaría tenerlo 2 o 3 años”

“He sido cuestionado muchas veces y algunas, con razón”

Carlos Mouriño, en su despacho en A Sede. Ricardo Grobas

“Sabéis que siempre respondo a todas las preguntas”, advierte Mouriño. Cumple. El presidente del Celta repasa la actualidad del club con el mercado recién clausurado y la Liga, recién iniciada. Valora la sociedad Campos-Coudet, las características del proyecto, casos particulares y su propio futuro.

–Dijo usted que este ha sido el mercado más complicado para el Celta desde el proceso concursal.

–Me refería al Celta pero también al fútbol general. Los topes salariales han marcado muchísimo la contratación de jugadores. El Celta, lógicamente, no quedó exento de todas esas preocupaciones. En preparación ya de un equipo potente, que nos gustaría tener de cara al centenario, teníamos que mover muchísimo el equipo, rejuvenecerlo. Con tanta salida y tanta entrada era difícil, siempre con la espada de Damocles del tope salarial, que ha influido en todos los equipos.

–El Celta ha pasado de club con penurias a club saneado. Y para una parte del entorno, con fama de club cicatero, que no gasta.

–Eso no existe. El problema no es gastar el dinero; es pagar el tope de los jugadores. Asumimos que al aficionado le resulte difícil entenderlo porque no está en el día a día. Nosotros podemos comprar a lo mejor un jugador de 20 millones. ¿Podemos pagar 2 millones a ese jugador dentro de nuestro tope salarial? No. No es cuestión de tener dinero o no, sino de cómo lo puedes usar dentro de tu tope. Recibimos muchas críticas cuando hablábamos del centro comercial dentro de la ciudad deportiva o ahora con Galicia Sports 360. Nuestra gran preocupación es conseguir dinero para que ese tope salarial sea mayor. La Liga me lo permite sobre los ingresos que tengo, no sobre el dinero que posea en el banco. Y nuestro tope es tremendamente bajo. No nos quejamos. Es el general para todos. Y nuestros ingresos son muy bajos. Tenemos que hacer verdaderas maravillas. Existe una explicación lógica. Si gastas el dinero que tienes en el banco pero te pasas del tope, al siguiente año sufrirás pérdidas. Si no incrementas tus ingresos, irás acumulando esas pérdidas. Vendrán los problemas. El presidente del Betis ha dicho que por un mal cálculo tienen 60 millones de pérdidas. Es muy duro eso. Todos estamos expuestos. La parte deportiva y la de gestión deben ir unidas.

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Así ha sido la presentación de los nuevos fichajes del Celta José Lores

–¿Cómo valora el trabajo de Luis Campos en esta remodelación?

–Lo veo extraordinario. Creo que cada uno, en su área de trabajo, ha conseguido un equipo que ilusiona, dentro de nuestra modestia salarial. Ha sido una colaboración de todos. Hemos construido un equipo de mucho futuro y muy estable.

–A Coudet le gustan jugadores más cuajados. Campos destaca por buscar talentos jóvenes. No parecen cuadrar sus visiones.

–Si el entrenador no está conforme con esta plantilla, no lo entendería como presidente. Yo soy el responsable del club. A mí, dar vueltas a las cosas, buscar todo tipo de disculpas antes de que ocurran las cosas, en lo personal no me va. No me gusta. He reconocido públicamente que Mayoral era nuestra primera opción. Lo era porque Coudet quería un delantero que tuviese experiencia en la Liga. No lo pudimos traer. Inmediatamente nos fuimos a Larsen, que para nosotros era el número 1 por encima de Mayoral. Pero queríamos ir complaciendo a todos dentro de nuestras posibilidades. Campos no solo ha buscado promesas. Hizo campeones a sus equipos con esas promesas. El jugador, cuando le va a dar al balón, no le explica qué idioma habla o qué años tiene. El jugador es bueno o no. Si lo es, debe demostrarlo en el campo. Cada vez hay más jóvenes en el mercado. El Barça tienen 5 o 6 que son niños. Y no pasa nada. En todos los equipos hay un entrenador y un director técnico. Ha sido así toda la vida. Si se conjuntan los dos, nosotros aplaudimos y no intervenimos salvo en la parte económica. Solo intervenimos si entre ellos no se ponen de acuerdo. Tenemos un magnífico director técnico, un magnífico técnico y un magnífico equipo de gestión. Confío en que todos daremos mucha pelea.

–¿No ha sido complicado entonces encontrar el equilibrio?

