Poco más de 200 residencias prescinden en España de las sujeciones físicas a mayores

Cuatro de cada diez ancianos con demencia internados son atados | Los gerontólogos piden la supresión de estas prácticas, que deben ser excepcionales y no más de 24 horas

Mayores, en una residencia en Barcelona. |   // ALEJANDRO GARCÍA

Mayores, en una residencia en Barcelona. | // ALEJANDRO GARCÍA / nieves salinas

nieves salinas

Veinte años cumple el programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer’, pionero en su momento e impulsado por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA). Su objetivo: que las personas mayores vivan libres de restricciones de cualquier tipo: físicas (que les aten) o farmacológicas (que les calmen con pastillas), y en cualquier lugar o momento. A su director técnico, el doctor Antonio Burgueño, le hubiera gustado que el programa “hubiera muerto de éxito”. Pero, pese a que ha habido cambios importantísimos en estos años, las cifras siguen siendo “preocupantes y altas”. Un 41% de los mayores con demencia que viven en las residencias, son sometidos a sujeciones físicas y un 67%, a farmacológicas.

Un tema, el de las sujeciones, que durante mucho tiempo fue tabú y del que, poco a poco, gracias a quienes como Burgueño, no han cejado en el empeño de que acaben esas restricciones, se ha comenzado a hablar alto y claro. “Si bien queda por hacer, lo cierto es que se ha alcanzado un punto de no retorno en la eliminación del cuidado con sujeciones y se puede afirmar que se seguirá avanzando hasta lograr un mundo con las personas mayores libres de sujeciones, allá donde vivan o reciban los cuidados”, declara CEOMA.

Con esta declaración de intenciones, numerosos ponentes y expertos, participan hoys en una jornada que ha acogido el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), en Madrid, para conmemorar el aniversario del programa ‘Desatar’ de la Confederación y explicar cómo nació. Surgió para dar estrategias y demostrar con hechos a las residencias -y a la sociedad en general-, que es posible cuidar a las personas sin sujeciones.

Los datos aportados son que, desde 2007 a 2023, CEOMA ha conseguido acreditar a más de 200 residencias de toda España como centros totalmente libres de sujeciones. Muchos de estos centros llevan más de cinco años sin utilizar restricciones. Estos logros se han consolidado en todo tipo de centros, grandes y pequeños, privados y públicos, de grandes corporaciones o individuales, indica la entidad.

Pero queda trabajo por hacer, reseña Antonio Burgueño que recuerda lo difíciles que fueron los comienzos, cuando él insistía en aquel mensaje de que las personas sometidas a algún tipo de sujeción se enfrentan a una pérdida de autonomía, dignidad y autoestima. Que sufren. Y que había otra forma de hacer las cosas. Una ardua tarea cuando comenzaron a visitar residencias y a convencer a sus responsables de que era posible: “Los principios fueron complicados. Nos insultaban porque creían que les acusábamos de atar a los mayores”, rememora.

En aquellos años, España ostentaba el deshonroso primer puesto del ranking mundial en número de sujeciones. Pero, explica el doctor Burgueño, los años pasaron y las reticencias a desatar a aquellos mayores que padecían demencias –los que mayoritariamente son objeto de restricciones– fueron desapareciendo. El médico recuerda un “hito histórico”, aquel 2016 en el que expertos internacionales se pusieron de acuerdo en “qué era una sujeción”.

“Mi idea era que el programa muriera de éxito pronto y España se declarara libre de sujeciones, pero no. Lo que hay detrás es altamente complejo. Cambiar la mentalidad cuesta a veces una generación entera”, admite este experto que, sin embargo, reconoce que el mensaje de lo dañino que resultan esas sujeciones para los mayores, ha ido calando.

En los últimos años, cita el director técnico del programa ‘Desatar’, ya son varias las voces que se han sumado a este nuevo enfoque de cuidados. En 2022, tuvo lugar la aprobación, por la entonces fiscal general del Estado, Dolores Delgado, de una circular que instruye a los fiscales de toda España sobre las sujeciones –físicas y farmacológicas– de las personas que viven en residencias y que, entre otras medidas, insta a los representantes del Ministerio Público a comprobar que estas medidas sean algo provisional y siempre consecuencia de una prescripción facultativa, con el fin de evitar abusos.

En mayo de este año a punto de finalizar, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) presentaba el ‘Documento Cuidados sin Sujeciones 2023’, elaborado por esta sociedad, que pedía un cambio legislativo que de cobertura a un nuevo enfoque en la atención a los mayores. Los geriatras se mostraron contundentes: debe existir un plan nacional para remar en la misma dirección. Que contemple la supresión absoluta de las sujeciones.

Solo podrán ser usadas (las restricciones), matizan los geriatras, en situaciones urgentes, sometidas a procedimientos documentados, contar con prescripción médica, supervisión técnica, consentimiento informado, tiempos determinados (no superior a 24 horas) y un análisis de su riesgo. Además, su uso será de obligatoria comunicación al Ministerio Fiscal.