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Novavax, la vacuna desaprovechada

La administración de esta fórmula, aprobada también como dosis de refuerzo, es testimonial | Estudios apoyan su eficacia, incluso contra las nuevas variantes, y escasos efectos adversos

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante una visita en febrero de 2021 a las instalaciones de Biofabri en Porriño, donde se fabrica la vacuna de Novavax. SALVADOR SAS

La administración de la vacuna de Novavax, que es de dos dosis y cuyo antígeno se fabrica en Porriño por Biofabri (grupo Zendal), es testimonial en España, algo que no ocurre en el resto de países de la Unión Europea. Está aprobada como refuerzo, se utiliza satisfactoriamente en decenas de países, hay estudios recientes que confirman buenos resultados contra las últimas variantes y podría servir como refuerzo (pauta heteróloga) para inocular a personas mayores en centros de salud y a domicilio, dada su temperatura de conservación, en una nevera común. Esta marginación contrasta con la expectación por la vacuna de la compañía catalana Hipra, que se basa en una tecnología muy similar, de proteína recombinante adyuvada. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha insistido en varias ocasiones que espera a la aprobación europea, que se está retrasando, para incorporar la vacuna de Hipra de inmediato.

Como ya informó FARO en junio, la vacuna estadounidense, cuyo principio activo (proteína “S” purificada) se fabrica en Galicia, ha caído en el olvido. Si entonces, hace cuatro meses, no se había administrado ni una sola dosis en la comunidad, actualmente se llevan inoculadas apenas una decena. Así lo indican fuentes de la Dirección Xeral de Saúde Pública. FARO preguntó también cuántas vacunas de Novavax quedan en las neveras y cuándo caducarán, y si se han tirado vacunas ya caducadas. A este respecto, desde Sanidade responden únicamente que “no se ha tirado ninguna vacuna”.

Estrategia de vacunación

Galicia, como otras comunidades, sigue fielmente la Estrategia de vacunación frente a COVID19 en España, que recoge las recomendaciones acordadas en la Comisión de Salud Pública tras revisión y propuesta realizada por la Ponencia de Vacunaciones. En la actualización número 11 de esta estrategia, del 8 de febrero de 2022, se propone la utilización de la vacuna de Novavax, llamada Nuvaxovid, únicamente “para personas que tenían contraindicadas las vacunas disponibles o que han recibido vacunación incompleta por reacciones adversas graves a las vacunas de ARNm por antecedentes de alergia a alguno de sus componentes y por otras indicaciones médicas que recomiendan evitar la vacunación con estas vacunas u otras circunstancias”.

De esta forma, ni esta ni otras vacunas se eligen “a la carta”. Al contrario de lo que ocurre en otros países, como Estados Unidos, uno no puede elegir el tipo de vacuna que quiere recibir. No basta con que una persona manifieste desconfianza ante las vacunas de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer y Moderna y solicite que le inoculen esta vacuna de tecnología más “tradicional”. Para que se la inyecten debe existir una contraindicación médica para las demás vacunas. Es decir, tiene que demostrarse alergia a componentes de otras vacunas y debe haber indicación médica. Se puede utilizar como primovacunación, como recuerdo o para completar pautas pendientes.

Este periódico ha contactado con una de las pocas personas que ha recibido la vacuna de Novavax, después de meses de comunicaciones con la Comisión de Vacunas y el Sergas. Se trata de Germán Quintana, residente en Burela. Es doctor en Veterinaria, máster en medicina genética y genómica y miembro de la Comisión Nacional de Sanidad y Riesgos Laborales de la Confederación Empresarial Veterinaria Española. Incluso a alguien con su currículum y conocimiento científico le ha costado recibir una vacuna diferente a las de ARN mensajero. ¿El motivo? Padece síndrome de Brugada, una arritmia cardiaca poco frecuente pero potencialmente mortal. Según la Fundación Española del Corazón, esta enfermedad de origen genético y sin tratamiento curativo puede provocar síncopes o incluso muerte súbita. Quienes la padecen deben evitar tener fiebre.

“Aplacé la vacunación frente al COVID-19, dado que cualquier proceso que ocasione fiebre y algunas medicaciones son susceptibles de inducir una crisis con desenlace incierto”, dice Quintana en un documento de 16 páginas remitido en mayo al Programa Galego de Vacinación (Sergas), en el que además de explicar su caso adjuntó varios estudios científicos recientes, publicados en revistas de alto impacto, que respaldan su petición. Finalmente fue atendida y recibió dos dosis de Novavax.

