Los bomberos del Parque Comarcal de Porriño, que se mantienen en su interior concentrados en apoyo a dos trabajadores despedidos, informaron ayer de que su encierro es indefinido pero, no obstante, recordaron que mantendrán todos los servicios que se planteen "y ninguna emergencia quedará sin atender".

Los únicos manifestantes que se mantienen en el interior del parque son los bomberos que trabajan en el mismo, una vez que el Consorcio, propietario de las instalaciones, ordenó que todas las personas que no pertenecen a ese Parque fuesen expulsadas. Por esa razón tuvieron que salir del recinto familiares, bomberos de otras demarcaciones y los dos empleados despedidos en el periodo de prueba, que decidieron permanecer en el exterior de la nave.

Según explicó el representante sindical de los bomberos, la idea es plantear en las próximas horas una serie de reivindicaciones a la empresa para que se mejoren las condiciones laborales, entre las cuales figura que no entre en el servicio ningún trabajador que no realice los cursos adecuados y supere las pruebas de aptitud.

Ajeno al conflicto

Manuel Carrera, presidente del consorcio del Parque de Bomberos porriñés, en el que están representados los ayuntamientos a los que presta servicio el Parque, la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra, destacó ayer que "el consorcio es ajeno al conflicto" y recordó que el servicio está en manos de una empresa especializada que gestiona los medios técnicos y humanos, siendo las relaciones con el personal una cuestión de régimen interno de la empresa. En todo caso, Carrera medió con la dirección del grupo para que se entreviste con los dos afectados directos y les dé una explicación de lo ocurrido.

Los bomberos del parque plantean sin embargo no solo una explicación sino la necesidad de que los dos despedidos sean readmitidos y aseguran que "tal como se ha despedido a estos dos trabajadores pueden prescindir de otros, en cualquier momento". "Queremos evitar que exista precariedad en nuestros empleos", explica uno de los trabajadores.

Los dos bomberos, que iniciaron el encierro el domingo, al ser obligados a abandonar las instalaciones optaron por una tienda de campaña "pero la Policía Local se personó en la zona para prohibirnos la acampada alegando que no estaba autorizasda", indicó Julio, uno de los afectados. Posteriormente decidieron dormir en un coche manteniéndose en todo momento en las proximidades.