Entrevista | Ángel Gómez Iglesias, Defreds Escritor

“Los ‘haters’ me motivan, pienso que si pierden el tiempo conmigo es que soy importante”

“No me molesta que digan que escribo poesía, lo que pasa es que mucha gente aprovecha esto para desprestigiar diciendo que es poesía mala o poesía 2.0”

Defreds, ayer, durante la firma de ejemplares en Vigo.

Defreds, ayer, durante la firma de ejemplares en Vigo. / José Lores

Más maduro y sereno, pero igual de intimista y personal. Así es Amanecer (Espasa), el nuevo libro de Jose Ángel Gómez Iglesias, conocido artísticamente como Defreds (Vigo, 1984), una continuación de Sempiterno (2018), y, como éste, ilustrado por Naranjalidad (Beatriz Ramo), un conjunto de narraciones cortas –Defreds insiste en que no escribe poesía– en el que habla de la salud mental, el alzhéimer, la pérdida, el paso del tiempo, el amor y el desamor, y, sobre todo, de nuevos comienzos porque, asegura el escritor, cada día supone una nueva oportunidad. Ayer comenzó en el Fnac de Vialia, en Vigo, la gira de promoción de este nuevo libro, que hace el número doce, y que días antes de salir a la venta ya se encontraba en la lista de los más vendidos en poesía.

–Amanecer muestra a un Defreds más maduro.

–Es cierto. Es un libro que me he currado mucho y que ha quedado, a mí modo de ver, bastante más brillante que los de mis comienzos. Evidentemente, también ha pasado el tiempo y tengo más experiencia y más años, me han pasado más cosas.

–¿Es una continuación del anterior, Siempre?

–De Sempiterno, pero más íntimo y maduro. En Amanecer hablo de muchos temas: amor, desamor, despedidas, pérdidas, de la salud mental... de cosas, buenas y malas, que he vivido y también que me han contado. También el título, Amanecer, que es el comienzo de un nuevo día, hace referencia a una nueva etapa que comienza, un nuevo comienzo más maduro.

–Toca muchos temas, pero la finitud de la vida es una idea que está muy presente. ¿Es cada vez más consciente del paso del tiempo?

–No es algo que me preocupe demasiado. No estoy todo el día pensando en la vejez ni en el paso de los años y la muerte ni nada por el estilo, pero sí veo que el tiempo está pasando y desde que nació mi hija, hace seis años, parece pasar más rápido. Te pasan otras cosas también y me parece un buen momento para intentar exprimir al máximo los días, también porque la gente que está a tu alrededor, tu familia, también se hace mayor, hay más enfermedades... todas estas cosas hacen que te sientas también un poco más mayor y que veas cómo es el paso del tiempo.

“Las redes me han dado muchísimo más de lo que me han quitado”

–En “No hay razón” habla de dejar el pasado atrás. ¿Muchas veces nos quedamos estancados en los errores de ayer?

–Evidentemente, las cosas buenas las vas a recordar con cariño. Si echo la vista atrás y pienso en mis inicios, en ese bum de mis libros, reconozco que fue una experiencia increíble y lo recuerdo con mucho cariño. Y las cosas malas que me han pasado y los errores que he cometido, que también han sido muchos, los veo como otra parte de la vida, porque hay que continuar y avanzar. Yo siempre he pensado que la vida se trata de equivocarse. La cosa es no repetir los mismos errores.

–Cuando en 2011 abrió su cuenta en Twitter como Defreds y comenzó a compartir sus frases y sus relatos breves, ¿se imaginó firmando libros?

–No. Y los comienzos fueron muy vertiginosos, porque un chavalito de Vigo, de repente, saca un libro con una editorial pequeñita y empieza a venderse muchísimo y la gente comienza a reconocerle por la calle y a tener filas y filas de gente en sus firmas... Es algo que te viene inesperadamente y que tienes que aprender a gestionar sobre la marcha. Desde luego, de lo que más orgulloso estoy es de que haya pasado un poco ese bum y haya podido mantener mi carrera literaria, de que haya gente que me sigue desde el principio. Con esto me quedo.

