Reencuentro con la historia en Valga y Catoira
Un centenar de vecinos viajan al pasado con Cristina Conde Escaloni, Os Penoucos y Obaixoulla.gal
La asociación cultural Os Penoucos y el colectivo conocido como Obaixoulla.gal organizaron ayer un paseo guiado a orillas del río Ulla. En el mismo mostraron a los participantes –un centenar– algunas de las joyas arqueológicas, culturales y turísticas más interesantes de Catoira y Valga.
El recorrido sirvió, por ejemplo, para reivindicar el desaparecido oficio de los “telleiros” o valorizar viejos molinos, petroglifos y otros elementos que forman parte de la riqueza patrimonial del Ullán.
Visitas anteriores
Fue una ruta conducida por Cristina Conde Escaloni similar a la que ella misma protagonizó el pasado mes de abril –como también en abril de 2022– para recordar que en 1955, Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza, considerado el “padre de la arqueología gallega”, visitó el Concello de Catoira.
Dos citas mediante las que recordar, igualmente, que Sobrino fue el primero en estudiar los petroglifos de la localidad, dando lugar al registro o catalogación de cuatro de ellos.
El itinerario de ayer guardaba múltiples similitudes con aquellos, esta vez extendiéndose al municipio vecino de Valga y centrándose en elementos como el Cruceiro de Punta Telleira, las Telleiras de Roeiro e Padín, los gravados y molinos de Monte da Cabreira o el petroglifo de las Torres de Oeste.
La propia Cristina Conde Escaloni incidía ayer en el “duro oficio” de los “telleiros”, para lo cual acudió el sábado a la Feria Franca de Pontevedra, donde se reunió con Pepe Buraco, el último “telleiro” de O Rosal, para que le explicara el oficio con todo lujo de detalles.
Y ella lo trasladó a los caminantes en “telleiras” como la de Roeiro explicándoles que el barro para hacer tejas y ladrillos llegaba en barco, además de explicar las características de las herramientas empleadas y del proceso de cocción.
Caballos, vacas y burros
Así, destacó que el barro de depositaba en un gran agujero en el que era amasado con ayuda de caballos, vacas o burros, antes de que con ayuda de una gravilla se diera forma rectangular a la teja, para después doblarla y ponerla a secar al aire libre dos días y una noche.
La guía añadió que las jornadas laborales iban desde las seis de la mañana hasta las once de la noche, con descansos de quince minutos para comer y otros quince para merendar.
De este modo “podían elaborarse unas 20.000 tejas y 8.000 ladrillos cada día, encargándose las mujeres de transportar material y repartir la comida”.
Un anticipo del “Goza do Ulla” por Vilagarcía y el Ullán
En cierto modo, la ruta guiada ofrecida ayer fue un buen aperitivo para las que propone el programa “Goza do Ulla”, a desplegar tanto en Catoira como en Valga los días 1 y 28 de octubre, respectivamente.
Mucho antes, el domingo que viene, será el turno del Concello de Vilagarcía, con un novedoso recorrido que irá desde el embalse de Castroagudín, en el río O Con, hasta el mirador de Xiabre.
Una vez allí los caminantes podrán disfrutar de unas privilegiadas vistas que abarcan desde Padrón y Pontecesures hasta la ría de Arousa.
Es un recorrido guiado de 14 kilómetros (ida y vuelta) y dificultad media-alta. El tiempo estimado para cubrir la distancia es de cuatro horas. Los interesados deben anotarse en el correo turismo.vga@vilagarcia.gal.
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