TRIBUNA LIBRE

Los fiascos de Vilanova

José Juan Durán Hermida

Hace semanas recibíamos la mala noticia de que el proyecto de una gran planta de congelados en el polígono industrial de Baión entraba en una fase de acciones civiles y penales contra la promotora Vip Salnés Marine ante una serie de incumplimientos y la paralización, de hecho, de los trabajos de movimiento de tierras desde hace muchos meses.

De este proyecto había afirmado el gobierno de Vilanova que crearía cien puestos de trabajo directos y que serviría para revitalizar el citado parque empresarial. Concretamente el primer edil vilanoves al “importante desarrollo que va a experimentar Baión”.

Lamentamos esta mala, malísima noticia, para el municipio de Vilanova de Arousa y, especialmente, para su parroquia de Baión, tan necesitada de impulso y desarrollo en todos los ámbitos. El daño a la creación de riqueza y, consiguientemente, empleo ha sido enorme. Además en una zona muy carente de desarrollo económico, infraestructuras viarias y deportivas porque no nos cansaremos de repetir que Baión también existe. Al hilo de lo anterior, uno no puede evitar recordar otros importantísimos proyectos impulsados por el Ayuntamiento, en los últimos lustros que no pasaron de meros anuncios acompañados del habitual despliegue audiovisual y los posados de rigor…. Estoy pensando en el non nato centro comercial de San Miguel de Deiro, magna iniciativa que iba a crear, como lo de Baión, cientos de empleos e ingentes ingresos para las arcas municipales.

En la retina de todos están aquellas colas de decenas de personas, delante del Ayuntamiento, para entregar currículums y poder optar a alguno de aquellos cientos de puestos de trabajo. La frustración que acompañó a aquel gran fracaso de gestión todavía se siente hoy, pues las ilusiones de mucha gente (en su mayoría de jóvenes golpeados por el desempleo) se fueron al garete. La difusión, promoción y publicitación ( propaganda en el más negativo de los sentidos ) que se hizo de este proyecto fue colosal, tanto como el fiasco de su fracaso y las ilusiones perdidas de los aspirantes a un empleo.

Por cierto, no recuerdo escuchar algo parecido a una disculpa hacia quienes, en su mayoría jóvenes, sufrieron la decepción tremenda de no obtener un puesto de trabajo. El pedir perdón humaniza, más aún, a quien lo hace.

*Líder de Renova Vilanova

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