El combo jubilación y divorcio está de moda

Crece el número de divorcios ‘senior’ en Galicia | El nido vacío y verse todo el día dispara el hartazgo de las parejas | Ellas toman la decisión respaldadas por su propio dinero

Una pareja de jubilados pensando en separarse

Una pareja de jubilados pensando en separarse / FdV

Jubilarse y divorciarse es todo uno en Galicia. Cada vez es más frecuente que los casos de divorcio que copan los despachos de abogados sean protagonizados por parejas de más de 65 años. “Llevan toda la vida juntos, más de cuarenta años de matrimonio. Trabajaban los dos acostumbrados a un horario incompatible con verse a diario. Ahora él se acaba de jubilar. Es entonces cuando se encuentran en casa solos y juntos, y se dan cuenta de que no se aguantan”, pone como ejemplo el abogado vigués, Carlos Borrás, para ilustrar la situación actual. En ese caso, él tiene 68 años y ella 67, pero no han dudado de que es precisamente este el momento de sus vidas que marca el punto y final de la conjunta.

“En los últimos cinco o seis años ha subido el número de divorcios entre personas con edades cerca de la jubilación. Es algo que se está haciendo habitual”, continúa Borrás que reconoce que ya no se sorprende de nada. “Hace 15 o 20 años, un divorcio de estas características era anecdótico. Era el 1% de los divorcios que llevábamos. Hoy es el 20% o más”, afirma el letrado. “Hace una década era muy infrecuente, en parte, porque ella no solía trabajar. Pero ahora los dos trabajan”, explica el abogado que eso, de alguna manera, sitúa a ambos cónyuges al mismo nivel a la hora de poder tomar una decisión.

Uno de los casos más llamativos tenía como protagonistas a una pareja de 79 y 78 años respectivamente. Pero ¿qué hace que alguien tenga ganas de volar libre a las puertas de la vejez? “Si tienes 80 años, ya tienes poco que perder en la vida. O te arriesgas o ya no tienes margen”, aclara el sociólogo Jorge García. “Los ‘abuelos’, al igual que el resto de la sociedad absorben lo que les rodea. Por eso, esta situación tiene una clara explicación de género. Todos los discursos sobre feminismo, con la caída del amor romántico, calan en los abuelos. El relato de lo religioso ya no está, somos sociedades líquidas. Además, vivimos cada vez más tiempo y mejor, los Rolling Stones tienen 80 años y siguen de gira por el mundo. Y la independencia económica facilita eso de cada uno por su lado y tan contentos”, apunta el también investigador de la USC.

“Lo normal es que sea un conflicto que venía de atrás y cuando llega la jubilación y con los hijos ya mayores, se formaliza la situación. Son parejas que llevan muchos años como compañeros de casa bien avenidos. A veces, cuando se van los hijos, aprovechan y uno duerme en el cuarto de alguno de ellos. Es una situación que se alarga porque están cómodos”, cuenta Isabel Olcina, abogada matrimonialista. “El nido vacío a los 65 años, cuando los hijos tienen 25 o 30 y sus propias vidas. Y que se trate de una época de tránsito personal (la jubilación) y psicológico genera la oportunidad”, explica Olcina que también señala que, por su experiencia (el 100% de sus casos son de familia) “los hombres son más dependientes emocional y físicamente de ellas”, afirma. “Ellos suelen dejarse llevar porque se sienten cómodos, pero para ellas, es un momento de no querer aguantar”, asegura la letrada.

La abogada también apunta a que la independencia económica por haber trabajado ambos, el mayor nivel cultural y un cambio respecto a hace años, en la propia imagen y la que se tiene de la familia, así como el hecho de que ya no sea un estigma social, ayudan a dar el paso.

“Nunca es buen momento para divorciarse, pero la vida es muy corta y si dos personas no se llevan bien o no están a gusto, tienen la libertad de separarse. Aguantar cuando se sabe la verdad solo hace que la bola de nieve sea enorme y luego todo se complica, y se nota en la negociación”, aclara Olcina que no es una llamada a divorciarse, sino a la sensatez. “A veces, se discute por una silla apolillada porque es ‘tu’ silla. Y porque a los 70 te sigues enfadando, aunque estés harto. Lo mejor es usar el sentido común para que todo sea más fácil”, apunta Borrás.

Los hijos ya no importan. Son mayores y tienen sus propias vidas. Ahora la contienda legal se centra en negociar el reparto del patrimonio. “No hay un patrimonio enorme, a estas edades lo normal es que lo único que se tengan que repartir es la casa, el coche y la pensión”, aclara Borrás.

Separación de bienes, ¡sí!

Ambos letrados lo tienen claro, la separación de bienes es lo más natural con el modelo de pareja actual, donde los dos son trabajadores, padres e independientes. “Pero tiene que estar bien hecha. No sirve de nada ir al notario y dejarlo por escrito si luego no se actúa de manera coherente durante el matrimonio”, señala Olcina.

La abogada recuerda que forma parte de su trabajo aconsejar e informar “mucho antes de que llegue el problema”. Y da pautas para entender que es necesario mantener cierta coherencia en la gestión económica y de los bienes. “Lo ideal es una nómina, una cuenta. Y una tercera cuenta común donde ambos ingresen los gastos”, sostiene. Y explica que cuando uno usa la herencia de su madre para saldar una deuda del otro, se complica. Luego el acuerdo de separación se basa en compensaciones. Por eso, recomienda siempre consultar antes con un abogado de familia.

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