Sepsis, una asesina sigilosa

Pese a ser una de las principales causas de mortalidad, también en el primer mundo, nos siguen extrañando las muertes por complicaciones de una infección bacteriana

Bacterias Staphylococcus aureus, en amarillo, rodeadas por leucocitos humanos.

Bacterias Staphylococcus aureus, en amarillo, rodeadas por leucocitos humanos.

Rafa López

Rafa López

Beatriz perdió a su padre por una sepsis. Ocurrió hace dos décadas y su progenitor tenía solo 57 años. “Tuvo una infección bacteriana ultrarresistente en la UCI tras un accidente de tráfico del que, en sí, podría haberse recuperado. Aún hoy en día hay muchísimo desconocimiento sobre estos casos...”, lamenta. Pese a ser una de las principales causas de mortalidad, también en el primer mundo, nos siguen extrañando los fallecimientos por complicaciones de una infección bacteriana.

La última muerte por sepsis, también llamada en ocasiones septicemia, que ha sacudido a la sociedad española ha sido la del periodista gallego Pepe Domingo Castaño. La voz del fútbol y de la publicidad en la radio se apagó hace ahora una semana, víctima de una septicemia derivada de una infección de garganta que le provocó afonía, y pasado un tiempo, fiebre. Entró por su propio pie en el hospital y nadie de su entorno imaginaba que le iba a costar la vida. Aunque tenía 80 años, continuaba trabajando en la radio y rebosaba vitalidad. “Era una persona joven”, comentan sus compañeros de la cadena Cope, aún impactados.

Que las infecciones les cuesten la vida a muchas personas nos sigue extrañando. ¿No tenemos antibióticos desde hace casi un siglo? Se cumplen 95 años del descubrimiento de la penicilina, la primera sustancia antibiótica ampliamente efectiva, por parte del microbiólogo escocés Alexander Fleming, que advirtió muy pronto de la resistencia a los antibióticos: “La persona irreflexiva que juega con la penicilina es moralmente responsable de la muerte del hombre que finalmente sucumbe a la infección por el organismo resistente a ella. Espero que este mal pueda evitarse”.

Multirresistencia

Las muertes por sepsis y la resistencia a los antibióticos, dos cuestiones que no necesariamente van ligadas, son todavía desconocidas para buena parte de la sociedad, pero no para los médicos, que batallan con ellas de forma cotidiana. “No necesariamente la multirresistencia se asocia a bacterias más virulentas. Sí que hay cepas de bacterias multirresistentes que pueden tener un patrón de virulencia muchísimo mayor. Pero no todas necesariamente”, precisa el médico José Luis Lamas Ferreiro, del servicio de Medicina Interna del Hospital Ribera Povisa de Vigo. Pone el ejemplo del Streptococcus pyogenes, una bacteria que puede producir faringitis y que puede causar también cuadros muy graves, como la fascitis necrotizante. “Son cuadros que pueden hacer un shock tóxico gravísimo, con una mortalidad altísima, y sin embargo son muy sensibles a la penicilina. Lo que hace la multirresistencia es que el médico tenga más probabilidades de fallar en el tratamiento antibiótico inicial. En la sepsis sabes que el tiempo en que tardas en iniciar un antibiótico adecuado es vital para que el paciente tenga más posibilidades de sobrevivir”, explica el doctor Lamas, coordinador en Povisa del programa de optimización del uso de antimicrobianos (PROA), destinado a mitigar la amenaza de la que avisaba Fleming.

El especialista, que el pasado año presentó en Washington, en el congreso internacional IDWeek --uno de los congresos sobre patología infecciosa más prestigiosos del mundo-- un estudio sobre el impacto del COVID en el consumo de antibióticos, señala que las bacterias multirresistentes tienen un impacto tan grande por la fragilidad del paciente, por la demora del inicio del tratamiento empírico (el que se administra antes de conocer los resultados de los análisis microbiológicos) y por la dificultad de elegir un tratamiento antibiótico adecuado. “La bacteria multirresistente suele afectar a pacientes más frágiles, pacientes hospitalizados que han sido intervenidos, pacientes inmunodeprimidos... Su mortalidad también es alta porque afecta a este tipo de pacientes que ya están de base muy frágiles”, recalca.