–Yo creo que no. Todos los equipos hacemos lo mismo en la base. Se le pregunta al entrenador qué necesita. Y se busca. El mercado ofrece cosas totalmente diferentes, que el entrenador no tiene por qué saber: conductas personales de los jugadores, sueldos… No tenemos ni podemos dar todo lo que se requiere a ninguna de las partes que componen el club. Estamos hablando de lo deportivo. Pero igualmente los directores nos exigen cada vez más dinero para potenciar el club. Nosotros debemos equilibrarlo todo. Hemos hecho una magnífica labor. La gente está contenta. Se ve un equipo que ha despertado cierta ilusión, aunque no debamos exagerar. Hemos construido un equipo de mucho futuro. Exceptuando a Marchesin y Paciencia, hemos traído jugadores menores de 26 años.

Carlos Mouriño, en la azotea de A Sede con la ciudad al fondo. Ricardo Grobas

–A Coudet no se la visto demasiado entusiasmado en alguna rueda de prensa.

–Preguntárselo a él. Esa lista la hicimos a principio de pretemporada. Él mostró su conformidad a casi todos. En algún momento que salieron otros nombres que no estaban en esa lista, podía haber más o menos preferencia. Pero llevamos 16 años teniendo director deportivo y entrenador. Y los 16 años han sido iguales.

–Pero la estructura ha cambiado. Campos no es un director deportivo al uso. ¿Está satisfecho con esta fórmula?

–Muy contento. Los resultados están en lo que hemos conseguido, con jugadores que tienen fútbol y tienen futuro. Es importante compaginarlo.

–¿La plantilla ha dado el salto de calidad?

–Nosotros tenemos que dar el salto de calidad de acuerdo a lo que podemos pagar a los jugadores. Si damos ese salto de calidad, debe ser exponiendo, jugándonosla. ¿Qué presupuesto tienen los equipos que suelen entrar en Europea League? 120 millones. Nosotros tenemos 80. Nos podemos colar una vez, como el Granada o el Espanyol. No podemos aspirar a más si mantenemos la misma lógica al hacer las cosas. Por eso innovamos, cambiamos; “oye, vamos a rejuvenecer el equipo, con gente que tenga más hambre de victoria, que venga a ganarse el puesto”. No podemos jugar con las mismas armas que los equipos con dinero. Nos puede salir bien o mal. Nada garantiza nada. Tuvimos jugadores de mucha edad y pasamos peligros. La solución es buscar en cada momento lo que creemos conveniente para el club.

"Campos no quiere proyectos largos; me encantaría tenerlo 2 o 3 años"

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–¿La sociedad Campos-Coudet tiene recorrido? Coudet tiene contrato hasta 2024. El PSG ya presionó a Campos el pasado verano para tenerlo en exclusividad.

–Nos gustaría seguir con Campos más tiempo. Confiamos en él, que siga demostrando lo que ha demostrado esta temporada. Viene una potencia como el PSG, te quiere en exclusiva y él responde: “Quiero seguir con el Celta”. Lo podía haber planteado al menos y no lo hizo. Creo que merece una confianza total en el proyecto. También es cierto que Campos siempre dice que no quiere proyectos largos. No nos llevemos a engaño. Pero yo creo que estará con nosotros dos o tres años. A mí me encantaría.

–Habla de las limitaciones salariales. Uno de los sueldos más altos es el de Denis. Una vez que no ha salido, ¿cuál es la hoja de ruta?

–No hay modificación en la hoja de ruta.

–Ya que no va a jugar, ¿no hubiera sido conveniente darle la carta de libertad para liberar ese salario? Al menos de cara a enero.

–Hay cosas que están muy por encima de los jugadores: su respeto, su forma de ser, su proceder… Yo respeto muchísimo al Real Club Celta, su nombre, su equipo, su cantera. Lo respeto tanto que no permito bajo ningún concepto que se lo salte.

–¿No teme que la situación de Denis sea un tema recurrente si las cosas no van bien?

–En absoluto. No tengo ninguna preocupación. Estoy muy tranquilo. Es una decisión que se tomó en su momento y que se va a llevar hasta el final. Punto.

–Mina ha sido cedido. Pero sigue vinculado al Celta y afronta una vista en la que podrían retirarle el pasaporte o ingresar en prisión.

–Nosotros respetamos siempre la ley. Lo dijimos desde el primer día. No puedo aventurar qué sucederá en esa vista, que el abogado de Santi Mina nos dice que es de trámite.