–Insiste en que no escribe poesía, pero sus libros están catalogados y están en las estanterías de poesía.

–Los libros los tienen que colocar en algún sitio y lo que les resulta más fácil o lo que se adapta mejor es ponerlos en poesía. A mí no me molesta que alguien diga que le me encanta el libro de poesía de Defreds. Lo que pasa es que hay gente que lo utiliza para desprestigiar, para decir cosas como que es poesía moderna de la mala, poesía 2.0 o poesía de internet. A mí todas esas cosas siempre me han dado un poco igual. También me han intentado colocar como el líder de una nueva generación de poesía, pero yo tampoco he querido ser nunca líder de nada. Y claro que si comparo lo que escribo con poesía clásica o poesía buena, entre comillas, salgo muy perjudicado, pero no es mi intención. Yo me siento satisfecho con que la gente compre mi libro y me escriba diciéndome que estaba pasando un mal momento y que ha disfrutado mucho leyéndolo y que le ha venido muy bien. Para mí, esto ya es suficiente. El nombre que le pongan para mí nunca ha sido importante.

“Me siento satisfecho con que la gente disfrute leyendo mis libros”

–¿Cree que el hecho de haberse dado a conocer a través de las redes puede influir en estas críticas despectivas?

–Las redes tienen una cosa buenísima, que es que tú puedes dar a conocer tu trabajo por tu cuenta, puedes escribir aquí una cosa y que la lea alguien en Perú en el mismo instante. Es un arma de comunicación brutal. Todo lo que tengo, lo tengo seguramente gracias al boca a boca en las redes, pero también le da la oportunidad a la gente a la que no le gusta lo que haces o que son haters profesionales a escribir lo que quieran y a decirte que es una mierda lo que haces. Tú simplemente tienes que aprender a gestionarlo. Si esto les pasa a Messi, a Alejandro Sanz, ¿cómo no me va a pasar a mí? Es cierto que cuando era más jovencito y pobliqué mi primer libro me dolía a veces leer alguna cosa. Hoy, al revés, me motiva más, en plan: “Vale, pues si has perdido tu tiempo en venir a decirme aquí una tontería será que soy importante”. A mí, las redes me han dado muchísimo más de lo que me han quitado. También las he trabajado y las trabajo mucho. No me las lleva nadie.

–El libro incluye un cuento en forma epistolar dirigido a su hija, Valentina, en el que, como padre, le da unas normas para guiarla en el viaje de su vida.

–Sí. Es un cuento que, aunque está dirigido a mi hija, sirve para cualquier niño. Muy pronto, seguramente, termine un cuento infantil para publicar, aunque eso es todavía un proyecto.

–¿Plasmar en papel sus pensamientos es una forma de terapia?

–Siempre lo ha sido. Me gusta plasmar mis pensamientos y mis sentimientos y leerlos después y ver que han quedado bien. Y también me gusta el resultado en la gente, que alguien me diga que ha disfrutado con mi libro y que le ha ayudado me motiva a continuar escribiendo.

–¿Es un escritor de horarios fijos?

–Depende un poco de la época. Me gusta anotar cosas, porque no quiero que se me olvide una idea luego ya tendré tiempo de ponerla en marcha. Luego, tengo días que de noche me pongo música y me pongo a escribir y me fluye mucho, y luego tengo otros días que no me fluye y entonces lo dejo. No me obligo a escribir nunca, pero es cierto que a este libro le he dedicado más tiempo que a los anteriores. Yo lo noto. Ya no sólo porque haya trabajado más horas, sino porque lo cojo ahora entre mis manos y lo siento así, como que lo he trabajado muy bien. Este último año ha sido muy bueno, he estado más tranquilo, y he estado más inspirado para escribir y el libro creo que me ha quedado muy bonito. Cuando tienes una época en la que te encuentras un poco peor, te dan más pereza las cosas y las ideas no fluyen tan bien.

Suscríbete para seguir leyendo