Este veterinario, muy activo en la divulgación en redes sociales de los últimos estudios sobre COVID-19, conoce otro gallego que recibió la vacuna de Novavax por padecer una enfermedad digestiva. Considera que esta vacuna está injustamente desaprovechada. “Me apena porque es una vacuna segura –con efectos adversos, pero incluso menos que las de ARNm, lo cual puede permitir vacunar a los que han tenido reacciones con esa plataforma, a los indecisos, a los que tienen patologías concretas como mi caso–; y con eficacia demostrada para múltiples variantes de ómicron, lo que habría permitido tener vacunados con refuerzo a los más vulnerables y no esperar a que vuelva a subir la incidencia y revacunar en el peor momento”, defiende. En Galicia hay ahora 10 veces más contagios en mayores de 80 que hace un año.

Además, la vacunación con Novavax no presenta los desafíos logísticos de las vacunas de ARNm, ya que, al contrario que éstas, no se almacenan ultracongeladas entre -60 y -90ºC, sino en una nevera normal (de 2º a 8ºC). Por eso es óptima para vacunar en centros de salud y a domicilio.

Aunque la aprobación de Novavax en Europa llegó en diciembre de 2021, un año más tarde que la de las vacunas de Pfizer y Moderna, en septiembre fue recomendada en la Unión Europea como refuerzo para mayores de 18 años. Sin embargo, España es el único país de la UE donde prácticamente no se utiliza, según se plasma en la web de seguimiento de vacunas de “The New York Times”. Goza de autorización total en Canadá, Australia, Corea del Sur y Japón; tiene autorización de emergencia (al mismo nivel que Pfizer y Moderna en la UE) en la Unión Europea, India y Estados Unidos, y se incluye en el programa internacional de vacunas contra el coronavirus COVAX en toda Latinoamérica, Centroamérica y México, casi toda África, Oriente Medio y algunos países asiáticos. Únicamente Rusia, China y algunos países africanos y del Asia central la descartan por completo.

Respaldo científico

Además de ser utilizada en países tan poblados con la India y Estados Unidos –aunque en el país norteamericano está pendiente su aprobación como refuerzo–, la vacuna de Novavax cuenta con muy buenas valoraciones por parte de los científicos. Una carta de investigación publicada recientemente en la revista “Journal of Infection” describió cómo la vacuación heteróloga con Nuvaxovid como refuerzo produjo una inmunidad de reacción cruzada mejorada, según los niveles de anticuerpos contra las subvariantes ómicron BA.1 y BA.5, actualmente dominante. Otro estudio, publicado en “The Journal of Clinical Investigation” y destacado por el doctor Eric Topol, director del Instituto Scripps de California, mostró que la vacuna de Novavax indujo inmunidad robusta por células T, un tipo de inmunidad más duradera que la de anticuerpos y clave para evitar enfermedad grave y muerte. La propia compañía defendió el pasado miércoles que su vacuna, usada como refuerzo, produjo anticuerpos robustos contra varias variantes de ómicron, incluidas BA.1, BA.2 y BA.5. Además, un reciente estudio realizado en Corea del Sur mostró que la vacuna Novavax usada como refuerzo en la pauta de ARNm (heteróloga) no solo induce una excelente protección contra BA.5 y todas las demás variantes, además, la protección no disminuye tan rápido como la de los refuerzos homólogos.

FARO trató de recabar la posición de Zendal, pero fuentes de la compañía recuerdan que no pueden dar información sobre nada relativo a la comercialización o distribución de la vacuna, que es de la pura competencia de la firma de Maryland, con la que la empresa gallega mantiene un acuerdo de confidencialidad.

El Paxlovid, otro preventivo ignorado: solo el 4% de 344.000

La vacuna de Novavax no es el único tratamiento preventivo ignorado. También lo han sido el nirmatrelvir y el ritonavir, comercializados con el nombre de Paxlovid. La OMS lo recomienda como un “tratamiento sumamente eficaz” para pacientes con formas leves y moderadas de COVID-19 que por diversos motivos –especialmente inmunodeprimidos– corren un riesgo elevado de ingreso hospitalario.

Según se ha puesto de manifiesto en el reciente congreso nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, de 344.000 tratamientos de Paxlovid que adquirió España en marzo, solamente se ha utilizado en atención primaria un 4%. Han pasado más de seis meses y estos fármacos “van a caducar” sin utilizarse, según denunció en ese congreso el doctor Rodrigo Abad, que calificó la situación de “desastre”. El precio asciende a 691 euros por las 30 pastillas que comprende el tratamiento de cinco días. Su compra se realizó por un crédito extraordinario al Ministerio de Sanidad de 253 millones de euros.

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