Ir a visitar a una amiga que “se encuentra aburrida y sola”, aunque resida a 20 kilómetros; cruzar al municipio de al lado para comprar plastilina, para que la niña la lleve al cole al día siguiente; haber salido a dar un paseo al monte y “despistarse”, olvidándose de que estaba ya en otro Concello; salir de una localidad confinada perimetralmente para "tomar algo" en la villa vecina y volver… Son algunas de la explicaciones u ocurrencias ofrecidas por los conductores “sorprendidos” en los controles policiales llevados a cabo a lo largo y ancho de la comarca.

Volvió a constatarse en la noche del domingo, cuando se vivía un “buen ambiente” en los diferentes municipios arousanos, tanto en los menos afectados por el coronavirus, donde algunos bares llegaron a estar a tope durante la jornada dominical, como en los que siguen con la hostelería cerrada y confinados perimetralmente, aunque ésta sea una medida que se salta demasiada gente. En estos últimos, por cierto, las aglomeraciones se vivieron en algunos comercios y en las plazas o calles donde se encuentran los principales motivos navideños.

Policía Local de Vilagarcía

Para tratar de regular la situación y apelar al sentido común de los ciudadanos, aunque quizás no tendría que ser necesario, teniendo en cuenta los daños que está causando el COVID, se montan controles de carretera como el protagonizado por la Policía Local de Vilagarcía de Arousa.

Tratando de velar por el cumplimiento de las normas dictadas para evitar que la pandemia siga avanzando, los agentes situaron este control de carretera en la PO-548, que une Pontecesures con Vilagarcía, justo a la entrada de la ciudad por Carril.

Tras detener a cada vehículo que trataba de acceder comprobaban que sus ocupantes estuvieran realizando un desplazamiento plenamente justificado, que no siempre era el caso.

Uno de los conductores a los que dieron el alto los agentes. M. Méndez

Con la sentencia de divorcio en la guantera

Durante el operativo se escucharon todo tipo de explicaciones, alguna de ellas plenamente justificada, como la del hombre que incluso mostró su sentencia de divorcio para explicar que estaba trasladando a su hija después de pasar el fin de semana con ella, para dejarla con su madre.

Otras excusas, sin embargo, no tenían pies ni cabeza, como la de cuatro jóvenes de Catoira y Valga que viajaban en el mismo coche, conducido por una vilagarciana.

Básicamente daban las mismas explicaciones que aquellos otros que, a falta de una hora para el toque de queda, decían acudir a Vilagarcía para dar un paseo o ver a alguna amiga que “se siente aburrida y sola”.

“Soy de Vilagarcía y vuelvo a casa porque salí a pasear el domingo por ahí”

“Tengo una casa en Catoira y otra en Vilagarcía, por lo que puedo ir y venir cuando quiera”, intentaba justificarse otra conductora. “Soy de Vilagarcía y vuelvo a casa porque salí a pasear el domingo por ahí”, razonaba otro de los automovilistas a los que se dio el alto en el control policial.

Un control de la Policía Local de O Grove, en A Lanzada. FdV

Podrían imponer muchas multas más

Hay otras muchas explicaciones que podrían reflejarse ahora, algunas sorprendentes, de entre las escuchadas en los controles policiales realizados desde Pontecesures hasta O Grove.

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La conclusión es que los agentes tienen menos afán recaudatorio del que muchos suelen creer, ya que si de verdad quisieran sancionar, el número de denuncias se habría disparado hasta niveles insospechados desde hace tiempo.

Por el contrario, buena parte de los policías optan por adoptar una postura didáctica, razonar con los conductores, apercibirlos y tratar de convencerlos de que están poniendo en peligro sus vidas, y la vida de los demás, cuando se saltan las normas de prevención frente al coronavirus.