–¿Podría comprometer la cesión al Al-Shabab?

–No lo hemos analizado. Sin saber qué va a determinar el juez, sería hipotético. Tratamos de ser realistas. Cuando sepamos qué puede pasar, tomaremos la decisión adecuada.

–La segunda operación más cara del verano ha sido Swedberg, a quien el entrenador ve muy verde. ¿Le preocupa cómo estará viviendo el chico su situación?

–Todos los jugadores tienen un proceso. Tenemos muchos ejemplos claros, no ya de fuera sino de nuestra propia cantera. Gabri Veiga no ha aprendido a jugar en una semana o en dos. Son procesos de formación. Los jugadores se van sintiendo más seguros cuantos más minutos tienen. El chico está creciendo adecuadamente a su edad y al fútbol que tiene. Y está creciendo mucho.

–¿Se plantean una cesión?

–En principio no lo contemplamos. A lo largo de este periodo antes del mercado invernal se podrá analizar cualquier sugerencia. Siempre será primero con el chico y segundo, con el entrenador y Luis Campos. Pero es un jugador nuestro, en el que tenemos toda la confianza. Creemos que nos apoyará muchísimo. No solo él. Estamos viendo la progresión de Lobete, que esta semana marcó dos goles. Orbelín sigue marcando. Poseen la calidad suficiente para jugar en el Celta. Otra cosa diferente es el momento en que deban hacerlo.

–En el caso de Orbelín, el celtismo apenas ha podido verlo. Y en la liga griega, menor pero competitiva, sí está brillando.

–No conozco a ningún entrenador que no quiera triunfar o que sus jugadores no triunfen. Ahora bien, hay entrenadores que exigen más un estilo de juego que otros; unas cualidades que otras, que ellos ven y nosotros, no. Trajimos a Orbelín porque lo vimos un gran jugador. ¿Para el estilo de juego del Celta? Ya es cosa de los técnicos. Ahí no me meto. Jamás me he metido. Jamás le he dicho a un entrenador con quién había que jugar, salvo en algún caso grave en el que tuvimos que intervenir desde fuera de la parte deportiva. Mira que he tenido entrenadores, sobre todo al principio, y ninguno podrá decir que le hice sugerencias o imposiciones. Nuestra responsabilidad ha sido traer buenos jugadores. Si están respondiendo en otros sitios, pues qué bien. Fantástico. Cuando regresen, igual responden así o mejor.

–Larsen ha encandilado en su debut. Y parece que posee carisma.

–Yo estoy más ilusionado esta temporada, dentro de la tranquilidad, porque me han ocurrido cosas que no me habían ocurrido en 16 años. Larsen, cuando llegó, despedía ese brillo en los ojos, esa intensidad. No decía más que “soy feliz, gracias por traerme”. Impresionante. Aún no había saltado al campo y ya nos transmitió ese mensaje: “Aquí estoy, quise venir”. Otros dos jugadores me sorprendieron porque desde el principio tomaron la decisión clara y exclusiva de venir al Celta. Son Carles y Unai. “Si salgo de este equipo, solo voy al Celta”. No lo había vivido en 16 años. Hay que estar muy comprometido y ver muy clara tu progresión. Sabían incluso qué jugadores íbamos a fichar. Reconozco su compromiso.

–Sin querer cargarle de presión, pero ya que Denis Suárez no será, ¿ve a Veiga como heredero de Aspas y Mallo?

–Por supuesto. Pero tenemos una camada de chicos que puede llegar al primer equipo. Los juveniles hicieron una extraordinaria temporada y en estos dos partidos con el Celta B lo han hecho muy bien dentro de su inexperiencia en esa categoría, ya muy dura. Viene una generación que nos hará soñar como la que tuvimos anteriormente.

–¿Esos canteranos tendrán ya protagonismo con los mayores?

–Ya tiene que ser el míster quien vaya dando oportunidades, pero creo que las irá dando porque hay canteranos que vienen empujando fuerte. Pueden tener minutos. Es una de las labores del míster y si los ve preparados, los va a poner.

–En el Celta B han rejuvenecido la plantilla y han apostado por un entrenador de la casa. ¿Asumen que el filial puede pasar de pelear por el ascenso a sufrir por la permanencia?

