Resumen del año

El Pitanxo toma la palabra

Los test realizados sobre una maqueta y las imágenes del pecio hundido apuntan a una maniobra negligente del capitán, Juan Padín Costas. La dirección de Pesquerías Nores, también imputada

Lara Graña

Lara Graña

La investigación del naufragio del Villa de Pitanxo, en el que perecieron 21 de los 24 tripulantes, prosigue en la Audiencia Nacional. Imputado el capitán, Juan Enrique Padín Costas, y la armadora, Pesquerías Nores, el juez Ismael Moreno ha aplicado la misma condición a la dirección general de la empresa. A falta de conocer el informe definitivo de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) –se entregará previsiblemente en los primeros días del año–, el pesquero de 50 metros de eslora hundido el 15 de febrero de 2022 ha empezado a hablar. A viva voz y desde dos escenarios distintos.

Los peritos completaron el ejercicio para una recreación del siniestro en el Centro de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo (Cehipar), sometiendo a una maqueta del Pitanxo a las mismas condiciones que enfrentó el arrastrero aquella madrugada. Unos test que alejan la versión de Padín, quien ha defendido que el buque se fue a pique tras una súbita e inexplicable pérdida del motor principal Wärtsilä. Aún sin propulsión, la miniatura no se hundió. De modo que estas pruebas refrendan inicialmente la explicación ofrecida por el superviviente Samuel Kwesi Koufie, de que el Villa de Pitanxo escoró fatalmente tras un embarre que no fue corregido desde el puente de mando.

El segundo escenario, a casi 730 metros de profundidad, está en las gélidas aguas de Terranova. La compañía viguesa ACSM se adjudicó el contrato para la búsqueda, localización e inspección del pecio; regresó con casi un centenar de vídeos. El pesquero se visualiza sin daños estructurales, ligeramente escorado a babor, con el aparejo largado. Los peritos a bordo del offshore Ártabro advirtieron que las pruebas aportan “indicios de negligencia” por parte del patrón. Una de las malletas que une las puertas de arrastre con el copo está partida, presumiblemente por la enorme tensión ejercida por el barco durante las maniobras de virada, pero la otra permanece completamente en tensión. Aunque no había esperanzas de lograrlo, tampoco entre las propias familias de las víctimas, no se localizaron restos humanos. En una misión que, por cierto, arrancó con polémica después de la decisión de la Ciaim de partir a los trabajos de búsqueda sin el visto bueno previo de la Audiencia Nacional: tuvo que dirigirse a Canadá para embarcar a peritos de parte antes de desplazarse a la zona desde donde el Pitanxo emitió la última señal.

Las diferencias entre la armadora y la aseguradora –Nores ha demandado a Mapfre– han bloqueado el pago de la última marea a cargo de los herederos de los fallecidos. Veintiún presuntos delitos de homicidio por imprudencia grave, contra los derechos de los trabajadores, falsedad documental y encubrimiento son las acusaciones que cercan a a Juan Padín, Pesquerías Nores, José Antonio Nores Rodríguez y José Antonio Nores Ortega.