Se considera que las bacterias multirresistentes serán la primera causa de mortalidad en el mundo en 2050. El mal uso de los antibióticos a lo largo de décadas ha provocado que haya bacterias para las que solo exista una única familia de antibióticos activos. Hay algunas que son “panresistentes”; afortunadamente, no muchas. El investigador gallego en EEUU César de la Fuente, que investiga nuevos antibióticos con la ayuda de inteligencia artificial, advirtió en una entrevista con FARO que llevar un fármaco al mercado cuesta más de mil millones de dólares, más que lo que cuesta lanzar un cohete a la Luna.

Pero estas bacterias que han evolucionado para eludir la acción de los antibióticos no constituyen la única amenaza. Pueden producir sepsis bacterias que sí son sensibles a los antibióticos. En estos casos son muchas las variables que se unen para que un paciente acabe con un cuadro séptico. Lamas enumera algunas: “El tipo de infección, la carga bacteriana inicial, la fragilidad del paciente, su capacidad de hacer frente a la infección con sus defensas, la virulencia de la bacteria y el tiempo que tardes en darte cuenta de que existe esa infección y de iniciar el tratamiento”. Y avisa: “Hay bacterias que no tienen ninguna resistencia que pueden provocar un shock séptico y matar al paciente”.

Los centros médicos abordan este problema con el Código Sepsis y el Quick SOFA (siglas en inglés de “evaluación secuencial de insuficiencia orgánica”), una escala para facilitar un diagnóstico precoz. Pero antes de acudir al médico las señales de alerta pueden no ser evidentes. El doctor Lamas apunta a síntomas como fiebre que no cede, deterioro del nivel de conciencia, disminución del volumen de orina, cambios en la coloración de la piel, dificultad para respirar o aumento de la frecuencia respiratoria. Ante cualquiera de estos cambios hay que acudir al médico y no esperar en casa. Pero es una cuestión compleja. “Hay pacientes muy mayores e inmunodeprimidos que no desarrollan un cuadro clínico típico de infección, como la leucocitosis, que no tienen fiebre y que están más postrados, deterioran un poco el nivel de conciencia... Este tipo de pacientes que se manifiestan de esta forma tan sutil pueden estar desarrollando una infección muy grave”, precisa el internista.

Las infecciones que con mayor frecuencia se manifiestan con cuadros sépticos son la respiratorias, como la neumonía, las infecciones abdominales, las urinarias y las meningitis, “que es el caso típico del meningococo, que suele hacer infecciones devastadoras, cuadros de shock séptico”, añade. Ante las infecciones de orina, muy comunes, recomienda extremar la higiene e ingerir mucho líquido, sobre todo las mujeres, que tienen más riesgo de padecerlas.

La mayoría de los cuadros sépticos que ingresan en el hospital proceden de la comunidad. Luego están las infecciones posquirúrgicas, o nosocomiales (intrahospitalarias), que también pueden producir cuadros muy graves. La Staphylococcus aureus, resistente a ciertos antibióticos, es una de las bacterias las más frecuentes y más virulentas entre las que causan infecciones hospitalarias, que afectan a las personas ingresadas en el hospital. “Se trata de pacientes mucho más frágiles, pero hay muchas personas que llegan sépticas al hospital y que no tenían ningún factor predisponente”, aclara el doctor.

Prevención

En cuanto a la prevención, recomienda mantener una vida saludable, tener una buena condición física y pasar controles médicos para prevenir otras comorbilidades, como la diabetes, que debilitan la respuesta inmune. Todo esto reducirá el riesgo de fallecer en caso de contraer una infección. También, por supuesto, ponerse las vacunas recomendadas. El calendario vacunal gallego incluye vacunas contra bacterias como el neumococo, el meningococo y el haemophilus.

En cualquier caso, la de la sepsis es una cuestión compleja, pese a que desde hace muchos años se han realizado campañas y guías para su manejo en los hospitales. “En el infarto, por ejemplo, tienes un diagnóstico más fácil, pero la sepsis afecta a tantos órganos y se manifiesta de tantas formas que resulta muy complicada”, admite el doctor Lamas.

Suscríbete para seguir leyendo