Asedio al picudo de “cuatro manchas” que se suma al “rojo” como exterminador de palmeras

Jardines, paseos y edificios de O Salnés se han visto en la tesitura de talar palmerales afectados por este tipo de voraces artrópodos

Reciente tala de palmeras afectadas por la plaga del picudo en A Calzada (Cambados). |   // NOÉ PARGA

Reciente tala de palmeras afectadas por la plaga del picudo en A Calzada (Cambados). | // NOÉ PARGA / REDACCIÓN

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Al temible “picudo rojo” que ha puesto contra las cuerdas los principales palmerales de la comarca de O Salnés en los últimos años acaba de sumarse en el catálogo nacional de especies invasoras el de las “cuatro manchas” con lo que, en definitiva, se quiere poner un cierto freno a la plaga, potencialmente preocupante por los ejemplares que puedan proceder de las Islas Canarias.

Ambos insectos son especialmente voraces con estos árboles, que en Galicia tienen carácter ornamental, y que se secan en muy pocos meses cuando el insecto perfora el tronco sin darles tregua. Los efectos de su acción son casi inmediatos y fácilmente detectables porque, en ambos casos, las ramas pronto amarillean y se desprenden dejando el tronco totalmente desnudo e inseguro.

La situación puede considerarse grave en la comarca de Arousa desde la detección del picudo rojo ya que apenas queda un puñado de palmeras en pie. Muchas otras, también centenarias, han desaparecido pues las autoridades municipales y otros organismos, además de muchos particulares, se han visto obligados a una tala extensiva.

Baste recordar la eliminación hace unos meses de los ejemplares que marcaban la imagen diferenciada de la avenida de Rodrigo de Mendoza en Vilagarcía o también el palmeral del Paseo Marítimo de Cambados, en A Calzada, sin olvidar los afectados en el parque de A Concha, los de A Illa, O Grove u otras localidades de O Salnés.

Pero también otros esbeltos y centenarios ejemplares que durante años daban aspecto señorial a edificios singulares como los que presidían la entrada a la Casa Consistorial de Ravella o del Ayuntamiento de Cambados, por poner algunos ejemplos significativos de inmuebles y pazos que ahora tienen apariencia de que han quedado semidesnudos, sin la protección de esos magníficos guardianes, que nunca han sido sustituidos como se comprometió cuando se efectuaron las talas amparadas en motivos de seguridad.

Ahora, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que dirige la vicepresidenta tercera Teresa Ribera ha dado un paso especialmente necesario para combatir y, si es posible, revertir la grave situación generada por estas especies aloctónas.

El Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, elaborado ya hace diez años, en 2013, suma al denominado “Picudo de las palmeras” o “Picudo de cuatro manchas” (Diocalandra frumenti Fabricius. 1801),entre los artrópodos no crustáceos que deben ser perseguidos y que en estos momentos amenaza la especie en Canarias. En el listado se incluyen además tres clases de hormigas o himenópteros, aún no detectadas en la comarca, a saber: la hormiga faraón, la hormiga loca y la hormiga roja de fuego.

Con esta inclusión en el Catálogo de este taxón, los principales picudos se consideran oficialmente una “amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, la agronomía o los recursos económicos asociados al uso del patrimonio natural”.

Suscríbete para seguir leyendo