Los rañeiros huyen del libre marisqueo, del Ulla y del frío

La espantada continúa sin visos de solución aparente

Los mariscadores también largan sus “raños” en el puerto de Vilagarcía.

Los mariscadores también largan sus “raños” en el puerto de Vilagarcía. / M. MÉNDEZ

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Que el libre marisqueo en Arousa es un estrepitoso fracaso ya ni siquiera resulta noticiable, puesto que lleva demasiado tiempo siendo así. La noticia es que completa otro año en blanco y se mantiene su lento agonizar, para desesperación de los rañeiros.

Tanto es así que algunos optan por dedicarse a otras actividades, mientras que los hay que buscan bivalvos en zonas casi inverosímiles de la ría y no faltan los que deciden seguir los pasos de otros compañeros de sector que decidieron hace tiempo emigrar a Noia para trabajar en los bancos marisqueros de esa cofradía coruñesa.

Todo ello a causa de un declive de las zonas reservadas para la actividad extractiva en régimen de libre marisqueo que tampoco debe ser ninguna sorpresa para los gestores de las mismas, es decir, las cuatro cofradías de pescadores que aún sostienen a la asociación Rañeiros da Ría y se ven con el agua al cuello a causa de los pésimos resultados obtenidos.

Un paro subvencionado

La misma entidad, por cierto, que hace años exigió gestionar directamente estos bancos comunes y que ahora se ve incapaz de conseguir sus objetivos, de ahí que hace unas semanas propusiera interrumpir el trabajo desde el 1 de enero. Eso sí, a cambio de un cese de actividad subvencionado.

“Rañeiros” en el puerto de Vilagarcía. Al fondo se aprecia el manto de niebla que el miércoles cubría Os Lombos do Ulla.   | //  M. MÉNDEZ

“Rañeiros” en el puerto de Vilagarcía. Al fondo se aprecia el manto de niebla que el miércoles cubría Os Lombos do Ulla. | // M. MÉNDEZ / M. Méndez

Una petición dirigida a la Consellería do Mar que, en buena lógica, es tanto como reconocer que en las zonas comunes de la ría no hay “nada que rascar”.

En cualquier caso, y aunque decir que el libre marisqueo está muerto ya no sea ninguna novedad, bueno es resaltar la espantada de mariscadores registrada en sus bancos, algunos otrora tan importantes como Os Lombos do Ulla, O Bohído y Cabío.

Hay que buscar en todas partes porque en el río las cosas están peor que nunca; allí ya solo se pesca frío

La migración a Noia

Un descenso de actividad que, como se decía al principio, es directamente proporcional al aumento de mariscadores arousanos que migran a la ría de Muros-Noia para desarrollar allí su labor.

Así se adaptan los mariscadores arousanos emigrados a la ría de Noia

Manuel Méndez

Lo hacen teniendo en cuenta que, como explicó FARO DE VIGO en su momento, el marisqueo resulta allí mucho más rentable, incluso teniendo que pagar un alquiler por las lanchas necesarias para poder faenar en aquellas aguas.

Cada vez menos barcos

Esa “fuga” de mariscadores y el hecho de que otros prefirieran “colgar los raños” hace que el descenso de embarcaciones en las zonas de libre marisquero arousanas sea más que notable desde que empezó la campaña, lo cual es un síntoma inequívoco del descontento del sector y, por qué no decirlo, de su hartazgo.

Los mariscadores seleccionando producto y apartando las conchas de mejillón que dominan el lecho marino en el puerto vilagarciano.

Los mariscadores seleccionando producto y apartando las conchas de mejillón que dominan el lecho marino en el puerto vilagarciano. / M. MÉNDEZ

Algo que no es de extrañar, ya que los pobres resultados obtenidos en los últimos años en el libre marisqueo dan cuenta de una situación extrema, la cual no hará más que seguir empeorando, si no se adoptan medidas correctoras urgentes con las que recuperar productividad.

Solo 377 barcos despachados

Como es lógico, el frío y al macropuente festivo hicieron que esta semana la afluencia de embarcaciones fuera incluso inferior de lo que estaba siendo habitual, de ahí que el miércoles únicamente se despacharan 377 barcos para libre marisqueo.

Esto es tanto como decir que prácticamente solo estaban la mitad de los que solían trabajar cuando hasta hace una década esta actividad resultaba rentable.

Os Lombos do Ulla

De esa cifra total, únicamente cien embarcaciones “arreglaron los papeles” para faenar en el río Ulla, que volvía a amanecer cubierto de un espeso manto de niebla y donde antaño se concentraban para trabajar entre 600 y 800 embarcaciones cualquier mañana previa a las fiestas navideñas.

Pero ahora la almeja escasea en toda la ría; también en el río. Y mucho más que lo hace el berberecho; aquel bivalvo que antaño competía con el de Noia y encontraba en el Ulla su principal punto de reproducción en aguas arousanas.

Mariscadores de a flote al abrigo de la dársena.

Mariscadores de a flote al abrigo de la dársena. / M. MÉNDEZ

Al menos en aquellos tiempos en los que, como rememoran con nostalgia los más veteranos, “el berberecho casi llegaba hasta Padrón”.

Junto a esas naves con preferencia por los bancos de Os Lombos do Ulla situados en su desembocadura, a la altura de la isla de Cortegada, el miércoles también se despacharon 174 para la zona de libre marisqueo de O Bohído, a caballo entre A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove.

La actividad de los rañeiros en el puerto vilagarciano.

La actividad de los rañeiros en el puerto vilagarciano. / M. MÉNDEZ

En el puerto vilagarciano

Además de una veintena para la zona de Cabío y 84 naves que, al menos sobre el papel, iban a faenar en las llamadas “otras zonas” de libre marisqueo, entre las que se sitúa el entorno de la zona portuaria de Vilagarcía.

Ahí, al abrigo de la dársena, se refugian en ocasiones algunos mariscadores de a flote que tratan de apañar alguna que otra almeja rebuscando entre la gran cantidad de conchas de mejillón que cubren el lecho marino, y que son subidas a bordo en el interior de los “raños”.

Pesimismo

“No hay nada de marisco y esto va de mal en peor”, explicaban los “rañeiros” que el miércoles faenaban a escasos metros de los grandes buques portacontenedores, los remolcadores, las patrulleras de Aduanas y demás naves amarradas habitualmente en el puerto de Vilagarcía.

Unos mariscadores de a flote que, al ser preguntados por las razones que los habían llevado a trabajar a la altura de la dársena de O Cavadelo y el muelle de pasajeros, replicaban: “Hay que buscar en todas partes porque en el río las cosas están peor que nunca; allí ya solo se pesca frío”.

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