La mascarilla en interiores es una medida preventiva que “si fuera preciso habría que ponerla” de nuevo obligatoriamente. Así lo reconoció ayer el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, que la supeditó a que la “capacidad asistencial” se viese comprometida. Comesaña realizó estas declaraciones en una jornada en la que se registró un nuevo máximo de hospitalizaciones COVID desde la tercera ola, con 858 casos ingresados, de ellos 34 en uci y 824 en unidades de hospitalización. A modo de comparación, el mismo miércoles de hace aproximadamente un mes, el 6 de junio, había 441 hospitalizados, 20 en cuidados intensivos y 421 en planta. Las cifras casi se han duplicado.

El conselleiro admitió que son “datos preocupantes que obligan a estar más pendientes, si acaso”, pero a la vez relativizó los números: recalcó que “el 40% de los pacientes que ingresan por COVID y el 60% con COVID”, y que la subvariante BA.5 tiene “menor repercusión respecto a la gravedad de la enfermedad”, sin explicar que una variante mucho más transmisible, como BA.5, puede causar más enfermos y fallecidos aunque sea menos grave.

Comesaña recordó que Sanidad trata desde hace meses de diferenciar entre ingresados “por” y “con” COVID, “pero no es posible”. A este respecto, el viceconsejero de Asistencia Sanitaria y Salud Pública de Madrid, Antonio Zapatero, precisó que en esta comunidad, “en la última semana los ingresos con COVID son un 70%”, la cifra más alta desde que siguen este indicador, hace ocho meses. Respecto a las ucis, Zapatero dijo que de 87 pacientes en cuidados intensivos –según cifras de Sanidad– tienen solo 47 con neumonía, “nada que ver con épocas previas de pandemia”. Por el contrario, Comesaña dijo que, en Galicia, quienes se encuentran en uci “están por COVID, con neumonías”.

Refiriéndose a la estrategia de gripalización, que comenzó el 28 de marzo, Comesaña recordó que “el manejo de la pandemia cambió hace unos meses por el porcentaje de vacunación” e insistió en que se trabaja “con la monitorización de lo que pasa en los hospitales”. “Estamos en un momento en que tenemos margen”, afirmó, para, a renglón seguido, admitir que existe “preocupación” por que “ese incremento no siga aumentando”.

Reconoció que la carga asistencial atraviesa “un momento crítico”, con un 33% del personal de vacaciones. “Confiemos en que podamos absorber este impacto y que no pase de esta situación que estamos a vivir ahora”, dijo.

Preguntado sobre si Galicia se plantea adoptar el modelo que acaba de recuperar Cataluña, por el que se facilita una baja de cinco días en el caso de contagio, Comesaña recordó que en Galicia siguen “las bajas en ámbitos vulnerables”, así como el “sistema de bajas a través de la autodeclaración” por el que los técnicos de salud “tramitan la baja sin ver” al paciente. “Esa solución ya la tenemos encima de la mesa”, destacó, para incidir en que “la necesidad de baja es por tener síntomas que necesite esa baja”. “Nos mantenemos con esa estrategia”, concluyó.

Al margen de que Sanidade se abra a la obligatoriedad de las mascarillas en interiores, esta es una decisión que corresponde en último término al Gobierno, que no parece dispuesto a tomarla, al menos en pleno verano. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguró ayer en Antena 3 que la decisión de no retomar esa obligatoriedad responde a las indicaciones de los “expertos” y no a presiones de sectores como el turístico. La ministra insistió en que existe una mayor transmisión del coronavirus pero no mayor gravedad, obviando el hecho de que la BA.5 provocó que Portugal, donde este linaje se convirtió en dominante hace un mes, liderase las cifras de mortalidad COVID en Europa.

Respecto a las peticiones de algunas comunidades –entre ellas Galicia– de inocular ya la cuarta dosis a las personas mayores de 80 años, Darias recalcó que su departamento seguirá las recomendaciones de los expertos, e insistió en que las nuevas vacunas ya adaptadas a la variante ómicron podrían llegar en septiembre.

Más muertos en lo que va de julio que en todo ese mes de 2021

Galicia contabiliza más fallecidos con COVID en lo que va de julio, 24, que en todo ese mes del pasado año, cuando se registraron 21. En el primer mes de julio de la pandemia, el de 2020, no se reportó ningún fallecido. Sanidade notificó ayer nueve fallecimientos, uno correspondiente al último día de junio, que se cerró con 102. Los otros decesos se registraron los días 3 y 4 de julio. En este día se produjo la muerte de una mujer de 46 años en el área sanitaria de Lugo, una de las víctimas más jóvenes de la pandemia en la comunidad. En todos los casos tenían patologías previas, según la Consellería de Sanidade, que registra desde marzo de 2020 un total de 3.633 decesos. La cifra de nuevos casos detectados, siempre a mayores de 60 años según el protocolo vigente, fue ayer de 1.735, una de las más altas de las últimas semanas. Los casos activos suman 15.858, que suponen 1.104 más que la jornada anterior. Según los datos actualizados ayer por Sanidade, con registros hasta las 18.00 horas del martes, los pacientes hospitalizados por COVID en UCI ascienden a 34 –cuatro más que el día anterior– y los ingresados en otras unidades convencionales aumentan a 824 –suponen 18 más–. Una semana atrás, el 29 de junio, había 650 hospitalizados –208 menos que en la actualidad–, de ellos 20 en uci. El área sanitaria de A Coruña y Cee sigue concentrando el mayor número de casos activos, con 3.173, seguida de la de Santiago y Barbanza, con 2.828; de Vigo, con 2.508; Lugo, con 2.226; Ourense, con 2.198; Pontevedra y O Salnés, con 1.611; y a la cola continúa la de Ferrol, con 1.294.