–Correcto. Somos conscientes. Trabajamos a largo plazo. No hacemos proyectos inmediatos. En nuestra hoja de ruta sabíamos que necesitábamos un equipo muy fuerte si queríamos estar en Primera RFEF, reforzándonos con gente trabajada. Lo hicimos. La segunda temporada era de mantenimiento y a muchos de esos jugadores los habíamos fichado por más de un año. Ahora damos el paso otra vez hacia nuestros orígenes; que el Celta B, ya consolidado en esa categoría aunque con el riesgo de bajar como todos, trate de buscar jugadores para el primer equipo. Lo planificamos, lo estamos llevando adelante y ayudará a que los canteranos sigan teniendo presencia en el primer equipo.

Carlos Mouriño, en su despacho en A Sede. Ricardo Grobas

–¿Este giro formativo, que incluye que los canteranos vuelvan a entrenar con el primer equipo, explica el despido de Onésimo?

–No es cuestión de entrenadores, sino de filosofía. Onésimo considera que tiene un prestigio y si no le dan un equipo que pueda pelear por los primeros lugares, condiciona. No es nuestra idea. No ha sido un cambio de ciclo, sino que estaba perfectamente programado de acuerdo a unas circunstancias. Si no se hubiera constituido la Primera RFEF, hubiéramos seguido con nuestro planteamiento. En su momento descendimos cuando pusimos a casi todos los juveniles en el B. Pero la idea es siempre darle la oportunidad a nuestros jugadores, que se formen, que estén en dinámica de primer equipo. Que el entrenador sea Giráldez no es por ser canterano, sino porque consideramos que tiene la capacidad suficiente.

–Coudet es un técnico muy competitivo. Prioriza lo inmediato. ¿Cómo casa con ese planteamiento del club más a largo plazo?

–Da la impresión de que Coudet ha tenido problemas con Onésimo, con la directiva, con Campos… Lo solucionaré fácil: Coudet no tiene problemas con nadie. Al menos nosotros no los percibimos. Él tiene una forma de trabajar, que nosotros respetamos. El club tiene una forma de hacer las cosas que él tiene que respetar. Pero la tienen que respetar él, Luis, Onésimo cuando estaba, el entrenador del Celta B… Todos nos tenemos que poner de acuerdo para que todos ganemos. Los resultados están ahí. No creo que haya tanto problema como se percibe entre vosotros o en la calle. Internamente las cosas son diferentes. Los implicados en el mundo del fútbol hablamos tanto que es difícil que no nos encuentren contradicciones de vez en cuando. Una palabra fuera de contexto, un quise decir y no dije… Tenemos mucha experiencia. Pasamos de eso y nos vamos al hecho concreto: ¿cómo está él dentro? ¿cómo está Campos dentro? Creemos que hay buena sintonía entre todos. Y además siempre he dicho que yo estoy aquí voluntariamente. Nadie me obliga. No tengo derecho a quejarme. E igual que yo, cualquier otro. Todos estamos en las mismas condiciones. Nunca le he oído a nadie, ni a Luis ni a Coudet, diciendo: “Yo no estoy cómodo, me quiero ir”. Para nada. No sé lo que transmitimos, pero la paz interna es grande.

–¿Qué espera de la temporada?

–Es la temporada para que el equipo cuaje y poder redondearla el próximo año, no tanto con otros jugadores sino que estos mismos cuajen. Hemos invertido 30 millones, contando los de Unai, y comprometido 20 más, con Óscar y Carles, que ojalá tengamos que gastar. Aunque no tanto como quisiéramos, hemos aumentado el tope salarial gracias a la buena gestión. El salto ha sido muy grande. El centenario es el gran horizonte a todos los niveles.

–¿Espera un recorrido más ilusionante en la Copa?

–Todos los entrenadores quieren ganar. Nunca le hemos dado orden a un entrenador de que no vaya a por una competición. Al Chacho le diremos cuando empiece: “A ver si la puedes ganar”. Ya después es cosa suya cómo gestiona el equipo. Él es el que más sabe y conoce mejor quién debe jugar unos partidos y otros.

“Fui un celtista tan forofo como cualquiera. No tenía toda la información”

 –¿Siente que ha sido la última renovación de Aspas? ¿Han comenzado a hablar ya de su futuro en el club, como miembro de la dirección deportiva?

–Ni él ni nosotros pensamos de momento en eso. Él está en un momento de forma fantástico, pensando solo en fútbol, y nosotros pensando solo en que juegue. Sabe que tiene las puertas del club abiertas para siempre. Al menos mientras nosotros estemos nunca tendrá ningún problema para hacer lo que acordemos. Está muy tranquilo. Nosotros también.

