Los díscolos de la plaza se empeñan en trabajar solo dos días

Alegan que abrir a diario no atraerá más clientes

Se arriesgan a perder sus concesiones

Los vendedores que quieren reflotar el mercado anuncian descuentos los miércoles y jueves

El desangelado y tristemente habitual aspecto de la plaza de abastos de Vilagarcía, ayer.

El desangelado y tristemente habitual aspecto de la plaza de abastos de Vilagarcía, ayer. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Los vendedores de la plaza de abastos de Vilagarcía que se niegan a trabajar a diario, a pesar de que el reglamento municipal correspondiente los obliga a ello, si quieren conservar los puestos que disfrutan a modo de concesión, insisten en su “derecho a no trabajar”.

Básicamente, desafían al Concello y retan a la Asociación de Comerciantes e Industrias de la Plaza de Abastos diciéndole que solo volverán a abrir todos los días cuando el mercado vuelva a funcionar como antes.

Se trata de un pulso en toda regla que se produce cuando desde el Concello, asociaciones de padres de alumnos y otros colectivos de Vilagarcía se ofrece apoyo a esa Asociación de Comerciantes Plaza de Abastos, que preside Raquel Albaladejo Bermejo, en su empeño por salvar el mercado municipal a partir del diálogo y, sobre todo, cumpliendo y haciendo cumplir la ordenanza que obliga a abrir a diario.

Lo que sucede es que los vendedores integrados en la bautizada como Asociación de Autónomos Plaza de Abastos de Vilagarcía (APAV), alternativa a la corriente oficial que sí defiende la apertura diaria de establecimientos, reconocen que el mercado atraviesa un mal momento, pero niegan que abrir todos los días vaya a atraer más clientela.

Desde Rianxo

La vendedora rianxeira Mónica Suárez, que se presenta como presidenta de ese grupo de “disidentes”, recuerda los tiempos de esplendor del mercado, hace tres décadas, para aludir a su progresiva decadencia y justificar que vendedores como ella decidieran acudir a sus puestos solo los martes y sábados, coincidiendo con la celebración del mercadillo ambulante.

Decimos a la Asociación de Comerciantes que busque otra solución para atraer clientes, y si les funciona no hará falta que nos digan que vayamos a trabajar, porque nosotros solitos iremos

Mónica Suárez

— Presidenta de la Asociación de Autónomos de la Plaza de Abastos de Vilagarcía

Llega a decir que es de ese mercadillo “del que prácticamente vivimos”, en contra de lo manifestado por la asociación “oficial”, dispuesta a que la plaza de abastos pueda valerse por sí misma y ser un punto de referencia para vecinos y visitantes, tal y como plantea el Ayuntamiento de Vilagarcía.

En esta línea, y refiriéndose casi en exclusiva a los vendedores de pescados y mariscos, el colectivo crítico sostiene que para los “pocos clientes” que hay los miércoles y jueves, es suficiente con los vendedores que sí cumplen el reglamento y montan sus puestos, ya que así se prestan “servicios mínimos”.

“Y si las demás no vamos es la manera de seguir trabajando y seguir pagando los mismos impuestos como si fuésemos todos los días; lo que no queremos es tirar con mercancía que tanto sacrificio nos cuesta conseguir y pagar”, proclama la pescantina de Rianxo.

"Egoístas"

Antes de tildar de “egoísta” a la asociación de vendedores que preside Raquel Albaladejo Bermejo, empeñada en “reflotar la plaza” actuando en colaboración con el Ayuntamiento y cumpliendo la normativa en vigor.

Pero Mónica Suárez entiende que la “insistencia en obligarnos a abrir todos los días” perjudica a la propia plaza, porque “decir que no hay puestos de pescado y marisco abiertos es mentir y faltar al respeto a las compañeras que van”.

Al igual que sugiere que no es real “publicar en prensa una imagen de un pasillo donde prácticamente la mitad de los puestos están vacíos por traspaso o jubilación”, indica Mónica Suárez, a pesar de que ayer, sin ir más lejos, se apreciaba claramente que la inmensa mayoría de los puestos estaban cerrados.

La inmensa mayoría de los puestos de pescados y mariscos solo están operativos los martes y sábados.

La inmensa mayoría de los puestos de pescados y mariscos solo están operativos los martes y sábados. / Noé Parga

Y no por jubilación o traspaso –que también los hay–, sino porque sus titulares, entre ellos la propia presidenta del colectivo, decidieron no abrir –como sucede cada semana–, ya sea porque consideran que no les compensa económicamente, porque los miércoles y jueves trabajan en otras plazas de abastos o porque tienen otras fuentes de ingresos.

