El fracasado modelo del libre marisqueo en Arousa obligó a suspender la campaña el mes pasado, mucho antes de lo previsto.
Por este motivo, y porque la asociación Rañeiros da Ría, que se hizo cargo de la gestión directa de las zonas comunes hace años, fue incapaz de resolver el problema de falta de productividad que arrastran esos bancos, se estableció un cese de actividad remunerado para los mariscadores de a flote.
La respuesta de la Xunta
Con el propósito de hacer frente a esta preocupante situación, la Xunta no solo se encargó de hacer realidad ese paro subvencionado, sino que lleva a cabo diversos proyectos de regeneración tendentes a reflotar los bancos comunes de la ría.
Unas zonas otrora de vital importancia para el sector que, como se dijo tantas veces, son de todos, pero en realidad, no son de nadie, porque nadie se encargó de cuidarlos como sería deseable en los últimos tiempos.
De ahí la importancia de la suelta de cientos de miles de unidades de almeja realizada por la Consellería do Mar en los diferentes bancos de libre marisqueo, con especial incidencia en los más conocidos y, supuestamente, los más productivos: Os Lombos do Ulla, O Bohído y Cabío.
O Bohído
A modo de ejemplo, puede destacarse la reciente siembra de cerca de 80.000 unidades de almeja babosa y 4.500 de japónica en el banco de O Bohído, convertido en el de mayor protagonismo, presión pesquera y/o esquilmación desde la “muerte” de Os Lombos do Ulla.
Esa liberación de ejemplares alevines de almeja en el importante banco de O Bohído, atravesado por el puente que une Vilanova con A Illa, a caballo entre esos dos municipios, Cambados y O Grove, trata de mejorar el estado biológico del lugar y, en consecuencia, impulsar la recuperación de su capacidad productiva.
Así lo destacan en el departamento que dirige Rosa Quintana, donde también aclaran que esta suelta de semilla de almeja se realizó en un área reducida de O Bohído, tratando de “evitar el impacto de los depredadores”.
Unos trabajos, dicho sea de paso, que sirven para dar continuidad a los efectuados en el mismo banco marisquero durante los meses previos.
Ayudas al sector
No hay que olvidar que la Consellería do Mar ya había lanzado antes algún que otro salvavidas a la asociación Rañeiros da Ría y al conjunto del sector arousano que depende de la actividad marisquera, tanto a flote como a pie.
Sin ir más lejos, cuando entre mayo y noviembre de 2022 la Xunta afrontó la siembra de más de 265.000 unidades de almeja babosa.
En todos los casos se trata de almeja reproducida en el vivero del Centro de Investigaciones Marinas (CIMA) de O Vicedo, dependiente de la propia Consellería do Mar.
Pero, como se decía al principio, estas siembras no son el único modo de buscar la repoblación de bancos como O Bohído para mejorar su productividad y garantizar mayores ingresos al sector marisquero arousano.
Trabajos previos de arado
Y es que también se llevaron a cabo, como paso previo a las mismas, trabajos de arado de la zona a recuperar, tratando así de “preparar el sedimento y facilitar la fijación de la semilla”.
Acciones hechas realidad con medios propios de la Xunta de Galicia que, cabe resaltar, no solo se llevan a cabo en el banco de O Bohído, sino también en los de Cabío y Os Lombos do Ulla, donde en condiciones normales, y con una productividad razonable, pueden llegar a reunirse en una sola mañana alrededor de ochocientas embarcaciones.

800.000 metros cuadrados labrados
Abundando en todo lo anterior, puede decirse que estos trabajos para recuperar el libre marisqueo llevados a cabo por Mar, y centrados en la preparación del terreno, permitieron “remover” más de 135.000 metros cuadrados del banco de O Bohído.
Una acción fundamental para oxigenar el substrato en el que se realizan las siembras también desarrollada en Cabío, en este caso con el labrado de 260.000 metros cuadrados.
El arado más destacado se llevó a cabo en Os Lombos do Ulla, donde fueron más de 400.000 metros cuadrados los preparados en la que es, sin duda, la zona de libre marisqueo más castigada en los últimos años.
Algas y trampas para los depredadores
Estos trabajos de recuperación del libre marisqueo incluyen la eliminación de algas y la colocación de trampas (nasas cebadas) para capturar depredadores y evitar así la reducción de la población de almejas sembrada.
Unas labores, estas últimas, que seguirán desplegándose en los próximos días, tal y como explican en el departamento que dirige Rosa Quintana.