–¿Espera que siga jugando más allá de 2025?

–Pepe tiene casi 40 años y sigue jugando en el Oporto; Modric, con 37, o Cristiano, igual. Las retiradas se van aplazando. Iago se cuida mucho. No ha sufrido grandes lesiones. Hablar de qué pasará en un año o dos… Ojalá tuviéramos Iago Aspas para muchos más. Sería fantástico para la afición y para nosotros. Pero sí contamos con que algún día esté ligado a la parte que quiera del Celta.

–Con Mallo un sector de la grada cree que ha llegado el momento de su relevo. ¿Él se siente querido?

–A nosotros nos gusta que la cantera triunfe. Es virtud y defecto. Exigimos mucho. A los canteranos, todos posiblemente les exijamos más que a otros jugadores. Hugo, como Iago, tiene un futuro en el Celta que durará muchos años.

–¿Cómo se encuentra su renovación?

–Bien. Con él y con Iago nunca tenemos problemas para renovar. Sucederá en el momento que se considere oportuno. No estamos hablando de tiempo ni de dinero. No existió esa conversación con Iago ni existirá con Hugo. Cuando nos sentemos, se arreglará.

–Existe otro tipo de jugadores más secundarios pero que también construyen la historia del Celta; como Kevin con su actitud, compromiso, juego… Y que también necesita saber qué sucederá con él, con Carreira cedido en el Villarreal B. Han coincidido tres canteranos en la misma demarcación.

–Kevin es un jugador muy importante para nosotros por todas esas cualidades, que no son solo las futbolísticas, que también. Participa en todo. Es un celtista de primera. El hándicap de la cantera es que nunca te da lo que necesitas o quieres. Por mucho que tuviésemos un chico que destacase para el puesto de Aspas, sería difícil que lo igualase y tuviese la oportunidad de jugar. Tenemos que ir combinando los puestos con la calidad de los jugadores. A veces el crecimiento de los chicos será mejor si se van fuera que si se quedan. Nos ha pasado también con Fontán. Baeza puede triunfar en Portugal y regresar muy cuajado.

–¿Se abordará la renovación de Kevin?

–Sí. Con los jugadores de la casa nunca hemos tenido ningún problema. Ni ellos. No sé si ha habido alguna llamada del agente, no lo puedo asegurar, pero no es que haya presión como sucede con los de fuera, que siempre tienen más inseguridad sobre su futuro. Con los de la casa nos solemos reunir y firmamos rápido.

–Queda también pendiente el nuevo contrato de Miguel Rodríguez.

–Todo esto va evolucionando de acuerdo con los méritos de los jugadores. Se nos criticó por ponerle una cláusula a Carreira de 10 millones. ¿Quién no vendería por 10 millones a un jugador que no ha militado en Primera División? Que no es nuestra intención venderlo. Las cosas se deben analizar en su verdadera dimensión en el momento que ocurren. A mí también me pasó. Fui un celtista tan forofo como cualquier otro. Pero cuando ya estás aquí, debes analizar un conjunto de factores. Como aficionado no tenía toda la información. No habría protestado tanto o no habría aplaudido tanto otras veces.

Mouriño en su despacho de A Sede Ricardo Grobas

“Estoy preparado mentalmente para cuando decida retirarme”

“He sido cuestionado muchas veces y algunas, con razón”

 

–¿El centenario es su horizonte como presidente?

–Mientras me considere bien y tenga proyectos, estaré. Otra cosa es que yo ya sé que estoy fallando en muchas cosas. Tengo mi edad. Todos me dicen que mantengo un ritmo de trabajo que algunos jóvenes no me aguantan, pero soy consciente de que no puedo decir hasta cuándo. Estoy muy preparado mentalmente para cuando suceda, mañana, pasado, dentro de tres meses… No tendré ningún trauma ni ningún problema por dejarlo.

–¿Ha trazado ya el plan de sucesión?

–Yo sigo trabajando en el centenario, en ese proyecto de Galicia Sports 360 que colocará al Celta en una dimensión totalmente distinta dentro del mundo del deporte… Esas cosas me motivan muchísimo para seguir en la pelea. No sé quién me sucederá. Sabéis cuál es mi preferencia. Pero tengo gente muy preparada a mi alrededor que podría asumirlo en cualquier momento.

–Le gustaría que fuese Antonio Chaves como presidente o consejero delegado. Pero él siempre ha dicho que se irá con usted.

