¿Por qué se encuentra el viaducto de Pontecesures a Padrón en estado de ruina?

Carlos Fernández Coto, arquitecto: “Las grietas en el asfalto revelan que sufre heridas muy profundas” / Se echan en falta partidas para la conservación y el mantenimiento

Varios sillares del puente han desaparecido, lo que afecta a su seguridad a medio plazo. |   // IÑAKI ABELLA

Varios sillares del puente han desaparecido, lo que afecta a su seguridad a medio plazo. | // IÑAKI ABELLA / Antonio Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Las enorme grietas en el asfalto del puente que enlaza Pontecesures y Padrón delatan la grave situación en que se encuentra. “El asfalto es muy elástico y si rompe significa que hay daños estructurales considerables, que sufre una herida muy profunda”. Lo explica Carlos Fernández Coto, arquitecto de profesión y presidente de Apatrigal, una asociación sin fines lucrativos que se interesa especialmente por la conservación del patrimonio gallego.

Y el viaducto que une las provincias de Pontevedra y A Coruña es uno de esos elementos que requieren conservación, para evitar que prosiga su deterioro y sufra un riesgo sin paliativos. “Hay varios sillares sueltos en los arcos”, todos ellos muy fáciles de ver incluso desde la balaustrada.

Grieta en el firme del puente, fotografiada por miembros de Apatrigal

Grieta en el firme del puente, fotografiada por miembros de Apatrigal / FdV

Un problema derivado de una “patología” severa, en parte por la acción de las mareas que ha provocado con el paso del tiempo una erosión clara de las piedras; lo que lleva a un debilitamiento de la estructura.

Comportamiento de las administraciones

Pero la administración es terca en sus objetivos y si bien destina cantidades millonarias cada año a nuevas infraestructuras, las partidas de conservación y mantenimiento son muy limitadas. El presidente de Apatrigal afirma sin paliativos que es un error que en otros países próximos como Francia o Portugal no cometen.

Uno de los vanos del antiguo puente más largo de Europa

Uno de los vanos del antiguo puente más largo de Europa / FDV

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Fue el puente más largo de Europa en su época, nada menos que 2,5 kilómetros, desde Pontecesures, en la provincia de Pontevedra, hasta Iria Flavia,la localidad siguiente a Padrón. Un hito de la ingeniería de la época, explica Carlos Fernández Coto. Se ejecutó hace unos 150-200 años para cubrir el delta del Ulla, una enorme extensión de brañas, con una morfología muy similar a la del Ebro, en la desembocadura también del Sar entre los municipios de Dodro, Valga y Catoira. En suma, era la etapa de progreso, cuando se hizo necesaria la construcción de grandes vías de comunicación, en este caso entre Pontevedra y Santiago de Compostela, y se hizo imprescindible atravesar esta zona inundable. El único modo era a través de un enorme puente, realizado con una plataforma sobre ojos de apenas tres metros de ancho. Hoy todavía se conservan algunos de estos vanos a lo largo del citado trayecto, uno muy visible bajo el puente fronterizo entre las localidades de Padrón y Pontecesures.

Antiguo trazado de la infraestructura de comunicación entre Pontecesures e Iria Flavia

Antiguo trazado de la infraestructura de comunicación entre Pontecesures e Iria Flavia / FdV

“Claro que tengo envidia a los portugueses porque cuidan al mínimo detalle, con mimo, su legado, mientras que nosotros lo descuidamos”; se lamenta el arquitecto porque se están dejando perder muchas joyas. “No solo aquí, sino que es común en toda España”, agrega con escepticismo.

Buen ejemplo de esta desidia es precisamente este histórico viaducto medieval, con reminiscencias tomanas, pues hace ya un año que la asociación denunció su mal estado de conservación. “Ni siquiera acusaron recibo de la queja”, admite con desánimo Fernández Coto que insiste: “No se dignan ni a contestarnos”.

Pronóstico reservado

Y eso que el escrito iba acompañado por documentos, imágenes y estudios muy rigurosos en los que se habla del riesgo al que se enfrenta uno de los puentes más transitados de la provincia. “Quizás no ahora mismo, pero es difícil que resista veinte o treinta años más si no se actúa con prontitud”, advierte.

