Entrevista | José Luis Buceta Hazas Enfermero especialista en salud mental

“Las enfermedades mentales son el segundo grupo de patologías después de las cardiovasculares”

El especialista ofrece hoy una charla organizada por los alumnos sénior de la Universidade de Vigo en la Casa das Campás

José Luis Buceta Hazas.

José Luis Buceta Hazas. / GUSTAVO SANTOS

La salud mental centrará una conferencia organizada por la Asociación do Alumnado e Exalumnado Sénior da Universidade de Vigo do campus de Pontevedra esta tarde en la Casa das Campás (19.30 horas con entrada libre). El enfermero especialista en salud mental José Luis Buceta Hazas, del Complexo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), será el encargado de impartirla.

– ¿Cómo surgió la oportunidad de ofrecer esta conferencia en el ámbito universitario?

– Recibí la invitación por parte de una compañera, ya que yo soy profesor en la Escola de Enfermería de Pontevedra. Me pidió si podía preparar una charla sobre salud mental.

– ¿La centrará en las personas mayores o abordará la salud mental en general?

– Estará orientada sobre todo a un público de la edad de esta asociación de alumnos y exalumnos de la universidad, centrándome en el concepto de salud mental, sus factores y componentes, los recursos asistenciales para abordar las diferentes patologías en el área sanitaria de Pontevedra y las estrategias, con el término de salud mental positiva y los hábitos de vida saludables que la favorecen.

– ¿Cuáles son la principales enfermedades o problemas de salud mental que se detectan en el área sanitaria de Pontevedra?

– Las enfermedades mentales constituyen ahora mismo el segundo grupo en cuanto a enfermedades a nivel general, por detrás de las cardiovasculares. Son los trastornos de tipo depresivo y ansioso, así como los cuadros mixtos. Estamos empezando a recoger datos para ver si tienen relación con la pandemia que hemos pasado. Han repuntado los trastornos de este tipo y también las conductas suicidas en determinadas franjas de edad.

"Las personas hemos ido cambiando y nuestros mecanismos de afrontamiento no tienen la fortaleza que tenían antes"

– Con lo cual será primordial detectar todos estos casos, ya que muchas personas estarán sin diagnosticar...

–Toda la red asistencial y esos dispositivos aquí en el área de Pontevedra están encaminados a hacer esa detección. Trabajamos aspectos desde la prevención, la asistencia y también los de carácter rehabilitador, con la enfermedad más avanzada. Y lo hacemos desde cualquiera de los dispositivos, tanto las USM (unidad de salud mental) como la unidad específica de conducta suicida o el dispositivo en el que yo trabajo, de continuidad de cuidados de Psiquiatría, con un carácter comunitario, yendo a los domicilios de personas afectadas por trastorno mental grave.

– ¿Se puede establecer un perfil de la persona que sufre una enfermedad de este tipo?

– No existe una causa específica y concreta de la enfermedad mental. Son una serie de patologías multifactoriales en las que interviene la combinación de diferentes tipos de factores. Lo que decimos es que cuando a una persona que puede tener cierta predisposición, por ejemplo con aspectos como la genética o porque está en una situación de tensión mantenida de exigencia o de estrés, si le fracasan los mecanismos de adaptación que tiene para enfrentarse a las exigencias de la vida cotidiana puede debutar en un trastorno de tipo mental.

–¿Más mujeres que hombres?

–Indistintamente. Hay patologías que sí tienen mayor prevalencia en el sexo femenino, pero otras en el masculino. La enfermedad mental puede afectar a cualquier persona.

– ¿Y la medicación? ¿Siempre es necesaria?

– La medicación es una ayuda, es un elemento más dentro de todo el abanico de posibilidades terapéuticas que se pueden aplicar. Es tan importante como la psicoterapia, el acompañamiento, la prevención... aspectos con los que trabajamos diariamente. Es una combinación de diferentes tipos de opciones terapéuticas. La farmacología es una más.

– Parece que por fin se está tomando en serio la salud mental, y, sobre todo, sin vergüenza a admitir los problemas por parte de los pacientes.

–Precisamente, la charla la voy a iniciar de esta manera, lanzando al aire la pregunta de si la salud mental está de moda ahora. De repente asistimos a conferencias, encuentros, jornadas, los políticos también la utilizan para hacer campaña... De repente ha aparecido la salud mental, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya hace mucho que incluyó dentro del concepto de salud a la salud mental. No existe la salud si no existe la salud mental. ¿Por qué ahora surge todo este interés? Lo que sí detectamos es una mayor sensibilidad, a nivel social, con todas las patologías y problemas.

"La propia vida, tal y como está ahora la sociedad estructurada, te pide resultados de una manera prácticamente inmediata"

– Tendrá mucho que ver el actual ritmo de vida...

– Sí, es una impresión que tenemos, de que la propia vida, tal y como está ahora la sociedad estructurada, te pide resultados de una manera prácticamente inmediata; es una exigencia continua. Las personas hemos ido cambiando y nuestros mecanismos de afrontamiento no tienen la fortaleza que tenían antes. No hay estudios que determinen que esto es así, pero sí tenemos esa impresión, de que cualquier situación de la vida diaria puede resultar un poco una amenaza hacia la estabilidad de una persona.

– De hecho, se habla mucho de la generación de cristal. ¿Es la salud mental también una cuestión de educación?

– La educación es otro de los factores que intervienen. En los orígenes de la enfermedad mental, es como si cogiéramos una coctelera e introdujésemos diferentes tipos de ingredientes (factores) y agitásemos. Qué duda cabe que la educación y las líneas que se van marcando en las diferentes etapas de las personas van forjando su personalidad, su carácter, y determinan que puedan aparecer problemas de este tipo.

– Podemos poner de nuestra parte llevando hábitos de vida saludables. ¿Cuáles serían importantes en salud mental?

– Hay un conjunto de hábitos y estrategias que podemos incorporar dentro de nuestra vida diaria y que, de alguna manera, nos van a ayudar a que la salud mental sea la más adecuada posible. Son aspectos como la alimentación; el incorporar la actividad física a nuestra rutina de vida diaria, no solo el ejercicio, sino moverse; aprender estrategias para luchar contra esas situaciones que nos generan tensión, ansiedad o estrés... Son hábitos que nos pueden ayudar.

– ¿En ese cóctel de buenos hábitos estarían de más las nuevas tecnologías, dispositivos móviles, redes sociales...?

– No exactamente. Yo entiendo que las nuevas tecnologías tienen que tener un uso regulado, adecuado. El problema surge cuando ese uso es desproporcionado, tan desmedido que se convierte en una principal necesidad para la persona, dentro de las necesidades fundamentales.

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