Una vida en la plaza

Maricarmen Soto se jubila después de casi medio siglo vendiendo pescado

La vilaxoanesa es una de las pescantinas más queridas de Vilagarcía

La vilaxoanesa María del Carmen Soto, antes de jubilarse.

La vilaxoanesa María del Carmen Soto, antes de jubilarse. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Tiene 68 años y es una de las vendedoras más queridas y populares de la plaza de abastos de Vilagarcía.

Incluso puede presentarse como una de las más sonrientes y una de las vendedoras que mejor supieron tratar siempre a sus clientes.

Al menos reunía esa y otras virtudes, como la de ayudar a muchos que lo necesitaron, hasta hace un par de semanas, cuando decidió retirarse de la vida activa y jubilarse.

Sobradelo

Se trata de María del Carmen Soto, una vilaxoanesa sobradamente conocida en la parroquia de Sobradelo y el conjunto de Vilagarcía no solo por haber ejercido como “peixeira” durante casi medio siglo, sino también por su activa participación en la vida social del municipio.

Atrás queda casi medio siglo de intenso y sacrificado trabajo para una mujer que se quedó viuda hace casi siete años y siempre quiso y supo superarse a sí misma.

La pescantina vilaxoanesa, antes de retirarse.

La pescantina vilaxoanesa, antes de retirarse. / M.M.

Otra forma de comprar

Una pescantina que conoce perfectamente cómo eran las plazas de abastos antaño y cómo son ahora, “cuando se nota mucho que la forma de comprar y comer de la gente ha cambiado una barbaridad”.

“Antes se comía continuamente pescado y carne, pero ahora se comen cosas que antes ni existían, se opta más por los platos preparados y se va mucho más a los supermercados que a los mercados”, reflexiona la placera vilagarciana.

Por eso sabe que “corren tiempos muy difíciles” para su gremio, ya que “se vende mucho menos que antes y la gente lleva lo justo para comer, en gran parte porque antes no se salía de casa a ningún sitio y se gastaba en comida, mientras que ahora la gente se va de restaurante o de vacaciones continuamente y después gasta menos en pescados y mariscos porque ya no hay dinero”, espeta.

Sabe de lo que habla, ya que empezó a trabajar en la plaza siendo aún una niña, después de hacer costura junto a su madre.

La vilaxoanesa María del Carmen Soto, antes de jubilarse.   | //  NOÉ PARGA

La vilaxoanesa María del Carmen Soto, con un buey en la mano. / Noé Parga

Con carné desde 1975

“Saqué el carné de conducir en 1975 y empecé a llevar el pescado en un ‘cuatro latas’, y como me gustó esto ya me dediqué siempre, desde 1978, a vender en el mercado”, explica Maricarmen Soto.

Una faena que ahora no va a echar de menos, dado que es una mujer de lo más ocupada, y necesita tiempo para seguir siendo tan activa. “Llevo el coro de la iglesia desde 1977, estoy en la asociación Mujeres Rurales de Sobradelo, doy clases de teatro y tengo otras muchas ocupaciones, por eso ahora voy a tener más tiempo y no me voy a sentir tan agobiada”, concluye.

Suscríbete para seguir leyendo