La plaza de abastos, ¿ante su última oportunidad?

El mercado de Vilagarcía toca fondo y se encomienda al salvavidas de Ravella y de una nueva asociación

Raquel Albaladejo Bermejo y la vicepresidenta, Beatriz Señoráns.

Raquel Albaladejo Bermejo y la vicepresidenta, Beatriz Señoráns. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Puede que la plaza de abastos de Vilagarcía nunca antes estuviera en una situación tan complicada como la que atraviesa ahora.

En gran medida a causa de los propios placeros, ya que la inmensa mayoría de los vendedores desacatan el reglamento interno y siguen sin abrir sus puestos a diario, limitándose a hacerlo los martes y sábados, coincidiendo con el mercadillo ambulante.

Algunos dejan de acudir a la plaza vilagarciana porque a lo largo de la semana actúan de forma itinerante, recorriendo otros mercados de la provincia.

Otras ocupaciones

Otros prefieren no acudir a trabajar porque alegan que no hay clientes. E incluso hay placeros que tienen su puesto en la plaza como ingreso extra, ya que en realidad tienen otros trabajos principales, por eso les basta con ir los días de mercadillo.

Entre unos y otros se consigue ofrecer a potenciales clientes un aspecto totalmente desangelado que espanta a los clientes.

Uno de los pocos puestos que funcionaron ayer en la plaza.

Uno de los pocos puestos que funcionaron ayer en la plaza. / Iñaki Abella

Prueba de ello, la imagen que ofrecía ayer la plaza, como tantos otros días con solo media docena de puestos de pescado abiertos. Y esto no tiene nada que ver con los efectos del temporal, sino que es una práctica que se repite con demasiada frecuencia.

A todo esto se suma la subida de precios generalizada en la cesta de la compra, así como la escasez de productos derivada de la pérdida de productividad de las rías.

Dicho de otro modo, que todo son contratiempos para un mercado municipal de abastos que el Concello de Vilagarcía y la Xunta han hecho lo posible por salvar durante los últimos años.

Entre todos, y de la mano del Concello, podemos hacer de la plaza de Vilagarcía una de las grandes de Galicia, para lo cual debemos cerrar filas y comprometernos todos a trabajar para salvarla

Raquel Albaladejo Bermejo

— Presidenta de la Asociación Plaza de Abastos

Mejores instalaciones

Pero mejorar y modernizar las instalaciones, declararlo Mercado de Excelencia o desplegar todo tipo de campañas promocionales para dar a conocer las bondades de la plaza, por aquello de tener productos de “proximidad, confianza, calidad y frescura”, no sirve absolutamente de nada si los propios vendedores no se implican.

Algo que reivindican tanto los placeros totalmente volcados para lograr el resurgir de estas instalaciones como el propio Concello, que para eso aprobó hace justamente un año el Reglamento de la Plaza de Abastos, en el que se establece que desde el pasado 1 de enero empezarían a contabilizarse los días injustificados de cierre de puestos.

Una de las vendedoras de la plaza.

Una de las vendedoras de la plaza. / Iñaki Abella

Se advierte en esa ordenanza de que los vendedores podrán perder su concesión en caso de no ocupar y explotar su puesto durante un mes ininterrumpido o sesenta días alternos a lo largo de un año.

Asimismo, a los vendedores de pescado podrá anulárseles la concesión si el puesto está inoperativo de forma injustificada durante un mes ininterrumpido o 30 días alternos, con la excepción hecha de los lunes, cuando tienen permitido cerrar.

Nueva directiva y más socios

La nueva directiva de la asociación de vendedores de la plaza de abastos de Vilagarcía, presidida por Raquel Albaladejo Bermejo, responsable de la tienda Aceituniña, no solo tiene como integrantes a la vicepresidenta, Beatriz Señoráns, de Pío Pío, sino que cuenta con Araceli Rey Fontenla, de Salgaduras, en calidad de secretaria.

Junto a ellas, una conocida vendedora de pescado que ejerce como tesorera, Eva Torrado, situándose como vocales Peregrina Abad, de Pescados y Mariscos Sabarís; Marcos Núñez, de la carnicería que lleva su nombre; y Xokas Ulloa, de Coffee Corner.

Tomaron posesión hace justamente un mes, y desde entonces el número de establecimientos adheridos a esta entidad no ha dejado de aumentar, pasando de 26 a 44 en un tiempo récord.