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La carta enviada en su día a la Dirección General de Carreteras por Apatrigal no tiene desperdicio, al defender la necesidad de actuar en una de las vías estructurales de Galicia, con un puente en lamentable estado, “tanto para la seguridad como la preservación del patrimonio cultural”. Explican literalmente que “gran parte de sus tajamares (del puente) están en un estado crítico, con pérdida de sillares de granito, grietas de considerable dimensión y desagregación estructural”. Asimismo enviaron fotografías en las que se observa con meridiana claridad “el deterioro de la calzada, con grandes grietas que coinciden con los tajamares, por lo que suponemos que se trata de una patología derivada del asentamiento de la plataforma del puente, que están perdiendo la necesaria estabilidad para mantener la infraestructura”. Le explican además que este tramo “formaba parte de lo que se considera el puente más largo de Europa durante muchos años, con una longitud de 2.500 metros, que transcurría sobre brañas, por medio de unos sistemas de circulación del agua similares a los de un acueducto”. En la actualidad, dicen, “se pueden apreciar pequeños tramos de esa obra de ingeniería en lugares puntuales”. A su vez indican que el puente en sí mismo mide 160 metros. En términos relativos al patrimonio, pusieron de manifiesto que se trata de una infraestrcutura que forma parte de la historia de Galicia y, aunque no está catalogado como tal por la Xunta de Galicia, “está en la memoria de varias generaciones de gallegos que lo han cruzado muchas veces”. Y recuerdan que ya en el siglo II, fue el emperador Trajano quien “ordena construir el Pons Cessuris (puente de transeúntes) en Iria Flavia, por donde pasaba la calzada romana Per loca marítima. En el puerto estaba el Pedrón, donde amarraban los barcos, hoy bajo el altar mayor de la iglesia parroquial de Santiago en Padrón. Y luego Gelmírez, también intervino en la protección de esta obra.

“No se pide una intervención costosísima, solo que se atienda y se conserve, porque la patología va a ir a más y, por supuesto, no se resuelve sola; hay que atajarla en el momento”, razona Fernández Coto.

Circulación intensa

En la asociación también ponen de manifiesto el hecho de que el puente se halla en una carretera muy transitada, a pesar de la alternativa de la Autopista del Atlántico.

“A cualquier hora del día están cruzando coches y camiones en uno y otro sentido; soporta también mucho tráfico local”, explican en el colectivo proteccionista.

La situación tiene clara explicación, pues muchos conductores usan esta vía de comunicación, sencillamente porque no quieren pagar los caros peajes de la AP-9.

“Todavía hay muchas empresas que obligan a los transportistas a utilizar estas vías gratuitas porque se ahorran un peaje de 25 euros que supone ir de Coruña a Tui y también muchos particulares que la emplean desde Vilagarcía, Barbanza y otras localidades para viajar a Compostela”, explica.

Zona altamente industrializada

A ello hay que sumar la circulación de numerosos conductores que acuden a sus puestos de trabajo en los polígonos industriales de esta zona del Ullán. Empresas como Eslabesa, Extrugasa, Cortizo, Nestlé cuentan con plantillas muy amplias de trabajadores a los que no les queda otra que hacer uso de estas vías de comunicación para llegar a sus puestos en una de las zonas más industrializadas de Galicia.

Ello explica la intensidad del tráfico en horas punta, sobre todo, pero que también se observa a otras horas del día; circunstancia que influye directamente en la conservación del puente, cuya resistencia podría verse resentida si no se actúa con sentido común.

Todo ello fue expuesto a todas las autoridades por Apatrigal, en particular al director de Carreteras a quien solicitaron “una inspección inmediata de la infraestructura por parte de técnicos especializados del Ministerio, al objeto de conocer al detalle la patología que nosotros le adelantamos”.

También solicitan una “intervención inmediata para evitar una mayor degradación”. Y, por último, solicitan “la inmediata reparación del puente para devolverle el esplendor que merece y la seguridad de los miles de vehículos que lo atraviesan diariamente”.

Una propuesta que, por de pronto, evitaría costosísimas obras de reposición, como ha ocurrido recientemente con el proyecto de recuperación del puente de Santa Marta en Ponte Arnelas, que fue necesario derribar debido al colapso que sufrió el pasado verano. La reposición del tablero ha costado la friolera de siete millones de euros, casi el dolble de lo que había costado cuando se construyó, hace solo 15 años.

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