Saben que es desolador

En cualquier caso, esta segunda asociación coincide en que resulta “desolador ver la plaza vacía de clientes y con pocas vendedoras”.

Aunque lo justifica diciendo que “hoy en día la gente no hace la compra diaria para comer, ya que los clientes tienen neveras y congeladores”.

Para añadir que las pescantinas “no tenemos los servicios que tienen los demás comerciantes, que levantan su persiana como muy pronto a las 8.00 horas, tienen su nevera y venden hamburguesas, croquetas, enlatados y encurtidos de los que no tienen que preocuparse por si se estropean, ya que tienen larga caducidad, mientras que nuestro producto es fresco, está expuesto y se deteriora”.

Cada vez hay más gente que quiere ayudarnos a revitalizarla, y eso es algo que nos llena de orgullo y nos hace seguir por este camino, que es el que también quiere el Concello para salvar su mercado municipal

Raquel Albaladejo

— Presidenta de la Asociación de Comerciantes e Industrias de la Plaza de Abastos

Producto fresco

Un producto fresco, por cierto, que también tienen los vendedores de pescados y mariscos que sí apuestan por abrir a diario por considerar que “es el único modo de mantener con vida a la plaza y atraer clientes”.

Una mujer entrando en una plaza semivacía, ayer.

Una mujer entrando en una plaza semivacía, ayer. / Noé Parga

Pero los díscolos insisten en todo lo contrario y proclaman que “hay que ser un poco más coherentes y realistas” y “buscar otro tipo de solución que no sea obligar” a abrir a diario “amenazándonos con quitarnos la concesión”, ya que eso es “jugar con la vida y el trabajo de los demás”.

Aluden así al citado Reglamento de la Plaza de Abastos, aprobado por el pleno de la Corporación municipal, en el que se establece que los vendedores pueden perder su concesión en caso de no ocuparla y explotarla durante un mes ininterrumpido o sesenta días alternos a lo largo de un año.

Causas de suspensión

En el caso concreto de los vendedores de pescado, esa misma normativa advierte de que es posible anular la concesión si el puesto está inoperativo de forma injustificada durante un mes ininterrumpido o 30 días alternos, con la excepción hecha de los lunes, cuando tienen permitido cerrar, y los días de fuerte temporal, cuando no hay producto en las lonjas.

El problema radica en que los integrantes de la Asociación de Autónomos Plaza de Abastos de Vilagarcía (APAV) no quieren verse obligados a abrir a diario y pretenden limitarse a trabajar solo los martes y sábados. Pero eso sí, tampoco quieren perder su concesión.

Estos vendedores, que decidieron cerrar los lunes, miércoles, jueves e incluso viernes, aducen que saben lo que hacen porque lleva mucho tiempo en unas bancadas que “hemos heredado de madres y abuelas”.

De ahí que aseguren que no son los culpables de la decadencia del mercado y lleguen a decir que uno de los problemas que arrastra es que hay puestos que “llevan años sin ocupar”.

Para terminar declarando que no están dispuestos a que los interesado en reflotar la plaza “nos utilicen como reclamo” para atraer clientes “perdiendo nuestro dinero para su beneficio”.

Por eso “decimos a la Asociación de Comerciantes que busque otra solución para atraer clientes, y si les funciona no hará falta que nos digan que vayamos a trabajar, porque nosotros solitos iremos”.

Apoyo social y descuentos especiales los miércoles y jueves

Mientras algunos vendedores del mercado reivindican su “derecho a no trabajar”, la Asociación de Comerciantes e Industrias de la Plaza de Abastos no solo insiste en la necesidad de abrir los puestos a diario, sino que sigue buscando alternativas para atraer clientes.

Y a veces son los propios clientes los que aportan ideas, como sucede con las asociaciones de padres de alumnos que se han comprometido ya a desplegar una especie de campaña de captación de clientes, animando a sus asociados a comprar en la plaza.

Una propuesta a la que han respondido los vendedores que lidera Raquel Albaladejo, comprometiéndose a ofrecer desde abril descuentos especiales a quienes compren los miércoles y jueves.

“La plaza es de todos los vilagarcianos, y son los vilagarcianos los que nos animan a sacarla adelante”, sostiene la presidenta de la asociación de vendedores que aboga por abrir a diario.

“Cada vez hay más gente que quiere ayudarnos a revitalizarla, y eso es algo que nos llena de orgullo y nos hace seguir por este camino, que es el que también quiere el Concello para salvar su mercado municipal”, sentencia Albaladejo.

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