Pero Raquel Albaladejo Bermejo y su equipo no se conforman y aspiran a seguir sumando asociados a medida que vayan explicando sus proyectos y pretensiones, todos ellos enfocados en la misma dirección: fortalecer la plaza de abastos de Vilagarcía todo lo que sea posible y convertirla en una de las más importantes de Galicia.

“El Concello quiere y puede ayudarnos, así que cuantos más seamos y más unidos estemos, mayores serán nuestras opciones de futuro”, reflexiona la presidenta.

Eso sí, también pueden ausentarse cuando condiciones meteorológicas u otras adversidades provoquen el cierre de lonjas y no dispongan de producto fresco.

Obligado cumplimiento

Y en la práctica totalidad de los puestos no se están respetando esas ni otras normas de obligado cumplimiento, de ahí que la plaza parezca prácticamente abocada a la desaparición si no inicia cuanto antes su resurrección.

La buena noticia es que aún es posible conseguirlo. Y más ahora que se ha formado una nueva asociación de vendedores, presidida por Raquel Albaladejo Bermejo, cuya intención es ir de la mano del Concello, del conjunto de los vendedores de la plaza y de las administraciones públicas o entidades que haga falta para reverdecer viejos laureles.

Día de la Mujer

La nueva asociación de la plaza impulsa actividades con las que dinamizar y promocionarla. El Día del Padre, con sorteo de una mariscada, o el Día de la Mujer, son un claro ejemplo.

En el segundo caso la plaza colabora con Zona Aberta para propiciar la visita de un centenar de niños del Colegio Sagrada Familia.

La clave está implicar al mayor número posible de placeros, tanto vendedores de pescados y mariscos, como a los carniceros, que sí suelen acudir a su cita diaria y abren más que nadie. Ayer, sin ir más lejos, había en la plaza más carnicerías abiertas que pescaderías.

Quiere implicar a todos

También se trata de implicar a quienes venden congelados, productos salados, verduras, pan, miel y demás artículos propios de unas modernas instalaciones como estas, que a pesar de su certificado de calidad y otras bondades han ido a menos en los últimos años, “a pesar de que la plaza tiene un potencial enorme que debemos saber encauzar”.

Abrir de tarde es otra opción

A medio o largo plazo acabará planteándose la apertura de puestos de la plaza por la tarde –todas o alguna–, para que así funcione como foco de atracción de visitantes y gran superficie comercial.

El propio Reglamento Municipal de las Plazas de Abastos de Vilagarcía establece que pueden funcionar los martes y sábados, de 6.00 a 20.00 horas, y los demás días entre las 7.00 y las 20.00 horas.

También que los concesionarios deben tener los puestos preparados para la venta antes de las 9.00 horas, prohibiéndose el acceso de proveedores y mercancías desde las 9.30 y de 17.00 a 19.30.

Quien introduce esta coletilla es la propia Raquel Albaladejo Bermejo, convencida de que “entre todos, y de la mano del Concello, podemos hacer de la plaza de Vilagarcía una de las grandes de Galicia, para lo cual debemos cerrar filas y comprometernos todos a trabajar para salvarla”.

Llamamiento

Al tiempo que anima al conjunto de los placeros a integrarse en la asociación, esta vendedora de la plaza, en cuyo puesto se comercializan infinidad de productos delicatessen traídos de Asturias y otras regiones españolas, proclama que “si todos nos convencemos de ello y colaboramos, podemos hacer grandes cosas por la plaza y por Vilagarcía”.

Raquel Albaladejo, la nueva presidenta

Con negocio abierto en la plaza desde diciembre de 2022, Raquel Albaladejo es una madrileña que residió en Asturias durante once años y se asentó en Vilagarcía hace un lustro.

Es algo así como un soplo de aire fresco en la plaza vilagarciana y una persona que quiere pelear por su pan y el de tanta gente que trabaja en el mercado.

Una emprendedora de 42 años convencida de que “es necesario abrir a diario, mejorar el servicio y renovarse para que la gente se acostumbre a comprar en la plaza, y no solo a adquirir pescado, sino también carne, congelados, pan e infinidad de productos más”.

Sabe que “hay que ir dando pasos poco a poco”, pero también que “dinamizar la plaza es vital”, sobre todo pensando en “fidelizar a los clientes que tenemos y captar otros nuevos”.

Algo que también requiere de “una comunicación fluida con el Concello y la búsqueda de mejoras como la dotación de zonas de aparcamiento, que es algo que pedimos tanto los vendedores como los clientes”.

Unas mejoras que también pasan por abrir los puestos a diario, porque “no se puede pretender disponer de un parking si no ofrecemos un servicio diario”, espeta Raquel Albaladejo.

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