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El turismo desbocado, principal amenaza real para la riqueza y el futuro de A Illa

Dos autocaravanas estacionadas encima del litoral de A Illa. Iñaki Abella

Más de 10.000 coches durante un domingo de verano, cientos de embarcaciones de recreo o miles de bañistas pisoteando los bancos marisqueros. Estos son solo algunos de los problemas que está generando en A Illa el turismo descontrolado, una actividad que está poniendo en riesgo una forma de vida, con el deterioro de los recursos del mar y de la calidad de vida de los vecinos. Es por toda esta situación que la asociación Arousa en Transición, surgida a raíz de la redacción de la Axenda Local 2030 e integrada por diferentes estamentos sociales del municipio, ha decidido que es el momento de abrir un debate sobre el tipo de turismo que necesita A Illa, un modelo que debe quedar bien definido y que debe beneficiar al conjunto de la población.

Desde la asociación, que preside la isleña Ana Millán, reconocen que “vivimos en un lugar privilegiado, con gran riqueza natural y paisajística, pero también tremendamente frágil, por eso consideramos que todos los estamentos sociales debemos reflexionar y generar un espíritu crítico y cuidar el espacio en que habitamos o que visitamos”.

Un ejemplo de este turismo descontrolado es el SOS lanzado por las mariscadoras de A Illa a través de FARO DE VIGO, donde mostraban su preocupación sobre los problemas que está generando sobre su trabajo la masificación turística de las playas, una masificación que crece cada año de forma exponencial y que pone en riesgo paisajes, formas de vida y otras cuestiones.

Reclamamos un modelo turístico sostenible y equilibrado, que promocione también la vertiente cultural, industrial, gastronómica y de naturaleza y, sobre todo, que no expulse a la población local, que cada año ve más disminuida su calidad de vida”, explican. Además, consideran que es un error apostar por un único modelo turístico, tan depredador y estacional, como es el de sol y playa, “pues A Illa tiene más que ofrecer, puesto que se trata de un pueblo marinero, con identidad y tradiciones arraigadas, que están en peligro si se descuidan”.

Para el colectivo, ya nadie puede negar la urgencia de tomar medidas, “ni puede obviar la responsabilidad individual y colectiva para frenar el deterioro”. Es por ello que apelan al diseño de un verdadero Plan Estratéxico de Desenvolvemento Sostible de A Illa, con la participación de todas las entidades implicadas, que “ayude a hacer del turismo una actividad económica con un gran futuro en el municipio”.

“Unir esfuerzos en el cuidado del entorno”

El paso que quiere dar Arousa en Transición es muy meditado, y sobre todo, necesario antes de que A Illa pueda sufrir daños que acaben siendo irreversibles, perdiendo su identidad por completo. Es por ello que el colectivo quiere una amplia participación en este debate, tanto de vecinos como de turistas, pasando por empresas, entidades locales y administraciones públicas para que aporten ideas que sirvan para cuidar el entorno en el que residen.

El impacto que el turismo descontrolado ha causado es apreciable en varios puntos de A Illa, donde existen zonas sumamente degradadas por la presencia de vehículos y personas. Sin embargo, el lugar que más ha sufrido ese impacto ha sido el islote Areoso que, cada año, va camino de acabar partiéndose en dos y corre el riesgo de que desaparezca toda la zona dunar.

PROBLEMAS QUE HAN IDO CRECIENDO


Cada verano, A Illa se ve expuesta a una masificación que colapsa las estructuras del municipio. Un ejemplo de ello es el desproporcionado número de vehículos que, durante la época estival, atraviesan el puente y que convierten el pequeño municipio en un avispero de coches, autocaravanas, contaminación acústica y ambiental. “A Illa es un pueblo que nace de un istmo de calles estrechas, sin aceras en muchos casos, por lo que no están preparadas para asumir ese volumen de tráfico”, explican.

El hecho de no encontrar donde estacionar no puede ser excusa para que “se ocupen dunas, caminos en el monte, fincas privadas y muchos otros espacios, ya que se nuestras apetecibles playas y espacios naturales, nuestro marisco, tienen que seguir siendo atractivos turísticos, debemos preservarlos y respetarlos; hay que ser consciente del lugar que se visita”.

Lugares como Carreirón o Areoso, que pertenecen a la Rede Natura, están sufriendo una presión de visitas sin precedentes, siendo publicitados como destinos de sol y playa, cuando son “un tesoro natural, marisquero y megalítico, y como tal deben contar con aforos limitados, recibir grupos reducidos y guiados por profesionales que interpreten y divulguen el patrimonio”. A ello se suma la conversión de la ría en una especie de parque acuático lleno de todo tipo de artefactos, desde motos de agua a yates, pasando por lanchas que no respetan las zonas de baño ni la fauna y flora marina. Otro problema destacado en A Illa es la proliferación de áreas de autocaravanas de forma espontánea, sin licencia y que generan todo tipo de residuos.

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