El espectáculo del boliche vuelve a las rías

Es temporada de chinchorro, aunque sea un arte de pesca venida a menos

Un lance del boliche en la ría de Arousa.

Un lance del boliche en la ría de Arousa. / MANUEL SERÉN / PESCADERÍAS

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Aunque venida a menos y cuestionada por una parte de la flota, el arte de pesca conocida como chinchorro está ahora de plena actualidad, llegando a convertirse en todo un espectáculo para cuantos tienen la fortuna de seguir de cerca las maniobras de largado de las redes desde las embarcaciones.

También conocida como boliche y, en su momento, sustituta del “bou de man” o rapeta, ahora prohibida, esta arte está autorizada en alrededor de 150 embarcaciones gallegas, desarrollándose su campaña entre este mes y octubre.

Cambados

Aunque no todas lo emplean, el boliche está permitido a 25 barcos con puerto base en Cambados, entre los que se encuentra el “Será Un”, del armador Manuel Serén y que en los últimos días ha contribuido a dar difusión a esta campaña de la mano de “PescadeRías”, la marca de calidad de la Consellería do Mar para los productos de la flota artesanal.

Imagen que muestra la recogida del boliche tomada por el armador de Cambados Manuel Serén, de la embarcación “Será Un”, para la marca “PescadeRías, ¿de onde senón?”.

Imagen que muestra la recogida del boliche tomada por el armador de Cambados Manuel Serén, de la embarcación “Será Un”, para la marca “PescadeRías, ¿de onde senón?”.

Otros puertos importantes, en lo que a presencia y utilización de boliche se refiere, son los de Noia y Moaña, con 21 y 19 embarcaciones autorizadas para ello, respectivamente.

A Illa

También pueden citarse los puertos de A Illa, con 10 naves aptas para el boliche, Cangas, con 9, Redondela (8), Bueu (7), Aldán-Hío (6) y Vilaxoán (4).

Al igual que tiene cierta presencia, aunque sea anecdótica, en Baiona, Rianxo, Vilanova y Vigo, entre otros puertos gallegos.

Prohibido

Antiguamente, el boliche se largaba desde las playas, siendo el aparejo recogido desde tierra firme por varias personas. Esta forma de trabajar está prohibida, permitiéndose exclusivamente la modalidad “pombeira”, es decir, el largado de las redes desde embarcación.

Se trata de un arte mixta de arrastre y cerco, pues al tiempo que se arrastra la red con el barco se van cerrando sus alas o extremos, estrechando sobre las especies situadas en el área de acción del aparejo.

De este modo se pesca calamar –la conocida en Galicia como lura–, pero también especies acompañantes como el pulpo, jurel, faneca, besugo e incluso centollo, camarón, sardina y salmonete, salvo que se encuentren en veda.

En la plataforma “PescadeRías, ¿de onde senón?”, dependiente de la Consellería do Mar y encargada de valorizar los productos de la flota de bajura y el marisqueo, se hacen eco de la importancia de la campaña del boliche, que solo puede utilizarse de acuerdo con el correspondiente plan de gestión.

Las condiciones de uso

El aprobado por la Consellería do Mar hace justamente un mes establece que el boliche debe emplearse de acuerdo con las condiciones establecidas en los artículos 114 a 117 del Decreto 15/2011, de 28 de enero, por el que se regulan las artes, aparejos, útiles, equipos y técnicas permitidos para la extracción profesional de los recursos marinos vivos en aguas gallegas.

La recogida de las capturas.

La recogida de las capturas. / Manuel Serén

Ese articulado establece que el boliche o chinchorro consta de una tralla superior con flotadores, tralla inferior con lastre, calones en los extremos de cada ala o pernada, mesa y cope.

La longitud de las alas no debe superar los 100 metros, la mesa debe tener un máximo de 2 metros y el cope no puede pasar de 7, mientras que la corona tendrá un máximo de 3 metros y la dimensión mínima de mallas debe ser igual o superior a 25 milímetros.

Todo ello con una plomada máxima autorizada de un kilo por cada cuatro metros de red y haciendo que la longitud de la relinga de plomo sea superior a la del paño.

Horario diurno

Un aparejo que es posible utilizar desde el paralelo que pasa por Punta Carreiro (Monte Louro) a Cabo Silleiro, solo entre los meses de julio y octubre y, de lunes a viernes, en horario exclusivamente diurno, del orto al ocaso.

Lo que hace la embarcación a medida que avanza en el proceso de largado es describir una trayectoria oval, hasta depositar en el agua todo el paño.

Es en ese instante cuando comienza la maniobra de arrastre, poniendo proa hacia la boya colocada inicialmente, de tal forma que se realiza el cerco de las capturas.

Un arrastre que debe efectuarse siempre hacia tierra, y a favor de la corriente. Una vez alcanzada la boya ésta se sube a bordo y empieza la recogida del aparejo.

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