–Yo siempre digo que no sé cuánto voy a durar. Y él, que se va conmigo. Cuanto nos tengamos que sentar, yo le diré: “Lo mío ya no dura más, ¿qué hay de lo tuyo?”. Lo decidiremos en conversación directa. Puede ser presidente, director ejecutivo, lo que él quiera. Para mí, como Aspas y Mallo, siempre tendrá un puesto en el Celta si quiere.

–Chaves, su principal colaborador desde el proceso concursal, es una figura capital en esta época, pero que genera controversia en el celtismo. Se le adjudica, por ejemplo, un exceso de celo económico que a veces estropea operaciones.

–No nos avergonzamos de decir que lo hemos pasado muy mal dentro del club. No podíamos hacer las comidas de directiva porque no teníamos dinero. La presión económica era tanta que teníamos que estar ahorrando permanentemente el céntimo de euro. Fue una época tremendamente difícil. A lo mejor alguien se quedó con eso, pero no era la responsabilidad de Chaves. Era de los que dirigíamos el club. Chaves puede proponer, María José (Herbón, la directora financiera) tuvo un papel fuera de serie en ese proceso y yo. La responsabilidad es mía, aunque el trabajo fuera de ellos. Este cambio del Celta en tanto tiempo fue gracias al equipo. Estoy orgullosísimo. Aprecio el trabajo de estos años, la vuelta que se le ha dado desde donde estábamos. En ese equipo hay dos cabezas visibles, Antonio y María José. Fueron claves en el cambio. Si cualquier entrenador pide un jugador y Chaves ve que no lo podemos pagar, dirá que no. Como cualquier ama de casa a la que el hijo le pide comer langosta si no tiene dinero. Siempre es más ingrato ese trabajo que el pedir, que es muy fácil. Es la combinación de la gestión económica y el deporte la que tiene que hacer que esto triunfe. Y yo creo que se ha triunfado.

–Otra alternativa es su hija, Mariá, hoy muy implicada en el proyecto Galicia Sports 360. ¿Como empresario, la ve preparada? ¿Como padre, teme exponer a un familiar al desgaste personal del fútbol?

–Cuando dirigía las empresas en México, mis hijos se fueron a estudiar la carrera a Estados Unidos. Cuando regresaron, creyeron que iban a ser los directores. Me opuse frontalmente. Uno se marchó y otro, por solidaridad, también. Me dejaron plantado. Cuando volvieron, empezaron desde abajo. Por los éxitos que después han tenido, muy superiores a los míos, están tremendamente preparados para llevar la dirección de cualquier empresa.

–Ha existido déficit emocional en la relación con la afición en los últimos años. La última campaña de abonados ha sido exitosa.

–La valoración es muy positiva. Aparte del Madrid, hace tiempo que no vendíamos todas las entradas en dos partidos normales. Tenemos el aforo reducido, pero nunca vendíamos tantas. La gente está muy animada. Tuvimos que suspender la campaña de socios. La Liga nos exige sacar un porcentaje de venta al público. Si no, te multan. Habríamos tenido más socios. Cuando no vamos bien, se nota en la calle. Ahora también noto que se ha despertado una cierta ilusión por ver al Celta.

–¿En términos de su legado, para redondearlo, le queda recuperar la conexión con el celtismo?

–Me gustaría muchísimo, pero depende de muchos detalles. Guillem Balagué me preguntó en una ocasión: “¿Cómo se sentía usted al principio, cuando entró, que le gritaban “Mouriño, vete ya?”. Respondí que si yo estuviese en la grada, seguramente habría gritado lo mismo. Hemos ido cambiando muchas veces el personal de contacto con las peñas y con los aficionados. ¿Pero qué gente de experiencia hay en Vigo que haya desarrollado ese papel? Tratamos de traer alguien de afuera, pero tampoco la experiencia era la necesaria ni había en el mercado cien personas que quisiesen venir. Ahora hemos contratado a Raúl Rivas, muy acostumbrado a tratar con esto, que le está dando ese punto que nosotros queríamos pero que no teníamos. Nos costó dar con la tecla. Fue difícil conseguir un profesional así. Es una mejora continua. Unas veces aciertas más y otras, menos. Independientemente, reconozco los errores de mi equipo y los míos personales. He sido muy cuestionado muchas veces y algunas con muchísima razón. En otros momento se gritó aquello de ”solo hay un Mouriño y no es portugués”. Las emociones cambian por momentos y por diversos motivos.

 

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